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CRÍTICA

'Las vidas de Marona': Todo el amor que puede darse

Crítica de 'Las vidas de Marona', dirigida por Anca Damian. Mostrada en el 57º Festival de Gijón y candidata a la mejor película de animación en los Premios de Cine Europeo.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 26 de Junio 2020 | 08:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine de animación siempre ha demostrado ser fuente inagotable de creatividad, ejemplo de ello son cineastas como Jan Svankmajer, Eiichi Yamamoto, Michel Ocelot o Hayao Miyazaki. La industria francesa ha demostrado a lo largo de los años una sensibilidad autoral excepcional en forma de animación, ejemplo de ello son los recientes estrenos de 'Dilili en París' (2018), '¿Dónde está mi cuerpo?' (2019), 'Las golondrinas de Kabul' (2019) o 'La famosa invasión de los osos en Sicilia' (2019). Ahora le toca el turno a 'Las vidas de Marona', una entrañable y fabulosa historia que aspira ya a convertirse en una de las obras maestra de la animación europea contemporánea.

Las vidas de Marona

Anca Damian inicia revelando el final de la película, el destino de su personaje, Marona, una encantadora perrita, que será la voz en off que narre las diferentes vidas que ha tenido a lo largo de su vida, lo que incluye todos los dueños que ha tenido. La cineasta rumana vuelve a derrochar una increíble creativa, con un estilo de animación surrealista, que huye de reglas y cánones para adecuarse a lo que la directora, con guion de Anghel Damian, desea contar.

Una maravilla visual y una historia entrañable

Es más, en varias escenas, dicha animación se adecua a la mirada de Marona y cómo percibe al resto del mundo. De hecho, la perrita es el único personaje cuyo diseño apenas varías a lo largo del filme, mostrando una coherente evolución, que permite que el resto de personajes, así como los distintos escenarios, estén a la postre de la imaginación de su realizadora. Damian vuelve a demostrar que es una de las voces más interesantes del panorama de la animación europea, además de haber logrado marcar un estilo propio, que pudo verse en la magnífica 'Crulic, camino al más allá' (2012).

Las vidas de Marona

Con un estilo de animación surrealista, el filme consigue canalizar las emociones de su protagonista de una forma excepcional, el guion de Damian consigue mimetizarse con lo que, en teoría, debería sentir un perro. Partiendo de esa base, Marona ve la vida de una forma sencilla, decidida a dar y recibir amor y cariño, algo que va viéndose en toda la trama, que sigue con estupenda congruencia la evolución de Marona, llamada antes Sarah y Anna. Es más, pese a que el público conoce ya el final del filme de antemano, querrá saber cómo ha llegado hasta ese punto, ver el pasado de la perrita, conocer su vida.

Es imposible no querer a Marona

Y ahí surge el interesante trasfondo del filme, su personaje evoluciona de forma coherente, según una lógica perruna. Con lo cual, son sus distintos dueños los que ofrecen esa mirada que el público adulta sabrá apreciar, en la que Damian hace una dura crítica a una sociedad en la que las mascotas son abandonas, tratadas como objetos y, lo peor, maltratadas. El camino de rosas de Marona está lleno de espinas, pero aun así, se está ante una protagonista que solo busca ser feliz y tener cariño. En ese sentido, el filme invita a una reflexión sobre la relación de las personas con los animales, algo esencial de entender para el público al que va dirigido el filme.

Las vidas de Marona

Por otro lado, Damian no duda en mostrar que, ante todo, el filme es una producción de autor, mostrando desde el inicio el trágico destino de su heroína. Evitar mostrar el lado más oscuro del ser humano a los más pequeños de la casa no ayudará a que vean las consecuencias de actos como los ya citados (maltrato o abandono de animales).

Todo esto convierte a 'Las vidas de Marona' en un largometraje exquisito, lleno de humanidad, desgarrador pero tremendamente maravilloso. Un nuevo logro de la animación europea, que se convierte, sin duda, en uno de los títulos imprescindibles del género actual. Damian, quizás una de las pocas figuras femeninas en cuestión de animación europea, firma un nuevo logro cinematográfico.

Nota: 9

Lo mejor: Es imposible no caer rendido ante el encanto de la dulce Marona.

Lo peor: Su limitado pase por cines, especialmente en fechas muy duras.

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