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MUSICAL QUEER

'Todos hablan de Jamie': La revolución drag

Después de 'Cenicienta', Amazon Prime Video estrena otro musical, 'Todos hablan de Jamie'. Pero tranquilos, en este no sale James Corden.

Pedro J. García
Por Pedro J. García Más 17 de Septiembre 2021 | 09:45
Redactor y crítico pop. Me apasiona la animación y veo series por encima de mis posibilidades.

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Hace diez años, el drag era todavía un movimiento underground, un arte queer en los márgenes de la cultura. Por aquel entonces, el programa 'RuPaul's Drag Race' aun estaba dando sus primero pasos, poniendo los cimientos de lo que pronto sería un auténtico imperio global. En 2021, el drag ya no es algo minoritario, sino que se ha colado en el mainstream gracias sobre todo al éxito imparable de la franquicia reality de RuPaul, que este año ha llegado a España.

Jamie New

Hace también una década se daba a conocer la historia de Jamie Campbell a través del documental televisivo 'Jamie: Drag Queen at 16', dirigido por Jenny Popplewell, la emocionante crónica del viaje de un adolescente para convertirse en drag queen y asistir al baile de fin de curso como su alter ego drag. Dicho documental fue adaptado en forma de musical para los escenarios en 2017, estrenándose originalmente en la localidad de Sheffield (de donde es el protagonista) y más adelante en el West End de Londres, donde disfrutó de un éxito arrollador.

Ahora, la inspiradora historia de Jamie nos llega en forma de película con 'Todos hablan de Jamie', adaptación cinematográfica dirigida por Jonathan Butterell (director de la representación teatral original), que llega a todo el mundo a través de la plataforma Amazon Prime Video, tras una larga espera provocada por la pandemia. Ahora, cuando más se le necesita, Jamie New irrumpe en nuestros hogares con su mensaje de tolerancia hacia la comunidad LGBTQ+ y su luminosa celebración de la diferencia.

Somewhere Over the Rainbow

'Todos hablan de Jamie' sigue a Jamie New, interpretado por la joven revelación Max Harwood en su primer papel en el cine, un alegre adolescente de Sheffield que sueña con un futuro sobre el escenario. Ante la presión de su conservadora profesora y mientras sus compañeros se platean su futuro laboral después del instituto, Jamie tiene clarísimo su sueño: convertirse en una drag queen, empezando por conseguir sus ansiados tacones rojos a lo Dorothy Gale, debutar en el bar gay local y asistir en drag al baile de fin de curso, cueste lo que cueste.

Jamie y Loco Chanelle

Para ello cuenta con el apoyo y el cariño de su comprensiva madre (Sarah Lancashire), que está orgullosa de su hijo tal y como es, y su mejor amiga Pritti (Lauren Patel), otra marginada como él. Claro que no todos están de su parte. Su padre, divorciado de su madre, nunca ha aceptado su homosexualidad, sus compañeros le hacen bullying y su orientadora escolar (Sharon Horgan) corta las alas a sus sueños de purpurina y tacones. Menos mal que conoce a la legendaria drag local Miss Loco Chanelle (Richard E. Grant), que lo guiará de cara a su debut en el escenario, no sin antes darle a conocer la historia de la lucha LGBTQ+, la crisis del Sida y la importancia de las drag queens.

Butterell traslada el aclamado musical a la pantalla en un espectáculo pop lleno de optimismo y buenas intenciones con números musicales que exteriorizan el desbordante mundo interior de Jamie a base de ritmo, estilo y energía. El objetivo tanto del musical como de la adaptación cinematográfica es resaltar el mensaje de aceptación y superación, creando un espacio seguro donde las personas queer pueden expresarse de la forma deseada sabiendo que van a ser abrazadas por ello, a pesar de que todavía hay una gran parte del mundo que no los acepta.

La lucha continúa

Con la violencia contra la comunidad LGBTQ+ aumentando en todo el mundo, el asesinato de Samuel Luiz y las agresiones homófobas que se acumulan en España, necesitamos urgentemente más historias como la de 'Todos hablan de Jamie', una pieza de ficción -basada en la realidad- que cumple la valiosa función de recordar a muchas personas queer (especialmente a las más jóvenes) que no están solas, que son válidas y que son dignas de celebrar.

'Todos hablan de Jamie'

Ahora bien, aunque el mensaje de 'Todos hablan de Jamie' es totalmente acertado y necesario, uno no puede evitar sentir que podía haber ido más allá. De alguna manera, el film se queda un poco en la superficie de su resplandeciente puesta en escena y no aporta nada que no hayamos visto ya. Su enorme corazón, su ternura y su sinceridad absoluta invitan a recibirla con los brazos abiertos y libres de cinismo, pero su historia quizá se queda algo corta en 2021, optando por lo seguro sin salirse del molde.

'Todos hablan de Jamie' recupera el espíritu de 'Billy Elliot (Quiero bailar)', con la que tiene mucho en común: su discurso en contra de la intolerancia, su ambientación en una localidad humilde de Inglaterra o su trama aspiracional de sueños cumplidos en la que la pasión y la alegría de un chico diferente cambia una comunidad. También está hermanada con 'The Prom', otro musical recientemente convertido en película de Netflix por Ryan Murphy que cuenta con un argumento similar. Y quizá ahí es donde está el problema de 'Jamie', que la historia del adolescente queer que quiere asistir al baile con su pareja del mismo sexo o, en este caso, vestido de mujer, ya provoca déjà vu.

Todos deberían hablar de Jamie

A pesar de que Butterell y su estupendo reparto levantan la película con eficacia, 'Todos hablan de Jamie' presenta los problemas habituales de muchas adaptaciones musicales. Por un lado, la ejecución es impecable y la película es una delicia visualmente, con Butterell realizando un trabajo más que solvente a la hora de traducir el lenguaje del escenario a las infinitas posibilidades del cine, e ideando coreografías y números que saltan de la pantalla a nuestro salón y nos invitan a bailar con el protagonista. Pero por otro, hay cierta desconexión con el resto de los elementos narrativos y varios personajes están desdibujados (especialmente el de Sharon Horgan, una villana cuyas motivaciones no están claras).

Pero que los árboles no nos impidan ver el bosque. Por mucho que 'Jamie' seguramente no vaya a cambiar el mundo, su presencia en nuestras vidas es sin duda motivo de celebración. Max Harwood está sensacional en su debut en el cine y más les vale inundarlo de papeles. Richard E. Grant nos da una interpretación breve pero gloriosa, como de costumbre. Las canciones son infalibles (los que ya conocían el musical podrán dar fe). Y la película sabe exactamente qué teclas tocar para emocionar, en la tradición del mejor cine comercial británico de los últimos 25 años.

Max Harwood y Sarah Lancashire

Y eso es lo mejor, que 'Todos hablan de Jamie' está pensada para todo el mundo, para que su mensaje llegue a todo tipo de personas, para concienciar y visibilizar, para decirle a ese niño al que le gusta ponerse los tacones de su madre que no está solo y que su diferencia es lo que lo hace especial, para recordar a sus padres que deben apoyarlo incondicionalmente, y para cualquiera que esté dispuesto a escuchar y abrir su mente. Por eso todos deberíamos hablar de Jamie, porque hoy más que nunca, cuando nos están insultando, agrediendo y matando, necesitamos la esperanza que su historia simboliza.

Lo mejor: Su valioso mensaje (especialmente para los más jóvenes), un casting redondo y su protagonista, Max Harwood, un torbellino de luz e ilusión.

Lo peor: Va demasiado a lo seguro y tiene un desenlace muy simple.

Nota: 7