Las mejores películas de salseos en la Corte (o "Cine de Tacitas")

¿Es posible narrar la historia de María Antonieta, una reina que perdió la cabeza por su pueblo, a ritmo de pop? Es lo que se propuso Sofia Coppola a la hora de enfrentarse a la última reina de Francia antes de la Revolución. Pese a la estética clásica del decorado y el vestuario (ganador del Oscar), la película tiene canciones de grupos punk y electrónicos que le dan un toque pop que nadie se ha atrevido a dar a un filme del estilo. Cuando empieza la película, la protagonista (maravillosa Kirsten Dunst) sólo tiene 14 años de edad y ya nota la presión directa de toda la corte de dar un heredero a la familia, y es esa atmósfera punk que le da el toque de libertad que buscaba Coppola en la película. Al fin y al cabo estamos hablando de una adolescente que se quiere sentir libre y que no es consciente, ni lo será, de lo importante que va a ser su figura en la Historia de Europa. "Esto es ridículo", dice la protagonista cuando sus ayudantes la visten. "Esto, señora, es Versalles", le responden. La directora siempre ha buscado hablar en sus películas de la soledad a la que se enfrentan sus protagonistas femeninos, y eso lo hace dejando a su protagonista los primeros 40 minutos de metraje sin una línea de diálogo importante. La mujer más poderosa de Francia, sin voz.

Primera aparición de Keira Knightley en este especial, en uno de los papeles esenciales de su carrera. La actriz inglesa interpreta a Elizabeth Bennet, uno de los personajes más importantes de la historia de la literatura inglesa, la protagonista de 'Orgullo y prejuicio', basada en la novela de Jane Austen. El papel que marcó la imagen que todos tenemos de Knightley de reina del cine de tacitas, de la nobleza británica y del más alto significado de la palabra "elegancia", imagen que no ha podido (ni querido) quitarse hasta ahora. Elizabeth Bennet ha sido, es y será uno de los personajes más empoderadores de la historia de la literatura, una joven que no aceptará los deseos de su familia de buscarla a ella y a sus hermanas un buen marido.

La obra más infravalorada de Stanley Kubrick. La historia de Redmond Barry, un joven que es desterrado por supuestamente matar a un capitán del ejército británico, pasa a luchar en la Guerra de los Siete Años, se casa con la Condesa de Lyndon y lleva una vida acomodada en la corte, sin frenos, hacia la locura. Se tardó 300 días en rodar, y de ahí salieron sus 180 minutos de duración. Pero es sobre todo la ironía con la que el director trata al mundo de la realeza la que le da un valor infinito a la película. El protagonista pierde todo su dinero, su estatus social y hasta su pierna, y en ninguna de las ocasiones parece importarle. Comienza su vida engañado, pensando que ha matado a un hombre, lo roban, se une al ejército y se cansa y se va, engaña a una mujer para que le dé cobijo unos días y es contratado por la corte prusiana para espiar a un Caballero, pero comienza a engañar a los prusianos informando al Caballero sobre lo que hacen sus enemigos. Toda la película se basa en las mentiras y la falta de moral de la gente de la corte. El director se digna a terminar la película con esta frase: "Fue durante el reinado de Jorge III cuando los antedichos personajes vivieron y disputaron; buenos o malos, hermosos o feos, pobres o ricos todos son iguales ahora".

La segunda (y prometo que última) película de Keira Knightley en este especial. En ella interpreta a Georgiana, la Duquesa de Devonshire, en la historia de su matrimonio de conveniencia a los 16 años con William Cavendish (Ralph Fiennes) y su incapacidad para darle un heredero varón. Keira Knightley vuelve a viajar al pasado para interpretar a un personaje marcadamente feminista, que disponía de una voz propia sobre los temas políticos y luchaba por hacerse oír. Una aristócrata que veía con buenos ojos todos los eventos de la Revolución Francesa y Americana que ponían en peligro su mundo. Además, la película se recuerda por su detallada representación de la alta sociedad británica en el siglo XVIII que le valió el Oscar a Mejor Vestuario y la nominación a Mejor Dirección Artística.

Una marquesa y un vizconde no son capaces de admitir que se aman y se pasan la vida intentando destruir todos los amores que se encuentran en Palacio. Ésta es la premisa de 'Las amistades peligrosas', que viaja hasta el siglo XVIII en Francia, a las puertas de la Revolución. Nadie ha sido nunca más despiadado en una corte que la Marquesa de Merteuil, interpretada por una apoteósica Glenn Close: "Siempre supe que había nacido para dominar a tu sexo y vengar al mío", le llega a decir a un magnífico John Malkovich, que lleva veneno por sangre: "Creía que «perfidia» era tu palabra favorita". "No", responde ella, "es «crueldad», que tiene un toque más noble". La película, dirigida por Stephen Frears, narra la decadencia de la aristocracia francesa, grupo social al que sólo se representa pintando habitaciones y cosiendo trajes. Además de la pareja protagonista, el film supuso uno de los primeros papeles importantes de Michelle Pfeiffer, Keanu Reeves y Uma Thurman.

La siempre fantástica Emily Blunt interpreta a la mítica Reina Victoria con 17 años, cuando se enamoró del Príncipe Alberto. Lejos de la imagen de la gran Reina que Inglaterra tuvo en su periodo de mayor esplendor, la película muestra a una joven princesa que no es consciente de los juegos políticos en los que está metida desde su nacimiento. La película utilizó nueve castillos reales como parte de los escenarios de la película, incluida la Abadía de Westminster, donde se coronaría a la Reina. Pese a vivir la manipulación de todos los miembros de la Corte para que actúe según sus intereses, Victoria puede ser una de las pocas monarcas de la historia que pueda presumir de haberse casado con el amor de su vida. La película, además de Blunt, cuenta en el reparto con Paul Bettany, Jim Broadbent o Mark Strong.

La historia real de cómo el rey Jorge III de Inglaterra, un monarca que vivió uno de los grandes momentos del Imperio Británico, cae en una locura de la que no puede salir. El Rey, interpretado en una mezcla de comedia y drama por Nigel Hawthorne, no podrá dormir, saldrá corriendo con los pasillos con todo su séquito detrás e, incluso, defecará en los patios de su palacio frente al asombro de toda la corte. Mientras tanto, su hijo, está esperando que declaren incapaz a su padre y él asuma el poder. La película, que cuenta con una adorable Helen Mirren como Reina Charlotte, tiene muchos parecidos con la obra de Shakespeare 'Rey Lear', en la que un monarca desciende por el camino de la locura poniendo fin a su reino. Sin embargo, trata con mucho humor los momentos de locura del monarca y cómo no son capaces de entenderlo desde la rigidez de la corte. Cuando, en un arrebato, el monarca entra en una habitación y orina en una palangana de una señora, un miembro de su séquito se da cuenta de que su orín es de color azul, al contárselo a otro miembro, dice: "Eso no es importante, que el Rey no esté atendido ahora es lo importante".

Habría sido demasiado fácil mostrar a Mozart como un genio totalmente consciente de lo grande que es, pero Milos Forman se propuso enseñar al mítico compositor como un adulto infantil con una risa estúpida, que ahora, 30 años después, nadie ha olvidado. Y la estrategia le salió bien. 'Amadeus' no es tanto una película sobre el austriaco, como de su enemigo, Salieri y de cómo "mató a Mozart" debido a su enemistad. Salieri era el músico de cabecera del Emperador Austriaco, pero el enorme talento del repelente Mozart le llena de envidia. La relación de odio y envidia llega a su punto culmen en el lecho de muerte de Mozart. Salieri se ofrece a escribirle la última composición que saldría de la cabeza del genio: el Réquiem. Si bien sigue dispuesto a pisotear a su enemigo hasta el final, no puede dejar de caer rendido a los pies de la genialidad de Wolfgang Amadeus. Gran parte de la película se resuelve entre las paredes del Palacio del Emperador José II de Austria y realiza una irónica visión de cómo la rigidez de la corte choca contra los métodos libres de Mozart. La película se convirtió en un clásico instantáneo, llevándose 8 Oscar, incluidos Mejor Película, Director y Actor para F. Murray Abraham.

Uno de los últimos grandes escándalos reales ocurrió el 31 de agosto de 1997, cuando la Princesa de Gales, Lady Di, moría en un accidente de tráfico huyendo de los paparazzi en París. Una princesa amada por el pueblo, pero detestada por su ex-suegra, la Reina de Inglaterra. Helen Mirren, quien interpreta a la monarca en una de sus versiones más oscuras, consiguió su único Oscar por este trabajo. Supone una entrada en las intimidades de la Familia Real británica en uno de sus momentos más comprometedores: la Reina negándose a realizar un funeral de Estado y dando la espalda a su pueblo, que llora la pérdida. Según se cuenta, la propia Isabel II aplaudió la interpretación de Mirren, a la que invitó al Palacio Real a comer. La actriz interpretó el mismo papel en la obra 'The Audience' en el West End londinense durante dos años.

No todas las princesas van a ser Keira Knightley, van a nacer con una mirada intensa y aristocrática y van a llevar elegantes vestidos sin sudar ni una gota. Lo que podría ser el sueño absoluto de cualquier adolescente normal, es lo que le pasó a una Anne Hathaway en uno de sus primeros (y más míticos) personajes. Mia es una adolescente que no tiene ninguna esperanza en la vida, lucha constantemente por llamar la atención del (estúpido) chico que le gusta, y, de repente, todo el mundo sabe que es la heredera al trono de Genovia y quiere ser su amigo. Mia, además de darse cuenta de su nueva realidad, tendrá que aprender de los hábitos reales junto con su abuela (Julie Andrews). Una de las escenas que más recordarán sus fans, será la de la transformación del look de Mia, de adolescente a princesa. A Paolo, su estilista, le cuesta tanto al principio, que se le rompe el peine al hacer fuerza para sacarlo de su pelo.