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CRÍTICA

'Cadáver': La vigilante nocturna

Crítica de 'Cadáver', la película de terror protagonizada por Shay Mitchell ('Pequeñas mentirosas'). En cines a partir del 30 de noviembre.

Por Javier Parra González 30 de Noviembre 2018 | 10:35

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En 'El vigilante nocturno', psychothriller danés de 1994 dirigido por Ole Bornedal y que siempre viene bien recuperar, el protagonista aceptaba un trabajo como vigilante de una morgue durante el turno de noche, siendo a partir de entonces la soledad y lo lúgubre del lugar lo que desataría sus miedos, los cuales acabarían representados en la figura de un peligroso asesino en serie que tenía en jaque a la policía.

Partiendo de una premisa semejante, el cineasta holandés Diederik Van Rooijen da el salto a Hollywood con su primera producción anglosajona, para dirigir a Shay Mitchell (una de las protagonistas de 'Pequeñas mentirosas') en una historia de terror a la antigua usanza, de las que muestran todas sus cartas desde un primer momento y cuyo único objetivo es el de hacer pasar un buen rato a quienes se dispongan a verla.

Cadáver

Escrita por Brian Sieve, en cuyo currículum nos encontramos con que a él le pertenecen los guiones de las dos secuelas de 'Boogeyman, la puerta del miedo', y el haber sido parte del equipo de guionistas de la serie 'Scream', todo en 'The Possession of Hannah Grace' (renombrada aquí de forma inexplicable como 'Cadáver', teniendo en cuenta lo que le gusta a las distribuidoras de nuestro país el rebautizar a cualquier película de terror sobre poseídos y exorcismos como 'El exorcismo de...' o 'La posesión de...') suena a algo que ya hemos visto antes, aunque es en la forma en la que se nos presentan los hechos de esta historia de terror a la que pronto le veremos las costuras, en algo puramente disfrutable entre el cúmulo de títulos semejantes que nos llegan cada año.

Mitchell es Megan Reed, una ex policía asediada por los fantasmas de las adicciones a raíz de un trauma que hizo que abandonase su trabajo al servicio de la ley, y quien verá en el turno de noche al cargo de la recepción de cuerpos en la morgue de un hospital de Boston, la forma de afrontar sus propias ansiedades. Sin embargo, en esa soledad y aparente tranquilidad nocturna, verá como sus miedos florecen en el momento en el que llegue el cuerpo mutilado y medio abrasado de Hannah Grace, el cual será el origen para que una rutinaria noche de trabajo se convierta en una pesadilla.

Cadáver

La autopsia de Hannah Grace

La tal Grace no será una desconocida, pues ya en el prólogo se nos presenta cual joven poseída por una entidad demoníaca no exenta de sadismo, en una presentación que pone toda la carne en el asador y da una vuelta de tuerca a cuantas posesiones hemos podido ver en pantalla: su propio padre, convencido de que no hay salvación para su hija, acabará con su vida y, con ello, con la de la entidad que ha tomado su cuerpo.

Evidentemente, la llegada del cadáver a la morgue desatará toda una serie de momentos que juegan en la liga del horror sobrenatural, sin que nos encontremos ante el típico título que apuesta tan solo por el jumpscare de manual (que los tiene), y que se apoye en el espacio como elemento clave para construir el misterio y el horror.

Es entonces cuando viene a la memoria otro título reciente con el que comparte varias semejanzas: 'La autopsia de Jane Doe' del noruego André Øvredal. No solo porque ambas sean la carta de presentación a las producciones anglosajonas de directores del norte de Europa, sino porque ambas construyen parte de sus mecanismos y apuestan sobre seguro con el hecho de jugar con una morgue como espacio idóneo para contar una historia de terror. En el título de Øvredal, el misterio en torno al cuerpo de una mujer de identidad desconocida acababa desatando horrores impensables que jugaban con la psique de sendos protagonistas, desvelando la naturaleza del mismo hacia la mitad del film. Por el contrario, en el de Van Rooijen, el público es conocedor desde el primer instante de que el cuerpo inanimado de Grace esconde una vida más allá de la aparente muerte.

Cadáver

Es por ello que, ya sea debido a que 'Cadáver' no se avergüenza de mostrar todas sus bazas en el primer tercio de su duración (la presentación del monstruo, lo arquetípico de la protagonista y sus demonios internos, el espacio y los secundarios que sabemos que están ahí para cumplir la cuota de potenciales candidatos a morir), y porque, siendo sinceros, pese a poder ser tachada de efectista cumple con el cometido de hacer estremecer con una Hannah Grace aficionada al contorsionismo.

Sabiendo que no estamos ante el título de terror del año, un servidor no se corta un pelo a la hora de recomendarla, pues si lo que quieres es disfrutar con una historia de terror de alma clásica, 'Cadáver' no te defraudará.

Nota: 6

Lo mejor: Los pequeños set pieces de terror cumplen con su cometido.

Lo peor: (Casi) todo lo hemos visto antes.

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Cadáver 5,9 Cadáver