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CRÍTICA

'Alguien que cuide de mí': Elvira Lindo apunta muy alto en su irregular debut en la dirección

La novelista dirige su primera película junto a Daniela Féjerman y cuenta con Aura Garrido, Emma Suárez y Magüi Mira como trío protagonista.

Carlos González Manzano
Por Carlos González Manzano Más 28 de Abril 2023 | 09:45
Periodista crepuscular que vive en las viñetas de Tintín, los mundos de Tolkien y las películas de Ghibli

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'Alguien que cuide de mí': Elvira Lindo apunta muy alto en su irregular debut en la dirección

Inaugurando un festival de Málaga que terminaría coronando '20.000 especies de abejas', 'Alguien que cuide de mí' empezaría un largo recorrido con una interesante apuesta por bandera: Elvira Lindo, la exitosa novelista española, dirigía su primera película. Junto a Daniela Féjerman, Lindo encontraría en Aura Garrido, Emma Suárez y Magüi Mira el trío ideal para esas tres generaciones de mujeres con sus problemas, sus cuentas pendientes y sus secretos.

'Alguien que cuide de mí'

Aunque ya hubiese escrito los guiones de otras películas como 'La primera noche de mi vida', 'Plenilunio' o, por supuesto, 'Manolito Gafotas', la tarea de la dirección era completamente nueva para Lindo, que logra un trabajo solvente junto a su compinche pero que queda en agua de borrajas al sustentarse en un guion bastante pobre. La reiteración de conceptos y la escritura de unos diálogos bastante flojos hacen de 'Alguien que cuide de mí' una obra que pretende abarcar mucho, pero que aprieta muy poco.

Garrido interpreta a Nora, una joven actriz que acaba de ganar un premio Goya y se encuentra en la cresta de la ola. Como referentes, su abuela Magui y su madre Cecilia también fueron actrices, aunque ahora, claro, no pasan por su mejor momento. Lindo, que parte de un relato original propio para desarrollar la historia, trata de entremezclar, sin demasiado éxito, las vidas de estas tres mujeres con el objetivo de sacar algo de jugo.

El jugo que se rescata es un intento encomiable de trazar diálogos mordaces, de analizar la psique humana en tres estados diferentes de la vida de la actriz y de tratar de demostrar todo lo malo que puede desencadenar una pésima comunicación, nutrida en gran parte por ciertas rencillas o envidias que deberían poder subsanarse fácilmente cuando se trata de la familia.

'Alguien que cuide de mí'

En ese sentido, tanto Lindo como Féjerman deben apuntarse un tanto, pues retratan con honestidad y sin tapujos los choques generacionales que surgen por mera distancia de años. Esas relaciones en las que ambas personas chocan como dos búfalos, destinados a no entenderse ni aunque quieran. Son problemas orgánicos y ambas cineastas sí que aciertan en este ámbito.

Chejov y poca convicción

El problema viene cuando se perpetúa un tono imposible de mantener. 'Alguien que cuide de mí' huele (o quiere oler, mejor dicho) a Pedro Almodóvar, por ese uso de colores, esa escenografía cuidadosamente elegida, y ese intento por ensalzar frases cotidianas y que, por ende, termines resultando puramente divertidos. Aquí, la cinta de Lindo fracasa estrepitosamente, mostrándose como un producto más bien hueco, con mucha más intención y pasión que eficacia.

'Alguien que cuide de mí'

Y es que todos los intentan. El propio Víctor Clavijo, que interpreta al interés amoroso de Garrido, intenta creerse su personaje, pero la cinta quiere navegar tan cerca de la obra de Chejov (al que interpretan en una obra) que termina por emanar un romance tan simplón como sonrojante por lo inverosímil y frío del asunto. Ni siquiera un cameo estelar de Jorge Javier Vázquez levanta la situación.

El debut de Lindo en la dirección falla en el tiro, pero no equivoca en sus intenciones. El material base era algo decente y narrable, pero la teatralización del contexto pretende ser tal que por momentos se transforma en un melodrama barato y facilón, con un par de flashbacks en blanco y negro que no hacen sino evidenciar los sonoros problemas que acarrea 'Alguien que cuide de mí'.

5

Lo mejor: Una gran Emma Suárez. Algún momento de lucidez en los diálogos

Lo peor: El guion da vueltas sobre sí mismo y no llega a una conclusión destacable