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CRÍTICA

'El hombre perfecto': ¿Sueñan los androides con amores eléctricos?

Crítica de 'El hombre perfecto', dirigida por Maria Schrader, quien escribe el guion con Jan Schomburg. Con Maren Eggert, Dan Stevens y Sandra Hüller. Oso de Plata a la mejor actriz en la Berlinale.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 8 de Julio 2022 | 10:02
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'El hombre perfecto': ¿Sueñan los androides con amores eléctricos?

Antes de estrenar de debutar en Hollywood con 'She Said', con la que se atreve a explorar el inicio del movimiento Me Too, la cineasta alemana Maria Schrader hizo una parada en la Berlinale del año pasado, donde presentó 'El hombre perfecto', por la que obtuvo el Oso de Plata a la mejor actriz para su protagonista, Maren Eggert, y en la que aparece Dan Stevens en su primer papel en alemán en el cine. Una propuesta que aparenta ser una comedia ligera que esconde varias capas que invitan a una reflexión sobre las relaciones en general.

El hombre perfecto

Schrader se embarca en la ciencia ficción con esta propuesta, aunque rehúye cualquier convencionalidad del género, al enmarcar la historia en un presente real y cotidiano, en el que se introduce un elemento digno de un episodio de 'Black Mirror': ¿qué pasaría si se lograse crear a la media naranja perfecta? Una premisa que, en cierta forma, ya se ha abarcado en producciones similares como 'Her', aunque en esta no surgía un androide confeccionado para satisfacer todos los anhelos sentimentales de un humano.

Con esa premisa, la protagonista, una magnífica Maren Eggert, es Alma Felser, una arqueóloga y catedrática que trabaja para el Museo de Pérgamo, quien fue elegida, junto con otros nueve candidatos, para una experiencia piloto en la que debe convivir durante tres semanas con un robot, el cual debe ser su pareja ideal. La premisa, dado que la lleva hacia la comedia romántica, deja una serie de secuencias divertidas en las que Eggert ofrece una interpretación estupenda como una mujer descreída que bajo una capa de incredulidad esconde a una mujer herida.

El hombre perfecto

Aunque Eggert ofrece una buena interpretación, quien sorprende como galán ideal es Dan Stevens. El actor provoca el desconcierta al hablar un perfecto alemán (con ligero acento inglés, tal y como el propio filme se encarga de recalcar). Sorprende ver a actores anglófonos en papeles en una lengua que no sea la de Shakespeare. El intérprete no solo deslumbra por hablar alemán, sino porque consigue cautivar de maneras muy ambivalentes. Por un lado, ofrece ese aura de galán ideal, que evoca a sus papeles en producciones de época como 'Downton Abbey', pero, por otro lado, tiene una postura demasiado erguida y una mirada tremendamente profunda, lo que provoca cierta sensación espeluznante, al ofrecer una imagen algo irreal, lo que da a entender que su personaje no es humano. Son esos detalles los que hacen que Stevens defienda un papel que, finalmente, va mostrándose mucho más profundo de lo que los algoritmos buscan.

La deshumanización de los sentimiento a través del algoritmo

Y es que, aunque como comedia romántica funcione, 'El hombre perfecto' no deja de tener un profundo drama reflexivo detrás, en el que se Schrader, quien firma el guion junto con Jan Schomburg, muestra que el buscar sustituir una persona real, con sus virtudes y defectos, por algo perfecto es una demostración que, más de amor, está hablándose de una actitud egoísta e impersonal hacia el prójimo, tanto que es imposible querer conectar con una persona real por riesgo a que esta muestre que el amor es un vínculo que enlaza a dos personas, de forma bidireccional.

El hombre perfecto

El amor debe ser imperfecto y Schrader muestra que es importante aceptar al otro con sus virtudes y defectos y que dicho acuerdo debe ser recíproco. Es algo muy lógico, pero que merece la pena recordarlo, dada la deshumanización continua que hay en unas sociedades cada vez más ensimismado en el mundo tecnológico, algo que la pandemia del COVID-19 ha puesto sobre la mesa y que, indirectamente, también se ve reflejado en 'El hombre perfecto'. Por otro lado, sorprende la humanidad que termina desprendiendo el robot encarnado por Stevens, digno de los replicantes de 'Blade Runner'.

Acompañados por secundarios de lujo, especialmente destaca una irreverente Sandra Hüller, quien parece haber querido reproducir el humo absurdo de 'Toni Erdmann' en su papel de asistente de la empresa que busca crear androides que sean parejas ideales, 'El hombre perfecto' es una refrescante propuesta de ciencia ficción, que funciona como comedia romántica, como propuesta ligera feel-good y como drama reflexivo, gracias a un equilibrio en el guion y, sobre todo, a su tándem protagónico. Eso sí, asusta pensar que la propuesta de Schrader tengo algo de premonitorio.

Nota: 8

Lo mejor: La actitud crítica del personaje de Egger, Alma, ayuda a que el mensaje principal del filme llegue a buen puerto. Escuchar a Dan Stevens hablando alemán, que prosiga con más proyectos en esta lengua.

Lo peor: Schrader no sabe cómo resolver el filme con un desenlace que sea lógico y satisfactorio.

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