Neal McDonough, actor conocido por su papel en series como 'Hermanos de sangre', 'Yellowstone', 'Justified: La ley de Raylan' o 'Tulsa King', se sinceró recientemente en el podcast Nothing Left Unsaid sobre cómo una exclusiva regla personal sobre escenas románticas le provocó un período muy complicado en su trayectoria.

Según explicó, desde hacía años incluía en sus contratos una cláusula que le prohibía besar a otra mujer en pantalla, una decisión motivada por su fe católica y su profundo compromiso con su esposa, Ruvé McDonough. El actor insistió en que su pareja no tenía problema con que se diese besos en pantalla, fue él quien decidió aplicar ese límite.
Según McDonough, esa convicción llevó a que Hollywood "le diera la espalda". En su relato afirma que fue despedido de una serie (que podría ser 'Scoundrels' de ABC, donde fue reemplazado en 2010 por negarse a filmar escenas íntimas) y que, como consecuencia, estuvo hasta dos años sin trabajar: "Perdí todo lo que te puedas imaginar... no pierdes solo casas, sino tu propia identidad", confesó. Ese batacazo profesional derivó además en una crisis personal que incluyó alcoholismo, aunque aclara que nunca bebió en el trabajo.

A pesar de todo, McDonough ha mantenido una presencia constante en cine y televisión desde inicios de los 90, con una filmografía nutrida que incluye 'Mujeres desesperadas', 'Minority Report', participaciones en proyectos de Marvel como 'Capitán América: El primer vengador' y varios proyectos recientes. Su resurgimiento se consolidó al aceptar papeles de villano que no requerían escenas románticas, y tras una llamada con la que obtuvo un rol relevante en 'Justified: La ley de Raylan'.
Proyectos a medida
En 2025 estrenó 'The Last Rodeo', una película que él mismo escribió y produjo para poder adaptarse a sus límites personales. En un giro creativo, incluso interpretó al protagonista junto a su esposa Ruvé interpretando a su pareja en pantalla, lo que le permitió besar solo a ella y mantener sus principios intactos. McDonough destaca no solo el éxito comercial y la excelente recepción del público, sino también el valor simbólico de hacerlo a su manera, apoyándose en su fe y en su familia.

Esta declaración ha generado controversia y ha abierto un debate sobre si negarse a besar a otras personas contradice la naturaleza del trabajo actoral, donde ese tipo de escenas puede formar parte del guion.
Además, no todas las producciones incluyen contenido romántico o íntimo, y en aquellas que sí lo hacen, estas condiciones suelen aclararse antes del reparto o durante el proceso de casting. Mientras que muchos aplauden su perseverancia y coherencia personal, otros lo critican por considerar que su postura refleja una falta de profesionalidad.