Las 10 peores series de 2018

El reboot de 'Embrujadas' llegó a la CW (a HBO en España) con todas las de perder. A priori, nadie estaba interesado en una nueva nueva versión de la serie fantástica de Aaron Spelling que no contase con sus protagonistas originales. Además, las actrices, principalmente Holly Marie Combs, se manifestaron públicamente en contra, lo que añadió más leña al fuego. En su estreno, los espectadores rechazaron la serie automáticamente. Entre las principales quejas, un reparto sin chispa, un apartado visual deficiente y un tratamiento de temas sociales demasiado obvio y forzado. Más que embrujadas, estrelladas.

'The Walking Dead' no levanta cabeza. La audiencia lleva varias temporadas perdiendo la paciencia con la serie de AMC y para la novena temporada un gran porcentaje ha abandonado en masa. Las quejas siempre son las mismas: aburrimiento, tramas estiradas, personajes desaprovechados... El fenómeno pierde fuelle y los espectadores se preguntan si merece la pena aguantar tantos capítulos de relleno por un par de buenos momentos por temporada. La sensación de que esto podría seguir alargándose ha hecho que muchos decidan dejar la serie, que ya no les ofrece nada a cambio. Cuando el entretenimiento se convierte en tarea, es señal de que quizá sea el momento de rendirse.

Mientras se vuelca en la serie de 'El Señor de los Anillos', entre otras apuestas fuertes para su futuro próximo, Amazon Prime Video confiaba en que 'The Romanoffs' le otorgara la atención y el prestigio que necesitan. Sin embargo, la serie creada por Matthew Weiner no ha cumplido las expectativas a pesar de contar con un concepto muy interesante y un reparto de lujo, desmoronándose tras su estreno como una de las series peor valoradas del año. Duele especialmente sabiendo que viene de alguien que hizo algo tan sublime como 'Mad Men'.

La primera temporada de 'Por trece razones' nos presentó una de las series más controvertidas de los últimos años. Su tratamiento de temas tan delicados como el suicidio adolescente, la agresión sexual o la enfermedad mental generó muchas críticas. Para su segunda temporada se tomaron más precauciones al respecto, pero no fue suficiente. El consenso general está claro: no hacía falta continuar la serie. Tachada de irresponsable, problemática, sensacionalista, peligrosa y por encima de todo innecesaria, 'Por trece razones' no logró redimirse en su segunda temporada. Y lo peor es que habrá tercera. Nos echamos a temblar.

La comedia se le sigue resistiendo a HBO. La prestigiosa cadena, referente indiscutible de ficción de calidad desde los 90, sigue estrenando series humorísticas que no captan la atención de la audiencia. Con 'Camping' jugaba dos bazas, la de su creadora Lena Dunham (artífice de 'Girls') y la de su protagonista, Jennifer Garner ('Alias') en su regreso a la televisión. Ni ellas, ni la presencia de David Tennant ('Doctor Who'), han hecho que el público se interese por este remake de la serie británica del mismo nombre. Casi nadie ha visto 'Camping', y los que lo han hecho no hablan precisamente maravillas de ella, tachándola en su mayoría de desagradable y sin gracia.

La primera serie original española de Amazon es como de otra época. Literalmente. A día de hoy todavía no entendemos qué pretendía la plataforma con un producto tan generalista que más bien parece una serie de Antena 3 de hace diez o quince años. Falla en todo: concepto, ejecución, una factura que se queda muy por debajo de la media de calidad a la que estamos acostumbrados de nuestras series, y un humor anticuado a base de estereotipos que incluye chistes sobre travestismo y promiscuidad. Un cuadro absoluto que ninguna cadena querría actualmente para su prime time.

Cómo duele cuando el creador de una de las mejores series de la historia vuelve con una de las peores series del año. En 2018 ha ocurrido con Matthew Weiner, y también con Alan Ball. El productor y guionista de cuya mente salió 'A dos metros bajo tierra' volvió este año a HBO con 'Here And Now', sencillamente uno de los mayores traspiés creativos tanto del autor como de la cadena. Este drama sobre una familia acomodada y multirracial de Portland intentó tocar temas sociales relevantes, pero lo hizo de la manera más tosca y obvia, incorporando además elementos sobrenaturales que no encajaban ni por asomo. La serie desaprovechaba el innegable talento de su reparto en un producto sin rumbo, forzado y artificial. Todavía no sabemos en qué estaban pensando Ball y HBO, que para sorpresa de nadie canceló la serie tras una sola temporada.

Qué alegría que en 2018 haya sido posible una serie de animación para adultos que gira en torno a la cultura gay y está protagonizada por drag queens. Qué pena que sea un producto tan lamentable como 'Super Drags'. La paradoja es que la serie original brasileña de Netflix sea el producto de una sociedad más avanzada, pero a la vez nos atrase varias décadas perpetuando estereotipos rancios sobre la comunidad LGBT+ y practicando un humor que deja mucho que desear. Sin ir más lejos, en el primer capítulo, una de las protagonistas deja escapar a un terrorista que ha raptado un autobús lleno de gays porque es guapo, no sin antes agredirle sexualmente mientras este está inconsciente. No nos escandalizamos fácilmente, pero lo de esta serie no es comedia ofensiva. Es otro nivel de irresponsabilidad e insensibilidad, y además sin ningún tipo de gracia.

Aunque os parezca increíble, teníamos bastantes esperanzas depositadas en la primera serie de Esty Quesada, la popular youtuber española más conocida como Soy Una Pringada. La suya es una voz diferente, peculiar y provocadora, características que valoramos en la nueva ficción patria, pero el producto no estuvo a la altura. A la Pringada no le falta la personalidad ni las ideas, pero el proyecto le vino enormemente grande y saltó a la vista en el resultado: planteamiento erróneo, mal casting, producción deficiente y una ejecución terriblemente amateur y artificial. No le habría venido mal un poco más de ayuda para sacarla a flote.

Otra serie de Netflix que ha despertado la polémica este año es 'Insatiable', que ya antes de su estreno fue objeto de una campaña para su cancelación. Concebida como una sátira cínica y exagerada sobre el instituto y los certámenes de belleza, la serie intenta emular el estilo de Ryan Murphy, pero fracasa estrepitosamente, cayendo en la vulgaridad sin más, y lanzando mensajes nocivos para los adolescentes, que llegan en el peor momento. Pero además de su falta de perspectiva sobre el mundo actual y su insensibilidad a la hora de tratar temas delicados como los desórdenes alimenticios, la autoestima y el body-shaming, 'Insatiable' adolece de una historia sin pies ni cabeza, y unos personajes terriblemente escritos. Probablemente la peor serie original de Netflix hasta la fecha.