Cuando Jim Carrey iba a protagonizar 'Scooby-Doo' y otras curiosidades de la película de James Gunn

El de 'Scooby-Doo' es uno de aquellos casos que Hollywood cataloga como "development in hell", pues hay que remontarse hasta 1994 para encontrar los primeros indicios de que se quería sacar adelante una adaptación en imagen real de la serie animada.

Sería el propio Charles Roven, productor de la película, el que diera el pistoletazo de salida para la elaboración de un guion, para el que no encontraría el guionista idóneo hasta finales de la década.

Aun sin tener claro que el de Scooby-Doo sería un personaje animado, fue en 1996 cuando el proyecto empezó a adquirir algo de forma, apareciendo los primeros nombres que iban a estar asociados a él como parte del elenco.

El productor contactó con Kevin Smith para que este se encargase de dirigirla, siendo Jim Carrey el actor que daría vida a Shaggy, a quien acompañarían Sara Gilbert como Velma.

Después de que los tres se desvinculasen de la adaptación, y sin director, durante un tiempo iban a protagonizar la película Mike Myers y Janeane Garofalo, quienes finalmente también acabaron por declinar la oferta.

Finalmente, fue con la llegada de James Gunn como guionista cuando el proyecto empezó a adquirir forma hacia el año 2000, momento en el que también se fichó a Raja Gosnell como director.

Gunn había pensado en 'Scooby-Doo' como una adaptación un tanto oscura de la serie animada, pues la primera intención no era la de hacer una película familiar. En ella, Shaggy sería un porreta e incluso habría una relación paralela y secreta entre Daphne y Velma. Cuando los actores hubieron firmado el contrato, fue cuando se optó por convertir la película en algo que conectase para el público de todas las edades, dejando a un lado la primera idea del guionista.

Matthew Lillard, en quien el director se fijó por su papel en '13 fantasmas', fue uno de los pocos actores que se barajaron una vez que la película estaba encaminada a salir adelante.

El actor se convertía entonces en la alternativa perfecta para Jim Carrey y Mike Myers, y fue tal su entrega para dotar de vida a Shaggy, que se quedó afónico a propósito a base de gritos, con la intención de que su voz sonase como acabamos viendo en pantalla.

Antes de que Sarah Michelle Gellar y Linda Cardellini se uniesen al proyecto, sonaron otros nombres para protagonizar la película.

Para el papel de Daphne, se consideró a Jennifer Aniston y Jennifer Love Hewitt, mientras que para el de Velma se barajaron las ideas de contar con Christina Ricci, Carla Gugino y Alyssa Milano.

Raja Gosnell se obcecó con la idea de que quería a una pareja real para interpretar a Daphne y Fred, es por ello que cuando apareció la opción de fichar a Sarah Michelle Gellar y Freddie Prinze Jr., el director lo tuvo claro del todo.

Sin embargo, quien no estuvo totalmente receptivo en un primer momento fue el actor, ya que no consideraba que se tenía que hacerse una adaptación en imagen real de la serie, siendo Gellar quien le acabaría convenciendo.

Sarah Michelle Gellar puso todo su empeño en formar parte de la película desde el primer momento, pese a que eso tuviese que suponer un esfuerzo extra para la actriz.

El calendario de rodaje tuvo que planificarse en torno al de ella, ya que en aquel momento era la protagonista de 'Buffy, cazavampiros', teniendo que rodar durante un descanso en el rodaje de la serie. Así fue como durante dos semanas compaginó su trabajo en la serie en Los Ángeles con el de la película y después pudo irse durante otras dos a rodar a Australia.

Para Gellar, acabó resultado engorroso el estar llevando a todas horas las botas que calzaba su personaje, aprovechando todos los descansos que podía para ponerse unas deportivas.

Tanto Sarah Michelle Gellar como Linda Cardellini tuvieron que llevar pelucas pelirrojas para interpretar a sus personajes, ya que Raja Gosnell no contempló la posibilidad de que apareciesen con su color natural de cabello, siendo así más fieles a los dibujos originales.

Como dato curioso, la única rubia de la película fue Isla Fisher, quien encarnó a Mary Jane.

Una de las apariciones secundarias más recordadas de 'Scooby-Doo' fue la de Rowan Atkinson, quien encarnó a Emile Mondavarious.

El intérprete de Mr. Bean fue escogido en segunda opción, pues el rol iba a ser para Tim Curry, quien se había declarado como fan confeso de la serie animada. Sin embargo, acabó declinando la oferta cuando supo la existencia del personaje de Scrappy-Doo en la película, el único personaje que no le gustaba de la serie.

Con más de 275 millones de dólares de recaudación en todo el mundo, pronto se puso en marcha la secuela, para la cual repitió gran parte del equipo técnico y artístico: desde los actores a Raja Gosnell y James Gunn como director y guionista.

'Scooby-Doo 2: Desatado' no sería ningún desastre en taquilla (recaudó 181 millones), pero las críticas negativas se ensañaron con ella mucho más que con la primera parte.

Pese a las intenciones de continuar las aventuras del grupo en una tercera película, esta acabó finalmente cancelada.