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CRÍTICA

'El Rey León' es una proeza técnica que mantiene el ciclo de la vida

Jon Favreau consigue dejarnos boquiabiertos con una nueva lección de animación por ordenador que ha llevado al límite del realismo a sus personajes, aunque a veces ese realismo juegue en contra de la emoción.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 11 de Julio 2019 | 18:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Para muchos, es el mejor clásico Disney. Es casi imposible no caer rendido ante la película de Roger Allers y Rob Minkoff, una cinta divertida, emocionante, desgarradora, épica, y una belleza visual y sonora. Jon Favreau salió envalentonado del éxito de 'El Libro de la Selva' y decidió que sería capaz de hacer lo mismo que hizo con la historia de Mowgli, pero a una de las mejores películas de animación de los últimos años. Y sin destruir por el camino ese gran legado que es 'El Rey León'.

El Rey León

Su versión de la película lleva presentándose desde el principio como un hito de la tecnología, y esa es principalmente la razón de ser de la nueva 'El Rey León'. Lejos de querer actualizar la historia o de buscar nuevos caminos para que sus personajes crezcan, Favreau y Jeff Nathanson debieron pensar eso de "si funciona, no lo cambies" y nos encontramos con el remake en acción real de Disney más fiel a la película original. Es una traducción a este nuevo tipo de animación. Tanto, que no solo el inicio con 'El ciclo de la vida' que se ha visto en los avances parece un calco plano por plano (es uno de los inicios más espectaculares de una película, normal que quisieran mantenerlo tal cual), a lo largo de toda la cinta hay escenas y frases trasladadas de una película a otra sin apenas modificaciones. Porque los retos eran otros, y porque la primera versión funcionaba en 1994, funciona ahora y seguirá funcionando con el paso de los años.

El desafío principal de esta nueva 'El Rey León' es demostrar que los ordenadores pueden hacer cualquier cosa que imaginemos. Y ese desafío lo han conseguido superar con creces. Toda la película es una proeza técnica que se coloca a la vanguardia de la animación por ordenador, superando muchísimo lo logrado con 'El Libro de la Selva'. Aquí todo está generado por ordenador: los animales, los escenarios, la luz... Cada elemento cuidado hasta el más mínimo detalle para engañar al ojo y que durante dos horas crea estar viendo un documental de National Geographic. Y lo consigue, por mucho que los animales canten o bailen, el hiperrealismo de todo lo que vemos es abrumador, es algo que hay que ver para creer (y en pantalla grande). El principal objetivo de Favreau era llevar la película de animación lo más cerca de la realidad posible, de ahí que la fotografía sea menos colorista y que perdamos, por ejemplo, esos amaneceres rojizos en la sabana. Pero igualmente la película es bellísima, todo el rato, está llena de planos que sacan el lado más fotogénico de la sabana (muchos de ellos "inspirados" en la original, claro).

El Rey León

Horas y horas han tenido que gastar estudiando los animales reales para crear a Simba y los demás porque la precisión de su diseño y los movimientos es totalmente increíble. Todo parece orgánico, posible, hasta que hablen (está muy bien disimulado aprovechando la propia anatomía de los animales para que no llame demasiado la atención). Podría ver tres horas del pequeño Simba dando saltos por las Tierras del Reino, y moriría de amor con el movimiento de su oreja cuando espanta un bicho o con su manera de rugir de cachorro. El trabajo técnico es tan sobresaliente y funciona tanto todo el rato que solo por eso merece la pena pagar la entrada.

Pero este interés por hacer 'El Rey León' lo más realista posible tiene sus inconvenientes. Jon Favreau ha intentado empujar el límite de este realismo todo lo que ha podido, pero hay dos cosas que se ven afectadas por no ser una película de animación tradicional (o caricaturesca): el humor y la música. Lo segundo es fácilmente explicable. En esta versión están todas las canciones de la original, pero las concesiones que se le da a una película de animación de toda la vida, como que el fondo en 'Yo voy a ser rey león' cambie a un entramado colorido y los animales se vuelvan castellers, en esta nueva versión habría roto la magia que han creado con el hiperrealismo. Por eso los números musicales pierden algo de fuerza en pos de hacerlos más verosímiles, siendo 'Preparaos' el más afectado, aunque Chiwetel Ejiofor lo defienda muy bien.

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El tema del humor, de la expresividad en general, es más complejo. Por supuesto que el Zazú de John Oliver o los Timón y Pumba de Billy Eichner y Seth Rogen siguen siendo desternillantes, pero la película no puede hacer uso del humor físico, de gestos humanos o de escenarios irreales, como jaulas hechas de huesos, que son clave en la película de 1994. Esta 'El Rey León' es más seria porque no puede hacer otra cosa. Los protagonistas son todo lo expresivos que pueden, pero no tienen la versatilidad y libertad que permite el dibujo tradicional, y eso a veces supone un problema gordo para conectar. En esto de la expresividad las que más pierden son las hienas, muy desaprovechadas. Por contra, Eichner y Rogen han sacado toda su capacidad de improvisación en la cabina de doblaje que les vuelve a convertir en todos unos robaescenas, e incluso tienen algún que otro chiste clásico modificado para los límites del realismo que es una gratísima sorpresa.

Las voces compensan los límites

Por mucho que los animales no gocen del abanico de expresiones de la clásica, los actores de doblaje han puesto toda la carne en el asador y han conseguido salvar todo el carisma de Simba, Nala, Rafiki, Sarabi o Mufasa a través de sus voces. Donald Glover (que mantiene el punto sexy de Simba), Beyoncé (que hace una Nala muy "fierce") o Chiwetel Ejiofor (con un maravilloso Scar, cuyo diseño también ha sido adaptado para asemejar a un león débil y desnutrido como antónimo de su hermano) llenan de personalidad a sus animales, y nos ofrecen unas versiones magníficas de las canciones que ya conocíamos. A las que hay que sumar 'Spirit', el nuevo tema de Beyoncé, que es una pena que no tenga una escena diseñada ex profeso para presentarla al nivel de las otras. En el apartado musical también hay que destacar a Hans Zimmer, que consigue darle un toque más épico a su banda sonora ganadora del Oscar.

El Rey León

Quizás de primeras, que esta 'El Rey León' sea solo un experimento técnico no suene suficiente para justificar su existencia. Es cierto que 'El Libro de la Selva' es uno de los mejores remakes porque además de sorprender visualmente fue capaz de hacer crecer la historia de la animada original. Pero es que la original tenía mucho margen de mejora. La historia de 'El Rey León' ya era una maravilla, como película familiar, como drama, como adaptación Shakespeareana, como aventura y como épica. La historia de crecimiento de Simba es tan buena que no era necesario tocarla, ni actualizarla de ninguna manera. Y esta 'El Rey León' consigue volver poner los pelos de punta con la estampida, rompernos con la muerte de Mufasa o enamorarnos con 'Es la noche del amor'. Las escenas místicas mantienen el hechizo y la batalla en la roca es todo lo intensa que tiene que ser. Y haber conseguido todo esto sin la libertad de una película de animación tradicional, que ocurra todo esto y aún así sigamos obnubilados con lo real que parece todo, no resta ni un ápice de esfuerzo a pesar de haberse apoyado completamente en la historia de la original. Pero sí es cierto que cuesta más conectar con los personajes por esa falta de expresiones, y aunque se nota que Favreau se ha esforzado por salvar ese obstáculo, al final queda patente que la técnica sigue sin poder hacer magia y conseguir que un león "de verdad" tenga el rango de expresión suficiente para protagonizar una película. La sombra de los personajes de dibujos es demasiado alargada.

Hay remakes de Disney que quieren dar un giro a la imagen tradicional de sus princesas, o contarnos más allá de lo que vimos en la original. 'El Rey León' ha querido poner a prueba los límites de la animación, y en eso es un éxito. Que Jon Favreau haya conseguido revolucionar la animación por ordenador (porque lo ha hecho, y pasará tiempo antes de que alguien pueda igualar este trabajo) sin perder la esencia de 'El Rey León' y mantenga casi intacto el ciclo de la vida, es todo lo que quería para esta nueva versión, que no viene a sustituir a la original, sino prácticamente a remarcar que una historia como esta funciona aunque se le cambie el envoltorio. La original seguirá siendo una de las mejores películas de animación de la historia, y sin duda uno de los mejores clásicos Disney. Y aunque esta actualización técnica no aporte mucho más allá de eso, técnica, Favreau ha conseguido que el alma de la sabana no se pierda entre los píxeles.

'El Rey León' se estrena en cines el 18 de julio.

Nota: 8

Lo mejor: Es una proeza de la técnica, precisa y artísticamente preciosa. La esencia de la original se mantiene a pesar de los límites férreos del hiperrealismo.

Lo peor: Que para mantener esos límites se haya perdido gran parte del humor, y los números musicales no sean tan vistosos. Los recortes en expresividad también son importantes.

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