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CRÍTICA

'Dilo alto y fuerte': La música como símbolo de libertad

Crítica de 'Dilo alto y fuerte', dirigida y escrita por Nabil Ayouch. Protagonizada por Anas Basbousi, Ismail Adouab, Samah Baricou, Nouhaila Arif y Amina Kannan. Representante de Marruecos en los Oscar 2022.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 26 de Diciembre 2022 | 11:36
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Dilo alto y fuerte': La música como símbolo de libertad

Nabil Ayouch es, sin duda, uno de los grandes símbolos del cine marroquí de la actual generación. Cineasta nacido en París, es reconocido por ser incómodo con el país de origen de sus padres, con largometrajes que han logrado erigir al cine del país del Magreb como uno de los más prometedores, pero también como sinónimo de crítica y denuncia hacia un sistema que da la espalda a la juventud, la cual grita ferozmente la palabra 'libertad', especialmente las mujeres.

Dilo alto y fuerte

Aunque, en esta temporada de premios, Ayouch esté presente -en calidad de guionista- con 'El caftán azul', film que ha pasado el corte de la shortlist de los 95 Premios Oscar y que ha dirigido magistralmente Maryam Touzani, cónyuge del realizador y también uno de los grandes iconos del cine actual marroquí; un año antes, el cineasta, firmando también como realizador, estuvo presente en la carrera con 'Dilo alto y fuerte', presentada en la Selección Oficial del 74 Festival de Cannes.

'Dilo alto y fuerte', aparentemente, tiene una premisa más ligera que 'Razzia', 'Much Loved' o 'Los caballos de Dios', los anteriores trabajos de Ayouch como director. El film muestra cómo Anas, un exrapero, es contratado como profesor en un centro cultural del barrio Sidi Moumen, situado en los suburbios de Casablanca, para ayudar a los jóvenes de la zona a expresas sus sueños, frustraciones, ambiciones y creencias a través de la música. Anas, dada su disciplina, les enseña los orígenes del rap y del hiphop, música urbana, de la calle, nacida para canalizar, precisamente, la furia de la desigualdad, del racismo, de las humillaciones públicas.

Dilo alto y fuerte

Por supuesto, la irrupción del rap y el hiphop provocará una fricción en el barrio, al no ser considerado ni música ni cultura por unos habitantes atrapados en unas creencias religiosas arcaicas. Ayouch, además, convierte el rap en una forma de liberalización de las mujeres, con chicas que se atreven a rapear. Ya lo dice el propio film, o ellas cantan o no hay rap. El cineasta, quien también firma el guion, aprovecha las convenciones propias de los dramas con un profesor que cambia la vida como protagonista para resaltar el deseo de una nueva generación no emigrar, de vivir en plena libertad en su propio país, de liberarse de las cadenas de la religión, de tener un lugar de plena igualdad para las mujeres.

La música como agente de cambio social

El mensaje es claro y Ayouch convierte a 'Dilo alto y fuerte' en uno de sus filmes más accesibles como también más comprometidos. En cierta forma, es el grito ahogado reconvertido en film luminoso de lo que no pudo ser 'Los caballos de Dios', cinta que expuso cómo, precisamente, varios chavales de Sidi Mounen fueron los cabecillas de los terribles atentados terroristas que asolaron Casablanca el 16 de mayo de 2003, con la Casa de España como el punto que causó más víctimas, al perecer 23 personas.

Dilo alto y fuerte

Sí, la manera en la que se desarrolla la historia no difiere mucho de 'Rebelión en las aulas' o 'Mentes peligrosas', inclusive podría enlazarse con 'El club de los poetas muertos', 'Los chicos del coro' o 'Música del corazón'. Sin embargo, se está hablando de una barriada de las afueras de Casablanca, que en 2003, tenía a toda su población viviendo en chabolas y que en 2016 logró reducir esa cifra a una cuarta parte, que está en vías de desarrollo y que tiene a unos jóvenes con ganas de mirar hacia el futuro en su propia ciudad, con lo que conlleva que, por ejemplo, las mujeres sean dueñas de su propio destino.

Ayouch lo configura con el rap y el hiphop, el poder de la música para canalizar las frustraciones y convertirlas en una experiencia catártica. 'Dilo alto y fuerte', además, se elevada con las interpretaciones de su reparto no profesional. Destaca especialmente Anas Basbousi, como el exrapero que se convierte en mentor de la nueva generación y que sabe canalizar sus propios deseos no realizados en insuflar esperanza a sus alunos. Destacan también Nouhaila Arif, Samah Baricou o Amina Kannan, dando voz a esas mujeres que luchan por su libertad; mención también Ismail Adouab y Abdelilah Basbousi.

'Dilo alto y fuerte' es un estupendo ejercicio de drama social cuya denuncia se convierte en un auténtico derroche de talento, música y danza. Un tributo a esta generación urbana y su feroz grito a favor de la libertad a través del arte, el cual muestra su faceta más comprometida como agente social de cambio. Un nuevo triunfo para Nabil Ayouch.

Nota: 8

Lo mejor: La manera orgánica en la que la música se convierte en agente de denuncia social. La furia canalizada en el rap y el hiphop de los jóvenes, especialmente las mujeres.

Lo peor: Realmente, su estructura es muy convencional, no es muy distinta a otros dramas con profesores como protagonistas.

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