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45 REVOLUCIONES

'45 revoluciones': Bambú se lava la cara con un nuevo drama musical que no abandona sus raíces

Así es '45 revoluciones', el nuevo drama de Bambú para Atresmedia que cuenta el surgir del pop en la España de los 60.

Por Jonathan Espino Aparicio 17 de Marzo 2019 | 14:22

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En España, durante todos estos años, no se han acabado de pulsar las teclas correctas en cuanto a series musicales se refiere: '18' o 'Dreamland' fueron dos proyectos con una promoción apabullante pero que no consiguieron, por un motivo u otro, calar entre el público. Solo 'Un paso adelante', estrenada ya hace 17 años, se convirtió en un fenómeno inigualable e irrepetible.

Ahora, Antena 3 vuelve a apostar por el género y lo hace sobre seguro: con Bambú y con un drama romántico de época, la fórmula del éxito de Ramón Campos y Gema R. Neira, responsables de la productora y creadores también de la serie, y su equipo de guionistas: en este caso, Paula Fernández, Salvador S. Molina, Curro Serrano, David Orea, Javier Chacártegui y D.C. Torallas.

En '45 revoluciones', nos encontramos con la historia de Roberto en 1962, un joven que está dispuesto a hacer todo lo posible para triunfar en la música. La suerte quiere que, un día, se encuentre con Guillermo, un hombre que va a montar un nuevo sello discográfico y quiere representarlo. De este modo, un soñador y un visionario se juntan para crear un nuevo género musical, el pop, que acompañará a una España aún reprimida por el régimen franquista.

 45 revoluciones

Sorprende para bien encontrarnos con un reparto en el que no hay ninguno de los actores habituales de la productora: Carlos Cuevas, conocido por todos por ser quien diera vida a Pol Rubio en 'Merlí', e Iván Marcos, con el que ya contaron para un papel secundario en 'Fariña' y ahora regresa como uno de los protagonistas, son los encargados de dar vida a Roberto y Guillermo, respectivamente; además, a ellos se suma Guiomar Puerta como Maribel, la visagra entre estos dos personajes, ayudante del segundo, más que posible interés amoroso del primero, y personaje fundamental en el primer episodio en el que ya se nos muestra como símbolo de la mujer que abre los ojos y despierta durante la dictadura, haciéndose valer y respetar.

El amor por encima de todo (incluida la música)

El público adora las series que realiza Bambú y eso ha hecho que la productora se grabe a fuego un esquema que no siempre le favorece. En el primer episodio de '45 revoluciones', nos meten por los ojos un triángulo amoroso que no nos da tiempo a procesar, pero que ya está ahí, mascadito, para que nadie pueda llegar a sospechar que no va a suceder: en este caso, la relación entre Maribel y su prometido que se verá sacudida por la llegada de Roberto.

 45 revoluciones

No conocemos prácticamente nada de los protagonistas ni qué es aquello que les mueve pero cada escena conjunta nos apunta en la misma dirección, un camino que puede llevarnos a ese desenlace, sí, por qué no, pero que no se toma el tiempo de desarrollar sino que simplemente ya está ahí, de manera espontánea, como si dos personas jóvenes por el mero hecho de compartir espacio en una habitación deberían acabar juntas antes del tercer mes/capítulo.

En '45 revoluciones' hay una historia muy interesante, muy bien ambientada y fantásticamente aderezada con covers de temas conocidos por todos... pero no es la romántica. Lo que verdaderamente nos importa de la serie es la música, el surgimiento del pop, cómo está cambiando España en ese momento, y, sí, quizá el amor sea lo que ligue todo, pero en ningún caso debería ser el ingrediente principal de la receta; en ese caso, estaríamos 'velvetizando' una serie que, en su concepción musical, no nos recuerda a nada que hayamos visto antes en televisión: quizá tenga ecos de 'Cadillac Records' o 'Jersey Boys' pero de forma serializada y con el aliciente de una España convulsa que se muere por ser libre.

 45 revoluciones

En el apartado musical, sorprende gratamente que la productora haya optado por incluir versiones de temas actuales pero llevados al pop de los años sesenta: en este primer episodio podemos escuchar una cover de 'Human' de The Killers con la voz de Carlos Cuevas que, de ser publicada en Spotify, va a pegar un pelotazo bien fuerte. Si esto se convierte en una tónica de la serie, será todo un acierto porque consigue conectar con el espectador más joven a distintos niveles y, además, genera contenido transmedia que siempre es interesante de cara a posicionarte con este público.

Un reparto brilla en una serie que quiere ser moderna

Vaya por delante que Bambú no ha escatimado en la recreación de los años 60, cuidada al detalle y con muchos guiños que despertarán la melancolía de los más mayores, pero si algo destaca en este primer episodio es un trío protagonista estupendo: Cuevas reproduce un personaje que podría ser el abuelo de Pol Rubío (esperemos que consiga desmarcarse de ese papel en el desarrollo de la serie), y Puerta y Marcos están estupendos, sobre todo, el segundo: se come la cámara a cada plano, construyendo un personaje con un carisma arrollador y que empequeñece, y mira que es difícil, a su joven partenaire.

'45 revoluciones' llega a Antena 3 con la intención de convertirse en la nueva 'Velvet': se nota, sobre todo, en sus personajes secundarios, que podrían pertenecer al mismo universo (la suegra de la protagonista nos va a sacar de los nervios, ya veréis) y en el ya mencionado gusto por el 'culebrón' (en el sentido menos peyorativo de la palabra); sin embargo, la dirección de David Pinillos la hace diferente: pantallas partidas, movimientos de la cámara muy dinámicos y un montaje muy picado hacen de ella una propuesta, en esencia, tradicional pero con un envoltorio que huye de todo convencionalismo. Ah, y todo ello condensado en episodios de 50 minutos, que es de agradecer.