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CRÍTICA

'La historia de mi mujer': Aquellos celos que atormentan a la pasión

Crítica de 'La historia de mi mujer', dirigida y escrita por Ildikó Enyedi. Basada en la novela homónima de Milán Füst. Protagonizada por Léa Seydoux, Gijs Naber y Louis Garrel. Selección Oficial en Cannes 2021.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 17 de Diciembre 2021 | 13:40
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Cuatro años después de conquistar la Berlinale con 'En cuerpo y alma', con la que obtuvo el Oso de Oro y, además, fue candidata al Oscar a la mejor película internacional; la húngara Ildikó Enyedi regresa con un giro radical en su filmografía. La cineasta se pasa a la época para adaptar la novela de Milán Füst 'La historia de mi mujer', con la que compitió en la Selección Oficial del 74 Festival de Cannes. Una producción que muestra la mirada más delicada de la directora, con un relato que evoca a las pasiones atormentadas del cine de Pawel Pawlikowski o Jane Campion.

La historia de mi mujer

Ambientada en la Europa de los años 20 del siglo XX, Enyedi, quien firma también el guion, busca hacer una adaptación lo más fiel posible de la obra de Füst, lo que implica una extensa duración que llega casi a las tres horas. Dividida en siete episodios, la cineasta hace un esmerado retrato del inicio de una relación y la crónica de un desamor. La trama comienza de manera algo precipitada, pues el romance de la cinta nace de una apuesta. En cierta manera, Enyedi muestra las consecuencias del primer flechazo.

Dos desconocidos se comprometen tras haber tenido solo unas cuantas palabras. Eso conlleva a que, realmente, ninguno conozca realmente al otro, lo que invita a crear una continuación sensación de inseguridad e incertidumbre que estará presente a lo largo de todo el metraje. Aunque los protagonistas sean tanto Léa Seydoux como Gijs Naber, es el actor neerlandés la principal voz cantante, encarnando a un capitán de barco cuya vocación marítima le ha llevado a tener una vida ermitaña opuesta a la ostentación en la que vive su flamante esposa, una Léa Seydoux enigmática y misteriosa, cuya forma de seducir mantiene en vilo al público en todo momento.

La historia de mi mujer

Enyedi se aleja de la mirada particular del amor que también supo plasmar en 'En cuerpo y alma', en la que visibilizó los sentimientos de una joven con síndrome de Asperger y cómo gestiona los sentimientos amorosos. La cineasta apuesta por una espiral de celos autodestructivos en los que deja la continua duda de si son infundados o no. De esa forma, la realizadora tortura a un protagonista cuyos sentimientos por su cónyuge carecen de esa confianza que afianza las relaciones de pareja.

Un romance digno de un bolero

Y en ese cúmulo de celos y desconfianzas mutuas, Enyedi relata un romance ponzoñoso pero adictivo en el que su dupla protagonista vive un auténtico vaivén digno de un bolero que evoca a títulos como 'Cold War' o 'Retrato de una mujer en llamas'. Ahora bien, el descenso a los infiernos del capitán de barco, que pasa a transportar mercancías a tomar el timón de barcos de lujo e invertir en petrolíferas, recuerda a la corrupción del alma del protagonista trágico de 'Martin Eden'.

La historia de mi mujer

En ese tormentoso blues digno de Nat King Cole, Léa Seydoux y Gijs Naber derrochan una química espléndida. Aunque su papel es muy desagradecido, Naber demuestra tener presencia para el rol de galán de época, tiene una dureza que recuerda a la de Matthias Schoenaerts pero también una mirada sensible digna de Guillaume Canet. Un auténtico descubrimiento, pues el intérprete no se prodiga mucho fuera de la industria neerlandesa o nórdica.

Enyedi crea un cuidado relato de época, con un romance con aroma a canción francesa, con escenario tremendamente cuidados -el público sentirá que viaja al París de los locos años 20 y también a la dura Hamburgo- y unos actores entregados a sus papeles, 'La historia de mi mujer' es un salto arriesgado de la realizadora de 'Tamas y Juli', que recuerda al que hizo su compatriota László Nemes con 'Atardecer' tras haber conquistado a la crítica con 'El hijo de Saúl'. Una tormentosa pasión para los amantes de los melodramas cuidados y de otro tiempo.

Nota: 7

Lo mejor: Su hermoso y cuidado diseño de producción. La química y la pasión que derrochan Léa Seydoux y Gijs Naber.

Lo peor: Es una película demasiado extensa, su premisa es demasiado precipitada, los celos del varón son retratados de una manera bastante peligrosa.