å

UNIVERSO MARVEL

'Black Panther: Wakanda Forever': El cine de superhéroes como catarsis colectiva

'Black Panther: Wakanda Forever' es un precioso homenaje a Chadwick Boseman que sella su legado a la vez que mira al futuro en un espectáculo épico de intensidad y sentimiento a flor de piel.

Pedro J. García
Por Pedro J. García Más 8 de Noviembre 2022 | 18:00
Redactor y crítico pop. Me apasiona la animación y veo series por encima de mis posibilidades.

Comparte:

¡Comenta!
'Black Panther: Wakanda Forever': El cine de superhéroes como catarsis colectiva

Si el reto de desarrollar una continuación a 'Black Panther', no solo un exitazo de taquilla, sino todo un fenómeno cultural, ya era complicado, la muerte en 2020 de su protagonista, Chadwick Boseman, levantó una montaña casi imposible de escalar. Y no solo por el dolor que causó la pérdida de un compañero querido y admirado, y un nuevo icono de representación, sino también por la labor de recalibrado que suponía para Marvel Studios y Ryan Coogler, que se veían obligados a afrontar la pérdida del actor mientras barajaban cómo continuar su legado tal y como él habría deseado.

Así nació, o mejor dicho, renació 'Black Panther: Wakanda Forever', el resultado de ese proceso de duelo y aceptación que llevó a todo el equipo a encontrar la manera de seguir adelante sin su líder y mantener viva la llama de Wakanda, una nación y un símbolo que acababa de nacer en el Universo Cinematográfico Marvel y no podía terminar así. Cuatro años después de que 'Black Panther' se convirtiera en la película de un superhéroe en solitario más taquillera del UCM (solo superada recientemente por 'Spider-Man: No Way Home') y lograra el hito de ser nominada a Mejor Película en los Oscar, Coogler regresa a la dirección de su secuela, que se erige como monumento a Boseman, pero también a las personas a su alrededor que, como él, constituyen la poderosa metáfora de Wakanda.

Black Panther

En lugar de contratar a un nuevo actor para el papel de T'Challa, Marvel decidió que el Rey de Wakanda también moriría en la ficción, para a continuación usar ese inesperado momento de inflexión para construir una historia sobre la pérdida con la que trasladar a la pantalla el proceso real de aceptación y curación que estaba ocurriendo detrás de ella. De esta manera, el desarrollo de 'Wakanda Forever' recae en la familia de T'Challa y los ciudadanos de Wakanda más próximos a él, con su hermana pequeña, Shuri (Letitia Wright), recogiendo su testigo como protagonista y con el mayor peso de la historia sobre ella, y su madre, Ramonda (Angela Bassett), dando un paso al frente como regente de Wakanda. De hecho, 'Wakanda Forever' es, sin proponérselo así en un principio, una historia en la que las mujeres llevan las riendas, con una relación madre-hija en el centro, y varias formas de sobrellevar la pérdida reflejadas en otros personajes femeninos como Nakia (Lupita Nyong'o) o la general Okoye y las Dora Milaje (Danai Gurira).

Al igual que su predecesora, 'Wakanda Forever' es probablemente la película de Marvel más rica en discurso político, con el colonialismo y la apropiación como los grandes temas que vertebran la saga. Tras un doloroso prólogo que nos cuenta cómo murió T'Challa (filmado casi íntegramente en plano secuencia y con una Letitia Wright sobrecogedora), el catalizador de la trama de esta segunda parte es el conflicto mundial que se deriva de la codicia por el Vibranium, el poderoso metal que solo se encuentra en Wakanda, y que las diferentes potencias tratan de alcanzar usando métodos invasivos tras la muerte de T'Challa. Ramonda, su familia y su ejército juran defender su tierra con uñas y dientes, pero la aparición de una nación secreta que asegura que también posee Vibranium lo cambia todo.

Tenoch Huerta como Namor

Entra Namor. 'Black Panther: Wakanda Forever' supone el esperado debut en el Universo Cinematográfico Marvel del conocido como el primer mutante de Marvel Comics, interpretado en la gran pantalla por Tenoch Huerta y reescrito para el UCM con un nuevo origen. En la película, Namor no es el rey de Atlantis, sino de Talokan, un reino submarino inspirado en la cultura maya. Wakanda y Talokan protagonizan el conflicto que servirá como eje de la película, a partir del cual se desprenden las numerosas ramificaciones que dan forma a una de las entregas de Marvel más densas y complejas hasta la fecha.

Un espectáculo que no solo alcanza la épica a nivel narrativo y visual, sino también en su tratamiento de la emoción, ofreciendo la oportunidad de alcanzar una catarsis colectiva junto a los personajes y los actores que les dan vida. Salta a la vista que todas están actuando por y para Chadwick, poniendo todo el alma y el corazón en sus interpretaciones, lo que da lugar a una experiencia muy intensa y desbordante. Bassett es la que realiza el trabajo más descarnado y visceral de la película, todo ferocidad y grandilocuencia (no descartemos una nominación al Oscar), con Wright canalizando su experiencia personal para añadir capas a Shuri en un ejercicio de gran intimidad, y Gurira y Nyong'o representando extremos opuestos en las formas de reaccionar a la tragedia.

Volviendo a Namor, Huerta se alza como la gran revelación de la película, interpretando a un antagonista (que no exactamente villano) lleno de matices, que el actor mexicano acomete con gran presencia, pasión y carisma, insuflando humanidad a un personaje que es mucho más que el malo de turno. Cada vez que Huerta aparece en pantalla, la película se vuelve más interesante y excitante, continuando la labor de Michael B. Jordan como Killmonger, con otro enemigo psicológica e ideológicamente complejo. Pero no es la única novedad. 'Wakanda Forever' también marca la introducción en el UCM de Riri Williams (Dominique Thorne), la nueva superheroína adolescente que próximamente protagonizará su propia serie, 'Ironheart', en Disney+. Si la película es decididamente la más seria y dramática que nos ha dado últimamente Marvel, eso no quiere decir que no haya espacio para el humor y la ligereza, y de ello se encarga Riri, que protagoniza junto a Shuri y Okoye las escenas más abiertamente cómicas del film. Momentos que pueden chirriar un poco con el tono solemne del resto de la película, pero que aportan energía juvenil prototípicamente marveliana y un bienvenido alivio cómico entre tanta tristeza.

Okoye y Shuri

Visualmente, 'Wakanda Forever' es prácticamente impecable. Si la primera entrega recibió críticas por algún que otro efecto visual pobre, esta secuela sube el listón de la franquicia, y de la Fase 4 en general, con un CGI mucho mejor y unas escenas de acción especialmente contundentes. A destacar sobre todo las secuencias acuáticas, perfectamente realizadas (y sintiendo la comparación odiosa, infinitamente mejores y más realistas que en 'Aquaman') y con momentos de auténtica belleza. Y también algo de suspense y terror. Porque Namor y Talokan traen consigo una amenaza que puede resultar muy inquietante, especialmente en sus primeras apariciones en el mar bañado en oscuridad, donde la película se adentra en terreno espeluznante con buenos resultados.

La iconografía de 'Black Panther: Wakanda Forever' se vuelve aun más exuberante con nuevas y detalladas manifestaciones de su cultura en forma de vestuario (los ropajes funerales en blanco son de una belleza absoluta), tradiciones o simplemente a través del color y las texturas que dan forma a Wakanda. Sin olvidar la música, compuesta de nuevo por Ludwig Göransson, que continúa labrando su nombre como uno de los compositores más estimulantes del momento tras su aclamada labor en 'The Mandalorian', con otro viaje sonoro para el recuerdo. Ese empaque estético, el respeto a la hora de plasmar las culturas en las que se apoya para confeccionar su mitología y el buen ojo de Coogler para crear imágenes con fuerza reafirman a 'Black Panther' como la propiedad de Marvel de mayor identidad propia. Un proyecto que aúna lo personal con lo que se espera del estudio, abundantes conexiones, cameos y muchas sorpresas que recompensan a los espectadores más fieles y siguen superponiendo y entrelazando piezas de cara al futuro de la saga.

Las costuras (inevitables) de un esfuerzo muy complicado

Teniendo en cuenta la empresa imposible a la que se enfrentaba Marvel con esta película, Coogler y su equipo salvan la situación de la mejor manera posible, sacando fuerzas de flaqueza para hacer algo verdaderamente trascendental y con un significado que traspasa los confines habituales del cine de Marvel. Claro que, en ese esfuerzo de recomponer el tejido de lo que se suponía que iba a ser esta secuela, pueden quedar a la vista las costuras. Aunque Wright realiza un buen trabajo, la ausencia de Boseman pesa en muchos momentos, en los que se nota demasiado que la trama estaba pensada para él. De la misma manera, las diferentes desviaciones en la historia y su cantidad de tramas y personajes, provocan que la película, una de las más largas de Marvel con 161 minutos de duración, pueda resultar algo caótica y sobrecargada.

Angela Basett como Ramonda

Sin embargo, de alguna manera, Coogler consigue transmitir la sensación de que todo (o casi todo) en ella es importante y crucial, lo cual hace más fácil la inmersión, a pesar de sus saltos de ritmo. Es sobre todo gracias a esa emoción a flor de piel que no se puede resaltar lo suficiente, esa garra que bombea una entrega de Marvel hecha desde muy dentro. 'Black Panther: Wakanda Forever' cierra la Fase 4 de Marvel con un punto y seguido elevado, una película que desde la cortinilla de Marvel Studios, dedicada a Chadwick Boseman, hasta su sorprendente escena post-créditos (ojo, solo hay una), apunta directa al estómago. Un tributo precioso que nos da algunas de las imágenes más bellas de Marvel, interpretaciones de gran calibre y una de sus historias más intensas, forjando una despedida que facilita la clausura, a la vez que abre un nuevo camino para el reino de Wakanda y el Universo Marvel.

Nota: 8

Lo mejor: Es pura pasión y sentimiento con mensaje. Las interpretaciones, de lo mejor del UCM. Visualmente es un triunfo y el CGI mejora mucho a la primera.

Lo peor: Puede llegar a ser muy densa y el humor, aunque escaso, no termina de encajar.