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CRÍTICA

'Operación Fortune: El gran engaño': El blockbuster de autor de Guy Ritchie demasiado frenético como para emocionar

Guy Ritchie entrega todas sus claves estilísticas a lo comercial en un festival de sus actores fetiche como Jason Statham y Hugh Grant junto a los brillantes jóvenes robaescenas Aubrey Plaza y Josh Hartnett.

Rafa Jiménez
Por Rafa Jiménez Más 4 de Enero 2023 | 10:39
Redactor de cine y series, especializado en los estrenos actuales y Marvel. Muchas críticas y entrevistas

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'Operación Fortune: El gran engaño': El blockbuster de autor de Guy Ritchie demasiado frenético como para emocionar

Con apenas 54 años, Guy Ritchie ya se ha ganado convertirse en un director a lo Woody Allen con su cita anual en la gran pantalla para ver la misma fórmula exitosa reinventada. En esta ocasión, esa invitación llega con casi un año de retraso (el estreno original era en marzo de 2022 tras un rodaje en 2020). Aunque no sea la norma y para tranquilidad de los fans del director británico, no se ha tratado de reshoots u ocultar un desastre: 'Operación Fortune: El gran engaño' es todo lo que su director quiere que sea, con una sorprendente carta blanca para ser cine similar a la que Netflix le dio a Michael Bay. Al igual que '6 en la sombra', cumple todas las claves de su director en una gran superproducción muy de autor. Ambas tienen el mismo nivel de espectacularidad y de simpleza en un guion tan divertidísimo como plano. Aún así, merece ser visto en la mayor pantalla de todas y en versión original a partir del 4 de enero.

Reparto de 'Operacion Fortune: El gran engaño'

Todas las estrellas brillan distintas y a la vez

La historia parte del tradicional equipo recién formado por los servicios de inteligencia del país con un factor extravagante: en este caso, un actor de Hollywood que se tiene que interpretar a sí mismo. Este planteamiento tan de franquicia a lo 'Fast & Furious' y 'Misión Imposible' facilita que Ritchie siga demostrando su gran manejo de la coralidad sin caer en la mera reunión de famosos a lo 'Ocean's'. Es cierto que no todos los personajes están bien equilibrados (Bugzy Malone es una mera comparsa del equipo), pero los que están en el foco brillan excéntricamente sin llegar a sobreactuar. El dúo de Josh Hartnett y Hugh Grant se merece su propia serie como la va a tener 'The Gentlemen: Los señores de la mafia': ambos rebosan complicidad y comicidad como si llevaran toda la vida haciendo su papel. Pero siempre les dirige el clarísimo protagonista y actor fetiche del director desde su debut en 1998 con 'Lock & Stock'. Jason Statham se confirma y no se conforma como un icono del cine de acción actual dominando tanto los golpes físicos como los sarcásticos. Y hay mucho de ambos.

Todo eso ya sabíamos que Ritchie podía lograrlo, pero su estilo también se renueva. Por eso le da todo el espacio posible para lucirse al mejor personaje de toda la película y de los mejores (y escasos) personajes femeninos de su filmografía. Hemos avisado que esto era un festival de fórmulas, y Aubrey Plaza tiene que mantener con muchísima elegancia el estereotipo de la mujer gancho sensual que denota estar escrita y dirigida por un hombre (esos planos detalle de labios y las bromas sexuales chirriarían muchísimo en hombres, y no reciben nada de eso en ningún momento). Pero 'Operación Fortune: El gran engaño' también es un festival interpretativo de la actriz de 'The White Lotus'. Plaza se luce también como la chica de la silla en el backup, la friki tecnológica y, en el otro extremo con menos minutos de los necesarios, la buddy de Statham. En ella también hay otra película de acción muy potente que ojalá Ritchie o cualquier otro director le dé la oportunidad de protagonizar, como le ha ocurrido a Ana de Armas en 'Ballerina' tras testear su potencial en la última de James Bond 'Sin tiempo para morir'.

Jason Statham, Aubrey Plaza y Josh Hartnett en 'Operacion Fortune'

Demasiado molona para emocionar

Aubrey Plaza es una bonita consecuencia de la evolución del estilo de Guy Ritchie. Los bajos fondos han dado paso a los lujos de grandes organizaciones y gente rica; en este caso, Hollywood y traficantes energéticos. Pero el enfoque sigue siendo igual de callejero que en 'Snatch. Cerdos y diamantes', aunque esté más cerca al tono comercial de 'Operación U.N.C.L.E.'. La dirección es algo más plana a lo que nos tiene acostumbrados últimamente, llegando al extremo contrario de su criticada versión de 'Rey Arturo: La Leyenda de Excálibur': aquel era un guion vacío pero una bomba visual, mientras que 'Operación Fortune' presume del encanto y ritmo de su director en cada escena realizada de manera muy plana con tan solo un montaje fugazmente lucido. Por ello, podríamos situarla como una divertidísima obra menor un poco por encima de 'Despierta la furia' pero sin llegar a la excelencia de 'The Gentleman'.

Al firmar el libreto junto a sus habituales Ivan Atkinson y Marn Davies, Ritchie ha focalizado la acción en el guion más que en la dirección. En este primer apartado sí que se luce y se desata en una sucesión continua de escenas y secuencias en escalada imparable de situaciones más y más frenéticas. Fácilmente, puede que sea de sus películas más entretenidas y sin duda de las más abiertas al gran público sin blanquear su esencia. Aunque su campaña de promoción sea más limitada por no contar con una major detrás, el público no debería dejarse engañar: 'Operación Fortune' es el blockbuster-inicio de franquicia que Netflix no para de intentar hacer estos últimos años (hace poco con 'El agente invisible').

Entre tanto ritmo entregado en entretener, el gran inconveniente del filme es que se olvida de emocionar. Tiene muchos personajes que se lucen en monólogos, pero aunque nos hagan reír no nos hacen empatizar con ellos. Cuando acaba la película, descubres que no sabes nada de ellos. No tiene que ver con que sean espías, sino que no se les ve sufrir en ningún momento, sino tan 'solo' disfrutar. Ver la película es igual de divertido y superficial que jugar un partido de fútbol con ese grupo de gente desconocida que tal como aparece se va. El principal problema de 'Operación Fortune' es que es una película de acción en la que no hay peligro en ningún momento. Como si hubiera tenido que aplicar la cláusula de Will Smith o Dwayne Johnson, Ritchie no ha arriesgado en grises para endiosar a sus molones protagonistas. Pero hasta los dioses deben sangrar en el cine. Para bien y para mal, todo es demasiado fácil, bonito y vistoso, sin ni siquiera un simple giro de guion. Es cierto, tu corazón no se va a encoger en ningún momento del metraje, pero tampoco va a bajar las pulsaciones.

Nota: 7

Lo mejor: Cada segundo es frenesí. Aubrey Plaza.

Lo peor: No hay conflicto ni emoción, tan solo diversión.