å

IMPRESCINDIBLE

Por qué 'Succession' de HBO es la mejor serie del año y merece todos esos premios

La serie creada por Jesse Armstrong consigue narrar una gran historia a la par que plantea ciertos temas de gran interés social.

Por Juan Ignacio Rodríguez Fernández 31 de Enero 2020 | 10:45

Comparte:

¡Comenta!

'Succession' ha sido una de las series revelación en 2019. Esta ficción de HBO, creada por Jesse Armstrong, cuenta con dos temporadas disponibles en la plataforma. Consiguió coronarse como mejor serie dramática en los Globos de Oro por su segunda tanda de episodios, premios en los que también fue galardonado Brian Cox, uno de sus protagonistas, como mejor actor de televisión.

Más allá de haber salido laureada en estos galardones, y en otros como los BAFTA o los Satellite, es necesario preguntarse por qué 'Succession' levanta pasiones entre la crítica y la prensa especializada. Un reconocimiento merecido que convierte a este drama familiar con trazas de sátira en un imprescindible en el saturado mercado audiovisual.

En una era donde la ficción se ha convertido en un producto fabricado en masa destinado al mero entretenimiento es extraño encontrar relatos en los que haya algún ápice de crítica. Generar reflexión no es un objetivo prioritario en las series de consumo generalizado, en las que la denuncia se convierte en algo cosmético o, incluso, se omite. Es el caso de 'Stranger Things' o 'Élite', que logran convertirse en fenómenos sociales sin necesidad de profundizar en los evidentes defectos del mundo actual.

La virtud de 'Succession', más allá de su impecabilidad técnica, es la habilidad de los guionistas para incitar al espectador a replantearse el mundo el que vive. Lo hace, además, de forma muy inteligente. No necesita monólogos interiores, frases aleccionadoras o moralinas vacías. Su poder reside en retratar, con pinceladas de crudeza y toques de humor, la historia de una familia disfuncional cuyas interacciones basculan entre lo empresarial y lo sentimental.

 Succession

Una magnífica labor de creación de personajes

Un gran conglomerado mediático, Waystar Royco, y un sinfín de localizaciones que erotizan el lujo son los escenarios perfectos para la contienda. El patriarca del clan, Logan Roy (Cox) se convierte en el astro rey y a su alrededor gravitan todas las tramas. Sus vástagos Kendall Roy (Jeremy Strong), Roman Roy (Kieran Culkin) y Siobhan Roy (Sarah Snook) son los encargados de trasladar sus carencias afectivas al terreno empresarial para intentar quebrar el poder omnímodo que su progenitor ejerce sobre ellos. A través de los relatos de estos personajes, y de las de otros que los acompañan en sus periplos, surgen conflictos que indagan, de forma implícita, en algunos de los problemas a los que se enfrenta la sociedad contemporánea.

Parte de la magia de 'Succession' reside en la fuerza de sus personajes. Esta serie de HBO genera su propio universo en el que la vida familiar y laboral se superponen, mezclando las emociones con el dinero. Esta ponzoña en la que se sumerge el espectador desde el primer visionado genera debate y critica, por exposición, los defectos del neoliberalismo extremo y caníbal que Estados Unidos está exportando a los países que están bajo su influjo.

Logan Roy, como máxima autoridad en la empresa familiar, ejemplifica a la perfección la tiranía del sistema asimétrico en el que vive. Maneja a sus empleados con una actitud impía y descarnada, priorizando lo económico a lo humano. Esta actitud glacial se traslada también a las relaciones con sus hijos, que heredan los defectos de su padre.

Brian Cox

Kendall Roy, el segundo hijo mayor de Logan, es quien más sufre los estragos de su progenitor. En los primeros episodios se presenta como un tiburón corporativo que mantiene a raya a sus subalternos con una jerga que roza el ridículo. Sin embargo, este personaje se abre como una rosa marchita con el paso de los capítulos mostrando su podredumbre emocional. Su ansia de triunfo profesional es un intento burdo de ganarse el afecto de su padre. Este vacío es una herida que duele y supura, conduciendo a Kendall a la drogadicción y a problemas relacionales con su expareja y sus hijos, que quedan completamente olvidados tras la primera temporada.

Siguiendo su estela, el hijo más pequeño del magnate de los medios es Romulus Roy, conocido como Roman. Sus escenas dotan a 'Succession' de hilarantes momentos de humor que rebajan la tensión permanente. Roman es el paradigma del nepotismo, un mal muy común en el mundo laboral y que se acentúa en épocas de crisis. Con un conocimiento nulo sobre el mundo empresarial, y sobre la vida en general, desempeña el papel de director de operaciones de la empresa sin saber muy bien qué hacer. Mientras tanto, intenta lidiar con una vida personal caótica condicionada por sus parafilias sexuales.

Como hermana mediana entre Kendall y Roman, Shioban Roy, la única descendiente femenina de Logan, es el personaje más interesante. Es la única capaz de escapar de los tentáculos de su padre y de labrarse un hueco en el mundo de la política. Shioban busca romper el estereotipo de mujer frágil y quebrar los techos de cristal de un entorno empresarial que rezuma testosterona. Sin embargo, esta lucha por el poder la lleva a envolverse en un aura de soberbia y a descuidar su relación de pareja, llegando incluso a utilizar a su marido Tom Wamsgans (Matthew Macfadyen) como una herramienta más en su pugna por el control de la empresa familiar. De hecho, el prometido y después esposo de Shioban también llama la atención del espectador por ser absolutamente despreciable. El afán de medro de Tom y su ansia por labrarse un hueco en la familia Roy le conducen a una adulación continua de Logan y los suyos, llegando a ridiculizarse ante ellos para intentar complacerlos.

 Siobhan Roy

Por último, y prosiguiendo con el ridículo, Connor Roy (Alan Ruck) no puede quedarse en el tintero. El hermanastro de Shioban, Kendall y Roman, nacido del primer matrimonio de Logan, es un ranchero que se dedica a disfrutar de la fortuna de su familia sin trabajar. Al mismo tiempo, intenta construir una familia junto a una escort de lujo llamada Willa Ferreyra (Justine Lupe) condenada a soportar sus delirios de grandeza para engrosar su cuenta bancaria a final de mes y poder desarrollar su faceta de dramaturga.

Lo que 'Succession' pone sobre la mesa

En este viaje por las escasas luces y las alargadas sombras de la familia Roy también se plantean algunos debates de mayor envergadura y directamente relacionados con temas de total actualidad. La corrupción es sin duda el más evidente y se materializa en las interacciones entre los personajes, que recurren habitualmente al dinero o a sus influencias para intentar doblegar o adulterar la voluntad de civiles, empresarios o, incluso, políticos.

Esta manipulación se traslada también al ámbito mediático. En plena era de las "fake news", los bulos y la necesidad de independencia informativa, Logan Roy y sus acólitos manejan la opinión pública a través de ATN y otros medios de comunicación en su propiedad. Una situación que, llevada al ámbito nacional, puede recordarnos a la polarización de la televisión española en la que Mediaset y Atresmedia, duopolio por antonomasia, luchan encarnizadamente por ser el grupo de comunicación referente. Lo mismo sucede en la serie cuando Waystar Royco se enfrenta a PGM, otra corporación del sector informativo, que amenaza la posición preponderante del emporio de los Roy.

La temporada 3 de 'Succession', todo un reto

Sin una fecha de estreno determinada en HBO, la tercera temporada de 'Succession' supondrá un auténtico desafío para su equipo. El final de la segunda tanda de episodios terminó con un gran giro de guion que podría poner a Logan Roy entre rejas y destruir Waystar Royco.

Logan Roy

Aunque aún no se sabe si el todopoderoso Logan guarda un as en la manga para salir del embrollo, esta última puñalada parece augurar una gran guerra familiar-empresarial en la que no quedará títere con cabeza. Un cúmulo de conflictos que da libertad a los guionistas para decidir el destino de cada uno de los integrantes de esta familia en la que los ceros tras el primer dígito de una cuenta bancaria unen más que los lazos de sangre.

Series