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CRÍTICA

'Okko, el hostal y sus fantasmas': El duelo en la infancia

Crítica de 'Okko, el hostal y sus fantasmas', dirigida por Kitarô Kosaka, antiguo supervisor de animación de Studio Ghibli. Guion escrito por Reiko Yoshida, mostrada en el Festival de animación de Annecy.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 31 de Mayo 2019 | 11:26
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La animación japonesa sigue abriéndose paso por la cartelera española, cada vez es menos raro que títulos como 'Quiero comerme tu páncreas', 'Your Name' o 'Mirai, mi hermana pequeña' lleguen a salas de cine. Siguiendo esa línea, se estrena 'Okko, el hostal y sus fantasmas', dirigida por Kitarô Kôsaka, antiguo supervisor de animación de Studio Ghibli, que regresa a la realización 11 años después de 'Nasu: A Migratory Bird with Suitcase'. Presentada en la Selección Oficial del Festival de Cine de Animación de Annecy 2018, candidata al mejor filme de animación en los Premios de la Academia de Cine Japonesa y ganadora del premio a la mejor animación japonesa en los Premios Mainichi.

Okko, el hostal y sus fantasmas

Okko Seki pierde a sus padres en un accidente de tráfico mientras volvía a casa. Por ello, la pequeña debe irse a vivir con Mineko, su abuela, que regenta el hostal Hananoyu, que está a las afueras de la ciudad, en un agradable pueblo en el campo. La niña siente una extraña presencia en el alojamiento y pronto descubrirá que esa sensación es real, puesto que conoce a Uribo, el fantasma de un niño que vive en el hostal. Debido a la experiencia traumática que sufrió, Okko es capaz de ver a los espíritus. Pronto conocerá a Miyo, otro fantasma, como a Suzuki, un demonio bueno. Juntos ayudarán a Okko a superar la pérdida de sus padres, como también a aprender a llevar el hostal junto con su abuela.

El regreso de un veterano de la animación

Los grandes talentos de Studio Ghibli se dispersan, después de ver a Hiromasa Yonebayashi dirigir 'Mary y la flor de la bruja' para el recién fundado Studio Ponoc (del exproductor de Ghibli, Yoshiaki Nishimura); ahora toca ver a uno de los nombres veteranos de la factoría volar en solitario, puesto que Kitarô Kôsaka supervisó la animación de obras maestras dirigidas por Hayao Miyazaki como 'La princesa Mononoke' o 'El viaje de Chihiro'; de Isao Takahata, como 'La tumba de las luciérnagas' o 'Pompoko'; como también de otros títulos Ghibli muy aplaudidos como 'Susurros del corazón' o 'La colina de las amapolas'.

Okko, el hostal y sus fantasmas

Para regresar a la dirección (cabe recordar que Kôsaka hizo historia al lograr que su ópera prima, 'Natsu: Verano en Andalucía', fuese el primer filme anime en presentarse en el Festival de Cannes) ha vuelto a confiar en Madhouse, que ya acogió sus anteriores títulos como realizador. Para ello, Kôsaka ha llevado al cine una serie de libros escritos por Hiroko Reijo e ilustrados por Asami, 'Waka Okami wa Shôgakusei!', que también ha tenido una adaptación al manga y otra como serie de animación.

El resultado es estupendo, al ver una animación exquisita, con un enfoque más infantil, puesto que su público objetivo es también de menor edad. Kôsaka crea una maravillosa fábula sobre el duelo y la tristeza en la infancia. La protagonista, Okko, intenta sobreponerse a la muerte de sus padres, inicialmente, reprimiendo su dolor para, posteriormente, exteriorizarlo. Para ello, el director utiliza elementos fantásticos, como son los espíritus, muy propios del folclore japonés, que hace que el filme evoque a títulos como 'Mi vecino Totoro' o 'Una carta para Momo'.

Reiko Yoshida firma un guion entrañable

Aunque no todo es obra de Kôsaka, puesto que el guion está escrito por Reiko Yoshida, guionista de películas como 'Haru en el reino de los gatos', 'Lu Over the Wall' o la aplaudida 'A Silent Voice'. Yoshida sabe transmitir la mirada emocional, consiguiendo que el público sienta el duelo por el que pasa Okko, como también los conflictos que tienen los diferentes huéspedes que acaban alojándose en el hostal. La guionista encuentra el equilibrio perfecto entre la complejidad de la superación de la muerte con la inocencia propia de la infancia.

Okko, el hostal y sus fantasmas

'Okko, el hostal y sus fantasmas' es una estupenda propuesta de animación, de esas que mira con franqueza la tristeza y el dolor en la infancia, haciéndolo desde el respeto y la empatía, buscando transmitir esa dramática sensación de la forma más natural posible. Con una animación exquisita, unos personajes bien perfilados y una banda sonora estupenda, obra de Keiichi Suzuki (compositor de 'Tokyo Godfathers' y la saga de videojuegos 'Earthbound' de Nintendo), el regreso de Kitarô Kôsaka es magnífico y logra que se desee que no sea solo algo temporal.

Nota: 7

Lo mejor: Su animación y la mirada del duelo en la infancia.

Lo peor: Puede ser demasiado ligera para el drama que narra.

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