å

CRÍTICA

'Love me not': Salomé, reina del desierto

Crítica de 'Love me not', la nueva película de Lluís Miñarro. En cines a partir del 31 de octubre.

Por Javier Parra González 31 de Octubre 2019 | 10:30

Comparte:

¡Comenta!

Del mismo modo en el que las tragedias griegas trascendieron a la cultura de las masas y, con ellas, los mitos se ensamblaron en el imaginario popular, la historia del Medio Oriente de la que se hicieron eco los historiadores del primer siglo de nuestra era, logró una entidad propia gracias a la combinación de leyendas, linajes dinásticos propios de un culebrón y las escrituras recogidas en los textos bíblicos. Entre todas ellas, existe una figura que sería objeto de fascinación por un autor contemporáneo de la talla de Oscar Wilde: Salomé.

Love me not

Nacida en el año 14, nieta de Herodes y casada con un medio hermano de su padre, lo de las relaciones consanguíneas no era algo nuevo en su árbol genealógico (su madre, Herodías, fue nieta y dos veces nuera de Herodes, al casarse con dos de sus tíos). Sería en el Nuevo Testamento donde ya se hablaba de ella como la responsable de la decapitación de Juan el Bautista, suceso lo suficientemente trágico como para que en 1891, el mismo año que publicaba 'El retrato de Dorian Gray', el escritor y dramaturgo irlandés crease una obra de un solo acto en la que Salomé, encaprichada de forma obsesiva con Jokanaan, pedía su cabeza tras haber sido rechazada.

A primera vista, podría resultar un tanto frívolo poner sobre la mesa algo como el crimen pasional por despecho para hacer crítica a la política belicista. Pero es gracias a la convergencia de sus temáticas y su falta de pudor a la hora de tocar varios géneros, que Luis Miñarro consigue que 'Love Me Not' pase a ser un claro ejemplo de posmodernidad cinematográfica, algo que muchos se atreverán a tachar de pretencioso y que, en realidad, destaca por no tomarse en serio a sí misma, tal y como podría parecer.

Love me not

Junto al guionista Sergi Berbel, Miñarro adapta de forma libre la tragedia 'Salomé', llevando su acción hasta algún lugar del desierto de Irak en el año 2005, donde varios miembros del ejército internacional están viviendo sus rutinarias vidas alrededor de un misterioso hombre, Yokanaan, un supuesto profeta confinado bajo máxima seguridad, cuya existencia en la película viene a ser una representación cinematográfica del polémico caso de Abu Ghraib, la cárcel iraquí en la que soldados estadounidenses torturaron y vejaron a muchos de sus prisioneros en 2003.

Aquí es donde entra esa clara crítica a los horrores de la guerra, sin entrar en el sensacionalismo y dejando patente que la historia pretende ir por otros derroteros, los cuales no son otros que la fascinación de Miñarro por la obra en la que se basa y su necesidad de querer adaptar la historia a nuestros tiempos. Y qué mejor forma de transgresión y de intentar reinterpretar los arquetipos clásicos, que mostrando a la protagonista como una Salomé andrógina e hipersexualizada, cuyos impulsos y obsesiones serán los que muevan la trama.

Love me not

El desierto de los pecados

Ingrid García Jonsson se mete en la piel de esta (anti)heroína de sexualidad ambigua, quien acabará estando menos desquiciada que su madre, encarnada en Lola Dueñas metida en la piel de una Herodías absolutamente histriónica, tan pasada de vueltas como la pudimos ver en 'Alleluia', aunque rebajando el nivel de intensidad de aquella y entregándose más a su vis cómica. En el elenco masculino, Francesc Orella es el comandante Antipas, el padrastro de la protagonista; Oliver Laxe es Yokanaan el Bautista, objeto del deseo y la obsesión (y el encargado de introducir en sus monólogos el mensaje crítico que puede destilarse del largometraje); Hugo Catalán es Alí, guardia de Salomé y juguete sexual de esta. Y como tándem de personajes que vienen a satirizar acerca de la masculinidad tóxica, los actores Luis Alberti y Fausto Alzati son los soldados Hiroshima y Nagasaki, cuya tensión sexual no resuelta desprende el homoerotismo propio de una producción porno con base militar como escenario de juegos.

Juntos, y de forma casi teatral, todos ellos desatarán sus pensamientos más viscerales en un emplazamiento tan propicio para lo surrealista y lo onírico como lo es el desierto, donde se entrelazarán el humor absurdo con el melodrama, y cuyas costuras se verán completadas con secuencias que bien podrían haber salido de la cabeza de Jodorowsky (Dueñas en clave Luperca amamantando a Rómulo y Remo), y otras que dejan claro que 'Love Me Not' apuesta desde su primera escena por lo estético, sin siquiera avergonzarse al hacer un guiño a Eurovisión y que ello no la haga caer en el trash más absoluto.

Una de esas rarezas (y no en sentido peyorativo) que pocas veces tendremos la oportunidad de ver en pantalla grande.

Nota: 7

Lo mejor: Cómo la simbiosis entre diferentes géneros y tonos acaba siendo coherente y le da fuerza al resultado final.

Lo peor: Algunos despuntes hacia lo absurdo pueden resultar demasiado forzados.