Las 10 razones que convierten a 'Mindhunter' en la gran joya desconocida de la televisión actual

Durante los capítulos iniciales de su primera temporada, uno de los aspectos más criticados de 'Mindhunter' fue la elección de Jonathan Groff como protagonista. ¿Razones? Su nula expresividad y la sensación de estar ante una especie de robot sin sentimientos incapaz de generar ninguna empatía con el espectador. Sin embargo, la evolución interna de la serie ha demostrado que sus creadores estaban a años luz del error cuando decidieron apostar por un actor que entendió desde el primer momento las necesidades y recursos que necesitaba uno de esos personajes que van claramente de menos a más. Y es que, a estas alturas, ¿alguien podría imaginar otro intérprete para dar vida a Holden Ford? Pues eso.

Existen muy pocos directores a los que no se les pueda encontrar al menos un fallo a lo largo de su carrera. Poquísimos. Y uno de ellos es, sin lugar a dudas, David Fincher, responsable director de un buen puñado de obras maestras como, entre otras, 'Seven', 'El club de la lucha', 'La red social', 'El curioso caso de Benjamin Button' o esta 'Mindhunter' que tiene lo mejor de su sello en todos y cada uno de los capítulos en los que está sentado tras la cámara. En ese sentido, los primeros capítulos de la segunda temporada ejemplifican esta grandeza absoluta de una manera especialmente clara, como si la excelencia pareciera una cuestión de coser y cantar.

La forma en la que la mirada de Fincher traspasa la pantalla, hipnotiza y genera inquietud, perturbación y fascinación al mismo tiempo, una cosa de locos, es una de esas demostraciones de genialidad realmente abrumadora. Mención aparte para un interrogatorio llevado a cabo dentro de un coche que se convierte, de forma automática, en una de las pequeñas grandes cimas del director.

Aunque pueda parecer un elemento más secundario, que no superficial, la banda sonora compuesta por Jason Hill para 'Mindhunter' es un factor totalmente esencial a la hora de generar esa atmósfera tan característica como poderosa que desprende la serie en cada uno de sus fotogramas. Música inquietante, oscura, asfixiante en sus detalles e inteligente en su contención que convierte cada una de sus apariciones en una explosión de sensaciones relacionadas con el desasosiego y la tensión. Un ejemplo memorable de la célebre teoría de menos es más.

Las pocas dudas que podían existir sobre el interés o la importancia de un personaje como Bill Tench han terminado completamente disipadas en una segunda temporada que le ha convertido casi en el protagonista de 'Mindhunter'. Y es que, dentro de la impecable colección de subtramas que ha presentado esta maravillosa nueva tanda de capítulos, la protagonizada por Tench y su familia ha sido una de las más emotivas, profundas y desoladoras. Y eso que estamos en un terreno propicio para el desaliento. Una historia de temores, inseguridad, soledad e incomprensión que se ha visto todavía más potenciada gracias a una interpretación mayúscula de Holt McCallany. Lo que viene siendo un recital.

Llegar a la altura de David Fincher es una misión cercana a lo imposible, pero tampoco es nada sencillo mantener un sello e identidad similar a la suya. Sin embargo, tanto Asif Kapadia, Tobias Lindholm y Andrew Douglas en la primera temporada como Carl Franklin y, sobre todo, el gran Andrew Dominik en la segunda, han sabido mantener uno de esos listones que se intuían inalcanzables. Y es que, pese a no alcanzar la perfección de los capítulos dirigidos por Fincher, todos y cada uno de estos cineastas han entregado la mejor de sus versiones en 'Mindhunter', sumando así su talento para construir una joya televisivas sin apenas fisuras.

A la hora de crear a Wendy Carr, los responsables de 'Mindhunter' se basaron de manera directa en la Dra. Ann Wolbert Burgess, experta en enfermería forense y especializada en los traumas derivados de violaciones y delitos sexuales en la década de 1970. Un punto de partida verídico que, llevado a la pequeña pantalla, adquiere una profundidad y un valor todavía mayor gracias, principalmente, a la interpretación respetuosa, delicada y fascinante de la maravillosa Anna Torv.

Y es que la actriz protagonista de 'Fringe (Al límite)', otra obra maestra que merece mayor reivindicación, entrega aquí uno de esos trabajos inolvidables que convierten a un personaje (a priori) secundario en una pieza fundamental para entender y sustentar todo el valor de una obra. Resumiendo: 'Mindhunter' sin Wendy Carr, es decir, sin Anna Torv, sería una serie mucho peor.

Paul Bateson; David Berkowitz; William Henry Hance; Ed Kemper; Elmer Wayne Henley; William "Junior" Pierce; Dennis Rader; Tex Watson, Monte Rissell; Jerry Brudos; Richard Speck y un tal Charles Manson. Aquí está la lista completa de asesinos y psicópatas que han ido apareciendo a lo largo y ancho de las dos temporadas de 'Mindhunter'. Protagonistas en la vida real de tramas tan terroríficas como intrigantes que, en su adaptación a la pequeña pantalla, aparecen convertidos en presencias realmente magnéticas, hipnóticas y fascinantes en sus oscuras miradas, sus silencios eternos y sus miradas de hielo y fuego. Cada una de sus escenas son auténtico oro dramático, diálogos que constituyen el auténtico músculo de hierro de una serie capaz de convertir la entrevista con un psicópata en una proeza narrativa de la que no puedes apartar la mirada.

Del primer capítulo al último emitido hasta la fecha, 'Mindhunter' ha jugado permanentemente con aspectos relacionados directamente con el documental, un género que se ajusta a la perfección con las intenciones y maniobras, tanto visuales como argumentales, que plantean los responsables de la serie. Una combinación que funciona a las mil maravillas, asentada en una naturalidad que nada tiene que ver con el artificio gratuito, y que ha dado un paso más allá en una segunda temporada que ha acertado de pleno en todas y cada una de las sumas de estas esencias narrativas. En definitiva, no se trata de que 'Mindhunter' esté basada en gran parte en unos hechos reales, sino que transpira vida y realismo a cada paso.

Otro de los principales logros de la excelente segunda temporada de 'Mindhunter' ha sido hacer mejor a la primera tanda de capítulos de la serie. Es lo que tiene la coherencia interna, la evolución dramática, psicológica y humana de sus personajes protagonistas, el raciocinio a la hora de plantear personalidad, tramas y resoluciones, la inteligencia para plasmar en imágenes calladas una evolución que no requiere de grandes diálogos, acción trepidante o giros inesperados.

Todo lo que se comenzó a plantar en la primera temporada ha terminado dando los mejores frutos posibles, permitiendo que cada pieza encajara a la perfección en una maquinaria narrativa de primera categoría. Ir más allá sin perder de vista el punto de partida, sumando los logros obtenidos y avanzando con paso firme y seguro sin dejar de arriesgar por el camino. Otro punto de grandeza para 'Mindhunter'.

Todos los argumentos de este punto los tenéis aquí: