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CRÍTICA

'Cuestión de justicia', una poderosa película que dejará huella en los espectadores

Dirigida por Destin Cretton, esta cinta está basada en la historia real de Bryan Stevenson, un abogado negro de Alabama que lucha contra las injusticias del sistema judicial en los EE.UU.

Por Jadzia Emily George Samuel 28 de Febrero 2020 | 13:45

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'Cuestión de justicia', dirigida por Destin Cretton, relata la histórica real e inspiradora de Bryan Stevenson, un recién licenciado de Harvard, que viaja al sur del país para defender los derechos judiciales de convictos vulnerables, condenados a muerte. El guion se basa en la autobiografía del propio Stevenson, que también trabaja como productor ejecutivo en la película. Michael B. Jordan ('Creed. La leyenda de Rocky', 'Black Panther') da un paso impresionante fuera del género de acción e interpreta el papel principal del joven abogado, junto con Jamie Foxx ('Baby Driver') en el papel del detenido falsamente acusado de homicidio, Walter MacMillan, y Brie Larson ('Capitana Marvel') interpretando a la asistente de Stevenson, Eva Ansley.

La película está ambientada en el año 1986, y empieza con el horrible homicidio de una mujer de 18 años, Ronda Morrison, en un lavadero de Monroeville, Alabama. Pese a la gran falta de evidencia, la policía acusa y detiene a un hombre negro, Walter MacMillan (conocido como Johnny Dee), que es encarcelado y condenado a muerte. Tres años después, Bryan Stevenson se muda a Alabama para fundar su organización no gubernamental, Equal Justice Initiative (EJI), y, con la ayuda de Eva Ansley, se hace cargo del caso para probar la inocencia de Johnny.

Cuestión de justicia

La lucha del abogado es una cuesta arriba desde los inicios en los que se queda impactado cuando se ve forzado a hacer frente a un racismo muy arraigado entre las comunidades del sur. La película no intenta esconder la dura realidad de vivir en Alabama si uno es un hombre negro por lo que los espectadores tienen que experimentar las injusticias y agresiones diarias junto con los personajes. La historia tiene lugar en la misma región que los ya conocidos eventos de 'Matar a un ruiseñor'; incluso los personajes más intolerantes recomienden que Bryan haga un trámite en el museo de Harper Lee, y la película deja muy claro esta ironía.

Las circunstancias terribles en las que viven los condenados forman un aspecto muy importante de la película, que da a los espectadores un entendimiento desgarrador en cuanto a las torturas psicológicas que sufre esta gente. Una de las partes más conmovedoras es la trama secundaria sobre el viejo veterano de Vietnam, Herbert (Rob Morgan). Aunque sí cometió crímenes violentos y horrorosos durante la guerra (igual que muchos otros jóvenes americanos), y está condenado a muerte según la ley, la injustica de la situación está en primer plano. Lleva décadas sufriendo terriblemente con estrés postraumático, que desarrolló durante la guerra, y parece claro que debería estar en un hospital psiquiátrico.

Cuestión de justicia

Este caso ambiguo, en el que el preso sí es culpable, contrasta con el caso de Johnny Dee de una manera emotiva y significativa; encima de analizar cómo el racismo prevalente del sistema de justicia condena a gente inocente, con esta trama, la película, llega a formar parte de una discusión incluso más amplia sobre la moralidad de la pena de muerte. La película señala la crueldad e injusticia de este castigo de una manera potente. Las escenas con Herbert son algunas de las más trágicas, y dejarán una huella profunda en la mente de los espectadores. Vale la pena ver la película, aunque solo sea por la triste y dura historia de Herbert.

Una realidad demasiado contemporánea

La historia principal, sobre el error judicial que casi le costó la vida a un hombre inocente, es conmovedora, poderosa, y eficaz. Es chocante que la historia de Johnny Dee y Bryan Stevenson no sea más conocida, lo que trágicamente sugiere la frecuencia con la que pasan inadvertidas injusticias así en los Estados Unidos. 'Cuestión de justicia' deja claro que su caso no es único, y señala el problema del racismo institucional y la corrupción que amenaza al sistema. Aunque los eventos de la película pasaron hace más de treinta años, desgraciadamente la historia parece muy contemporánea, los prejuicios evidentes en el país de hoy significan que la trama es incluso más potente.

La actualidad de la película se ve durante los últimos momentos, cuando vemos varias estadísticas impactantes sobre la pena de muerte en los Estados Unidos; por ejemplo, de cada nueve personas condenadas a morir por sus crímenes, una persona es inocente. El fuerte mensaje de la película está apuntalado en estos momentos al final de la misma, y refuerza la gravedad de la situación real.

Cuestión de justicia

Las interpretaciones emocionales de los actores merecen los elogios que han recibido por las críticas. Jamie Foxx se muestra honesto y apasionante en el papel de la víctima abusada y Brie Larson, como siempre, esta increíble en su papel secundario. Sin embargo, lo más impresionante es el trabajo de Jordan, que muestra sus habilidades como actor en este papel, muy distinto a lo que venía haciendo en su carrera hasta ahora, pero que recuerda a otros roles como el de 'Fruitvale Station'. Además encima de ser cautivadora, es una película muy importante para el mundo de hoy ya que lanza una conversación muy necesaria sobre el sistema judicial en los Estados Unidos y el racismo endémico que todavía infecta el mundo de hoy.

Es muy probable que 'Cuestión de justicia' sea la una de las películas más impactantes del año. La historia es dolorosa, poderosa, y deja que los espectadores entiendan de una manera emocional los horrores de las cárceles. Aunque a lo largo de la película la situación trágica provoca un sentimiento de desesperación, al final comunica un mensaje de esperanza. Todo el mundo debería ver la película para entender mejor la realidad del mundo en el que vivimos.

Nota: 8

Lo mejor: La exploración de la trama de Herbert, que no es meridianamente clara y que hace que los especatadores consideran la realidad de la pena de muerte.

Lo peor: Las referencias constantes a 'Matar un ruiseñor' llegan a ser un poco excesivas.