å

CRÍTICA

'La chica y la araña': La mudanza de los sentimientos

Crítica de 'La chica y la araña', dirigida y escrita por Ramon y Silvan Zürcher. Protagonizada por Henriette Confurius y Liliane Amuat. Sección Oficial de la 66 SEMINCI de Valladolid.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Septiembre 2022 | 12:28
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

Comparte:

¡Comenta!
'La chica y la araña': La mudanza de los sentimientos

Tras una hipnótica ópera prima, 'El extraño gatito', en la que el suizo Ramon Zürcher mostró una ingeniosa visión de los lazos familiares y buena mano para escribir diálogos afilados, el cineasta da un paso más con 'La chica y la araña', mostrada en la sección Encuentros del 71 Festival de Berlín, como también en la Sección Oficial de la 66 SEMINCI de Valladolid y galardonada en el Festival de Mar de Plata, donde obtuvo el premio al mejor guion. En esta ocasión, el realizador forma tándem con su hermano gemelo Silvan.

La chica y la araña

'La chica y la araña', en cierta manera, es una metáfora de las relaciones que se plasman en la cinta, cuya premisa, a grandes rasgos, narra la mudanza de Lisa, una joven veinteañera, que deja un apartamento en pleno centro de la ciudad, el cual compartía con dos jóvenes de edad similar, entre ellos, Mara, con la que parece tener una relación más profunda que la de una aparente mejor amiga. Con guion de los propios hermanos Zürcher, el filme conjuga escenas de intimidad, con diálogos en los que los personajes se cuentan confidencias, con otros que permiten tomar distancia de lo que sucede en ese cambio de domicilio.

Esa forma de narrar las relaciones personales y los conflictos cotidianos pudo verse en 'El extraño gatito' y en 'La chica y la araña', los Zürcher aprovechan para ampliarlo. Ahora bien, con esta segunda propuesta cinematográfica, aunque deja escenas y momentos que saben mantener la atención del público, tienen un estilo narrativo más anárquico, quedando claro solamente que se están narrando varios días de lo que burocrático y caótico que resulta un traslado. A ello se suma que se crean una serie de situaciones en las que las escenas, con cierto toque costumbrista, rompen el esquema, provocando cierto grado de surrealismo.

La chica y la araña

Un notable ejercicio intelectual y una parábola sobre la soledad y las relaciones

Ese ejercicio de estilo esconde una complicada relación sentimental entre las protagonistas y aquí hay que tomar especial referencia a su título, al ser el filme una alegoría a cómo un vínculo personal puede derivar en afinidades ambivalentes, pues Mara, la cual ve a su más que posible amante irse de su lado, se comporta de forma muy similar a los arácnidos que esperan con suma paciencia que una presa caiga en su tela. Y en ese sentido, la cinta muestra ese carácter en sus diversas facetas, pues, de una forma u otra, cada uno de los personajes que interacciona en esta mudanza termina formando parte de la telaraña.

La chica y la araña

Y en ese fábula, los Zürcher crean un drama que evoca a ciertas propuestas de Hong Sang-soo, como las recientes 'Delante de ti' o 'La mujer que escapó', especialmente en su habilidad de crear una historia fascinante partiendo de una base tremendamente mundana. Aquí se ve el buen hacer especialmente de Henriette Confurius, quien encarna a Mara, con la que se llega a conectar en ciertos momentos, consiguiendo un correcto equilibrio que refleja su propio torbellino personal.

'La chica y la araña' es una parábola sobre la soledad y las fricciones en las relaciones, tanto amorosas, como personales, familiares o de amistad. Un notable ejercicio que coloca a los Zürcher como una respuesta centroeuropea al estilo independiente de Hong, así como una manera de recuperar ese espíritu de autor que tenía Jan Ole Gerster en 'Oh Boy'.

Nota: 7

Lo mejor: Las escenas que aparentemente revelan poco pero dicen mucho, como la ruptura de una taza o la caída de una planta.

Lo peor: Es demasiado anárquica en su narrativa, se hubiera agradecido algo de cohesión en ese aspecto.

Películas