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CRÍTICA

'Sin novedad en el frente': Soldadito de plomo

Crítica de 'Sin novedad en el frente', dirigida por Edward Berger y escrita por Ian Stokell, Lesley Paterson y Berger. Protagonziada por Felix Kammerer. Adaptación de la novela de Erich Maria Remarque.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 3 de Noviembre 2022 | 13:20
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Sin novedad en el frente': Soldadito de plomo

La cantautora española Cecilia, en uno de sus emblemáticos temas, 'Soldadito de plomo', escribió: "Soldadito de plomo / No es el colmo / Que tengas que luchar / Por un general de madera / Formación de batalla / Y al final de tu guerra / Una medalla, una bandera / Un hoyo bajo la tierra". Una canción en la que mostraba la paradoja de un recluta de juguete cuya calidad, superior a la de la madera, debe sacrificarse antes en pos de un superior hecho de un material inferior. Metáfora antibelicista, sin duda, se le puede hacer un claro paralelismo con 'Sin novedad en el frente', el ambicioso largometraje del germano Edward Berger, elegido por Alemania para representar al país en la categoría de mejor film internacional en los Oscar y considerado uno de los favoritos de esta temporada de premios.

Sin novedad en el frente

'Sin novedad en el frente' adapta la novela homónima de Erich Maria Remarque. Se trata de la tercera versión audiovisual del libro, considerado un importante alegato antibelicista de un autor que tuvo que combatir en la Primera Guerra Mundial. Publicado en 1929, el escrito describía con sumo detalle el extremo trauma físico y mental de los soldados alemanes durante la guerra, así como también el desapego a la vida civil que sintieron al regresar a casa desde el frente. La novela fue prohibida durante la Alemania nazi y fue uno de los muchos títulos que el régimen nacionalsocialista quemó en las vías públicas.

Considerada una joya de la literatura alemana contemporánea, han sido tres veces las que la obra de Remarque ha tenido adaptación a la pantalla. La más conocida y aclamada es la de 1930, realizada un año después de la publicación del libro. Dirigida por Lewis Milestone y protagonizada por Louis Wolheim, es considerada uno de los filmes más épicos de la historia del cine estadounidense, además de realizarse mucho antes de la imposición del Código Hays. Tal es su prestigio, que en 1991 ingresó en el Registro Nacional de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para su preservación para la posteridad al ser "cultural, histórica o estéticamente significativos".

Sin novedad en el frente

Aunque bien es cierto que el film de Milestone es único, cierto también es que faltaba esa adaptación del propio cine alemán, que tantos años ha tardado en llegar. De ahí, que llame tanto la atención esta versión realizada para la gran pantalla. A diferencia de la mirada estadounidense, la británica o la francesa, la industria germana tiene mucho cuidado en lo que retrata sobre la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, dado el riesgo de glorificar hechos deleznables cometidos en nombre de un ideal de patria peligroso. Y es aquí donde puede verse la mano tanto de su director, Edward Berger, como de los guionistas, el propio Berger junto con Lesley Paterson e Ian Stokell.

Cine bélico épico que muestra el lado más desagradable de la guerra. Un film con un poderoso mensaje antibelicista

'Sin novedad en el frente' retrata con suma crudeza la caída de los ideales y la dura mirada que se ocultaba a esos jóvenes a los que se le alimentaba un patriotismo propio de una película de Disney. Ya la primera escena es tremendamente reveladora, al mostrar cómo los uniformes de los soldados caídos en batalla eran reutilizados para los nuevos reclutas, formando así una perturbadora espiral de sangre y muerte. Pocas veces se ha mostrado el lado alemán de manera tan franca en un relato de la Guerra de Trincheras y es aquí donde Berger crea un potente film con espíritu de relato épico y descarnado.

Sin novedad en el frente

El heroísmo propio del cine bélico queda relevado por escenas de devastación y sentimiento de culpa, especialmente al ver que, al final, defender la patria frente a la vida deja una amarga sensación de completo vacío. A ello se suma un certero retrato del daño tanto físico como psicológico de los soldados supervivientes. No obstante, lo principal que se narra es el descenso a los infiernos del joven soldado Paul Bäumer, quien siendo aún menor de edad se alistó a filas, alimentado por los mensajes patrióticos de su profesor en el liceo. Berger intercala escenas en el frente con otras relacionadas con los altos mandos del ejército y la élite del gobierno, de cómo unos son conscientes de que la guerra debe terminar, mientras que otros viven una realidad ajena al dolor y sufrimiento de esos chavales y de cómo una generación entera de jóvenes está siendo arrasada.

Aquí se ve tanto la buena factura técnica, con una fotografía magnífica, obra de James Friend; un diseño de producción y una escenografía espléndidos, diseñados por Christian M. Goldbeck y Ernestine Hipper; un vestuario cuidado hasta el mínimo detalle, confeccionado por Lisy Christl; así como un buen manejo de los tiempos que se ve un sólido montaje, de Sven Budelmann. Con parte técnica sublime, el mensaje no hubiera llegado a buen puerto sin un reparto entregado y es aquí donde destaca el magnífico Felix Kammerer, como joven descreído que termina abrazando el cinismo y entrando en círculo vicioso de autodestrucción conforme el conflicto bélico va llegando a su fin. También destaca Albrecht Schuch, más curtido frente a la pantalla, convertido en una especie de espejo generacional del protagonista. Aplauso también para Daniel Brühl, Devid Striesow y Thibault de Montalembert, como esos rostros de la diplomacia cuyas vidas contrastan con la de sus soldados.

Sin novedad en el frente

'Sin novedad en el frente' ya aspira a ser uno de los mejores títulos del cine bélico, especialmente por su concreto y certero mensaje antibelicista. Película cruda, en la que lo épico queda reducido a unas batallas en las que, realmente, no hay un ganador, solo la muerte. Berger, quien anteriormente mostró tener una buen vena para el cine social con la desgarradora 'Jack', demuestra también tener madera para el cine histórico, con el que es el proyecto más ambicioso de su filmografía y también el más redondo.

Nota: 8

Lo mejor: Su carácter antibelicista, cómo va convirtiendo este descenso a los infiernos en una experiencia dura pero fascinante de observar.

Lo peor: Su última parte es algo irregular, lo que hace que el resultado final sea muy notable, pero lejos de la obra maestra que estaba siendo hasta su desenlace.