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CRÍTICA

'Familia sumergida'; la soledad junto a los familiares y los perdidos

La argentina María Alché debuta tras la cámara en este sutil y naturalista drama familiar que se mezcla con lo fantasmagórico en la mirada de una madre que se siente sola

Por José Asensio Vizcaíno 26 de Abril 2019 | 09:45

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Primer largometraje de la cineasta y actriz María Alché, que tras su premiado paso por el Festival de San Sebastián (ganando el Premio Horizontes Latinos) llega a los cines ofreciendo un retrato naturalista, sutil y audaz en su mezcla con lo fantasmagórico sobre la familia, la soledad y el tiempo, que presenta otra joven y singular voz del cine argentino contemporáneo.

'Familia sumergida' sigue la vida de Marcela (sobresaliente Mercedes Morán) después de la noticia de la muerte de su hermana; un personaje que no aparece en ningún momento y del que ni siquiera vemos el funeral. Las idas y venidas a la casa de su fallecida hermana parece otorgar a Marcela una vida algo enrarecida frente a su sensación de soledad y vacío aún con la presencia de un matrimonio bien avenido y tres hijos adolescentes a los que ama con entrega. Su melancólica soledad le hará tener continuas visitas de antiguos familiares que aparecen por el hogar, con los que recuerda algún hecho del pasado y de la que surgirá una estrecha relación con un amigo de su hija mayor que le ayudará en la mudanza.

 Familia sumergida María Alché

Naturalismo dramático

Si se intuyen influencias en las formas y en la sutil narración de Alché, estas nos dirigen claramente hacia Lucrecia Martel. Alché tuvo en 'La niña santa', tercer largometraje de Martel, uno de los papeles principales como actriz y la revisión y naturalidad del cosmos familiar que Martel ofrecía en ese filme y en exponer la mirada y estado anímico de su personaje principal son herramientas que han influido de forma notable en el debut de Alché como directora (en el que Martel asesora las labores de guion).

 Familia sumergida Mercedes Morán

El filme se contagia de la extrañeza y la sensación de soledad de su protagonista, que tras la pérdida de su hermana siente un vacío y nostalgia en el que el drama naturalista (la relación de Marcela con su marido e hijos) y los toques fantásticos (los fantasmas de antepasados cercanos) se difuminan en un filme algo difuso y a veces complicado de decodificar, aunque nos sintamos plenamente apegados a su protagonista y a la magnética interpretación de Mercedes Morán; una actriz en estado de gracia.

Los fantasmas del pasado familiar

Otro elemento que nos evoca a la audaz y peculiar mirada de Martel es su difuminada mirada entre la realidad cotidiana y la herida emotividad de su protagonista en subjetivo. Un juego con lo fantasmagórico y con varias escenas que remiten a filmes como la obra más reciente de Martel ('Zama') en la que se cambia el vacío de la espera por la soledad y fragilidad repentina que revela nuestra madura mujer protagonista.

 Familia sumergida 2018

Un juego audaz en lo narrativo y formal con la que Alchén y el cine argentino nos presentan a otra emergente y audaz voz del cine argentino para años venideros, que claramente ha aprendido de los referentes con los que ha trabajado como actriz y en sus cortometrajes previos. Un filme extraño, difuso, pero muy audaz y remarcable sobre la soledad en el núcleo familiar sin caer en el melodrama y los subrayados arquetípicos del género.

Nota: 6

Lo mejor: la audacia y singularidad dentro del drama familiar de Alché al mezclar (como compatriotas como Lucrecia Martel) lo real y natural con lo imaginario y fantasmagórico. Una Mercedes Morán en estado de gracia.

Lo peor: resulta igual de valiente que desigual en alguna de sus ideas fílmicas y dramáticas. Falta desarrollo de los familiares que rodean a Marcela.

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