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CRÍTICA

'Red': Hijas y madres con filtro anime

La nueva película de Pixar nos recuerda lo vergonzante y caótica que es la adolescencia, utilizando el humor y una estética kawaii. Pero además de eso es un homenaje a las relaciones madre-hija.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 7 de Marzo 2022 | 15:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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La pubertad no es algo nuevo en la filmografía de Pixar. En 2015 vivimos los cambios emocionales de Riley dentro de su propia cabeza con 'Del revés (Inside Out)'. El año pasado salimos del agua junto 'Luca' en su primera aventura lejos de sus padres, descubriendo la amistad y las vivencias que forjarán su personalidad adulta. 'Toy Story 3' hablaba de dejar la infancia atrás. Domee Shi, ganadora del Oscar por 'Bao', el adorable y algo inquietante corto protagonizado por una mujer y su delicioso "hijo", vuelve a enfrentarnos al terrible monstruo de la adolescencia en 'Red'. Pero ese monstruo esta vez tiene forma de panda rojo gigante y más que terrorífico lo que dan es muchas ganas de abrazarlo.

'Red'

Meilin Lee es una niña de 12 años que vive en Toronto con sus padres, aunque con quien más tiempo pasa es con su madre (maravillosamente doblada por Sandra Oh en la versión original). Mei es la hija perfecta: estudiante modelo, cariñosa con sus padres, y todas las tardes ayuda a su madre a cuidar del templo familiar. Pero un día empieza a sentir que algo cambia en ella: cada vez que se emociona demasiado se convierte en un enorme panda rojo y no puede volver a la normalidad hasta que se calma. Porque no era suficiente con el torbellino que es la adolescencia para el común de los mortales.

Domee Shi ya había dejado patente con 'Bao' cuál es su estilo de contar historias, muy desenfadado pero directo al corazón, y con 'Red' sabe hacerlo crecer para convertir la algo más de hora y media de película en uno de los títulos más frenéticos y divertidos de los del flexo. Como ya se veía en los tráilers, 'Red' coge muchas influencias de la animación japonesa, no solo en el ámbito estilístico sino también en el ritmo. Empezando por Mei. La protagonista alberga una energía desmesurada, es un huracán lleno de actitud. Es maravilloso ver cómo ya tiene una personalidad muy marcada de base, muy segura de sí misma y muy lanzada, y es al convertirse en un animal gigantesco cuando se resquebraja esa seguridad de la niñez y empieza a cuestionarse lo que dice y lo que hace. Panda Mei está constantemente avergonzada, es torpe porque no controla un cuerpo tan grande y está obsesionada con su olor corporal. Vaya, un símil maravilloso de cómo nos sentimos en un cuerpo que no entendemos cuando todo empieza a cambiar.

'Red'

Hasta ahora, Pixar (y gran parte de la animación hollywoodiense) se han caracterizado por escenarios y detalles que pretendían engañar al ojo y hacernos creer que estábamos viendo algo prácticamente real, como el Nueva York de 'Soul' o Portorosso en 'Luca'. Ya se encargaban los personajes de recordarnos que estábamos ante una película de animación. 'Red' rompe por completo con lo establecido en todos los sentidos. El Toronto en el que vive Mei no parece una fotografía sino un dibujo hecho, precisamente, por una niña de 12 años. Y ese estilo no es para nada un signo de vagancia o de "pérdida de calidad", sino una estética muy buscada para envolver la historia caótica de Mei en un ambiente tan acogedor y tan sincero como pueden ser cualquiera de los dibujos que guarda su cuaderno debajo de la cama. La película obvia las perspectivas y las líneas rectas para hacer el sueño de toda preadolescente, aprovechando de nuevo la influencia del anime. Lo mismo ocurre con los personajes. Las caras se vuelven completamente maleables para forzar expresiones irreales, pero de sobra conocidas gracias al anime, y los movimientos dejan de buscar el realismo para optar por el efectismo, como que Mei y sus amigas sean como un solo ser cuando están juntas o que Panda Mei mueva su cuerpo sin parar pero la cabeza se quede estática en la imagen. El resultado es puro humor, y lo sorprendente es lo bien que encaja con un diseño tridimensional tan propio de la animación occidental. Es un estilo fresco que no sacrifica ni un ápice el enfermizo nivel de detalle que podemos encontrar en el brillo de los ojos de los personajes, en el pelo de Panda Mei, en los efectos de iluminación con toques 2D que beben de nuevo del anime o en los cambios en el color de la ropa y escenarios relacionados con la protagonista según va avanzando la historia para reflejar su evolución personal. Toda la película está pasada por un filtro Kawaii, empezando por ese símil de la adolescencia que es un panda rojo despeinado y que, como nos dejan claro los personajes, huele bastante mal. Nunca el horror de crecer ha sido tan adorable. En Disney se van a inflar a vender peluches de esta metáfora de los cambios físicos de la edad, una representación muy inteligente que, además, conecta con la cultura china, bastante presente en la historia (aunque daría pie a mucho más). La película es una representación fantástica de la importancia de incorporar nuevas voces a la industria para reflejar matices de una historia como esta de una manera tan concreta y tan real. Que por fin las niñas asiáticas (y las madres) puedan verse en pantalla de una manera tan honesta es, siempre es, un triunfo.

Una historia de dos

Como decía, ese abrazar lo imperfecto y lo irreal convierte a 'Red' en una de las películas más divertidas del estudio, no solo con situaciones absurdas propias de la pubertad (algunas de ellas inspiradas en propias vivencias de la directora), y por el humor físico constante, también con un elenco que lleva sus personalidades mucho más allá, como el grupo de amigas de Mei o la madre de la protagonista. Pixar acoge con brazos abiertos la locura que es esa época vital tan turbulenta y nos da una película ágil y llena de giros locos, vista con la nostalgia de quien ya lo ha pasado y lo recuerda entre risas y vergüencita. Pero, por supuesto, también tiene una importante parte de emoción. Domee Shi quiere analizar en la película cómo se relacionan las madres e hijas asiáticas, tremendamente cercanas pero con una importante presión encima de las pequeñas. En 'Red' lo vemos al principio, cuando Mei es básicamente una versión pequeña de su madre, con sus mismos gustos, y que está orgullosa de sí misma porque su madre lo está. Pero llega un momento en el que los niños empiezan a explorar aficiones y relaciones que no están conectadas con sus padres, más aún cuando fuera de casa tienen una cultura y un estilo de vida totalmente distintos del que tienen en casa al ser hijos de inmigrantes. La incomprensión de la madre y el rechazo de la hija a quedarse como está son inevitables, sin negar en ningún momento el amor que se profesan. Una cosa muy buena que hace la película es ser muy justa con Ming, la señora Lee. Lejos de acabar cayendo en convertirla en la villana porque todo lo vemos desde la perspectiva de Mei, empatiza mucho también con una situación que está llena de incógnitas tanto para la hija como para la madre. Mei se siente sobrepasada por todos los cambios que está sufriendo su cuerpo y su vida, claro, pero Ming también es completamente novata a la hora de enfrentarse como madre a todos esos cambios y reacciona como lo ha hecho hasta ahora: con sobreprotección. Domee Shi se toma la molestia de explicarnos que esa dinámica es muy común en las familias chinas y construye un personaje vulnerable, que comete errores, pero que nunca deja de hacer lo que cree que es mejor para su hija. Si en 'Inside Out' estábamos más centrados en solo una de las perspectivas de la adolescencia, 'Red' crea una historia de dos y es ecuánime con el retrato de ambas. Y puede que sea una historia muy arraigada en la idiosincrasia asiática, pero todos hemos tenido encontronazos con nuestros padres en ese periodo de nuestra vida. La adolescencia es una enfermedad universal.

'Red'

Otro detalle que está muy cuidado es la amistad que Mei tiene con su grupo de amigas, su principal apoyo emocional fuera de su casa. La historia tiene lugar en 2002 para poder huir de las redes sociales y crear amistades cuyo mayor salto tecnológico es un teléfono de tapa. Mei y sus amigas pasan el rato en vivo y en directo, y descubren juntas el mundo más allá de la infancia gracias a intereses comunes como su amor por 4Town, la boyband de moda (que ojalá no estuviera tan desaprovechada), que también representa su despertar sexual. Con ellas Mei empezará también a explorar una cultura más allá de las tradiciones de su familia. Su propio camino. Las cuatro lo viven todo intensamente, son ruidosas y excéntricas, pero juntas son imparables. Es un reflejo perfecto del nivel de importancia al que llegan las amistades a esa edad, y por qué Mei está dispuesta a enfrentarse a su madre solo por mantenerlas a ellas. La ceñuda Abby y la gótica Priya son auténticas robaescenas.

Estando todo tan bien construido, y aderezado con unas cuantas sorpresas, sorprende quizás que su conclusión no llegue a ser todo lo emotiva que cabría esperar. La película no abandona ese tono tan desenfrenado en ningún momento, y por eso llegados al final no puede huir de ese apoyo en el humor, así que no necesitaréis pañuelos esta vez. Y es una pena porque la historia lo pide, no habla solamente las propias expectativas que puede despertar Pixar. 'Red' presenta una imagen de la adolescencia que se ve socavada por su propio sentido del humor. Puede que intente ser una visión más optimista de la pubertad que el dramón que llega a ser 'Del revés', pero da la sensación de que al final es un retrato demasiado amplio y algo genérico para lo inspirados que suelen ser en el estudio para acertar en los pequeños detalles. La película está llena de buenísimas ideas, tanto narrativas como estéticas. Pero 'Del revés' arriesgaba más, y a mayor riesgo, mayor recompensa. 'Red' tiene la ventaja de que es una película mucho más accesible, y que al primar el humor y el optimismo consigue dejar su huella. Pero quizás no es tan inolvidable como el relato de Riley y sus emociones.

'Red'

'Red' capta muy bien el rollo de las películas o series de principios de los 2000, con personajes que sienten su vida mucho más trascendental de lo que realmente es, que se apoyaban mucho en la comedia y en hablar de tú a tú, rompiendo la cuarta pared si hacía falta, y que tenían como centro esa búsqueda de la identidad y las ganas de ser considerados adultos. Representa la adolescencia de una manera menos sesuda que 'Del revés', apostando por apoyarse en la parte más torpona, incómoda y vergonzante de la edad del pavo. Quizás por eso no llega a ser tan, citando a los Backstreet Boys, "larger than life" como otras películas de la casa, a pesar de que la relación entre Mei, su madre y sus amigas sí sea realmente especial. Pero también tiene que haber sido catártico para su directora enfrentarse a los traumas de una de las etapas más convulsas de nuestra vida convirtiendo los peores recuerdos en un achuchable panda rojo que nos recuerda que también es una época de nuestra vida inolvidable. Complicada, sí, pero sin duda memorable.

'Red' se estrena en Disney+ el viernes 11 de marzo.

Nota: 7

Lo mejor: Lo bien que funciona la mezcla entre animación occidental y anime. Es una de las películas más divertidas de Pixar, y Mei es la bomba. Necesito mil peluches de Panda Mei. El cariño volcado en el personaje de la madre.

Lo peor: Le falta un golpe más emocional en su conclusión. 4Town están demasiado desaprovechados.

Películas
Red 6,5 Red
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