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CRÍTICA

'Alta mar': Netflix sube a Poirot en el Titanic en una serie con indiscutible marca Bambú

Bambú y Netflix llenan el Titanic de rostros conocidos para contarnos la misma historia de siempre.

Por Jonathan Espino Aparicio 24 de Mayo 2019 | 10:03

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Si crees que tener mal tiempo cuando te vas de vacaciones a La Manga es tener mala suerte, espera a escuchar la trama de la última colaboración televisiva entre Bambú y Netflix: en ella, un grupo de desconocidos se suben en un transatlántico para cruzar el océano de Europa a América... junto con un asesino. La primera víctima no se hace esperar y cae por la boda la primera noche. Así comienza 'Alta mar'.

Ramón Campos y Gema R. Neira vuelven a situar una de sus creaciones en el pasado, más concretamente en los años 40, donde viajar tenía un significado que, en la actualidad, casi se ha perdido: un cambio de vida, un rumbo hacia algo mejor. Los pasajeros de este barco no se disponen a tomar unas vacaciones, tienen expectativas ante ese nuevo mundo y, sin embargo, un futuro aciago se cierne sobre ellos.

 Alta mar

Una muchacha que va a casarse con un joven rico, la hermana y el tío de ésta, y sus criadas; un matrimonio algo siniestro, un detective, la tripulación y una polizón que huye de una amenaza con nombre propio son algunos de los pasajeros del transatlántico y, entre ellos, hay una víctima y un amplio número de sospechosos.

Bambú no acierta esta vez

El arranque de 'Alta mar' nos recuerda, sin remedio, a los primeros minutos de la reciente adaptación de 'Asesinato en el Orient Express': es dinámico, tiene ritmo y los personajes se suceden unos a otros, dándose la réplica; sin embargo, mientras que en aquélla la presentación de protagonistas era lo más destacado de la cinta, en ésta, los implicados nos resultan tan conocidos de otras series de Bambú que todo nos parece un mash-up de otras creaciones de la productora.

 Alta mar

Se nota que Netflix no ha escatimado en gastos y la producción luce de maravilla pero solo es un envoltorio bonito para una historia que no guarda ninguna sorpresa, al menos, en su comienzo. Para los amantes de las series made in Bambú, 'Alta mar' contiene lo mejor y lo peor de sus creaciones: historia coral con personajes enamoradizos e irregulares ambientada en una época convulsa con decorados preciosos. Campos y Neira tienen tan interiorizada su (presunta) clave del éxito que parecen no ser capaces de salirse de sus propios cánones, incluso cuando parten de una premisa algo más innovadora como '45 revoluciones', su último y más sonado fracaso - que, por cierto, tenía un piloto mucho más acertado que ésta -.

¿Qué le pasa a este reparto?

Las historias corales de Bambú siempre han lucido bien gracias a sus actores: 'Fariña' o 'Gran Reserva', dos de sus series más aplaudidas, tienen un reparto sólido y con interpretaciones destacables que, en muchos casos, ni siquiera son de actores conocidos; sin embargo, eso no sucede en 'Alta mar'. Desde un primer momento, intentas buscar ese pilar al que agarrarte, esa actuación que querrás ver cómo evoluciona en los siguientes episodios... sin éxito.

No hay una actuación remarcablemente mala pero sí un cierto aire a que todo el reparto está en piloto automático o que, quizá, poco pueden hacer con unos personajes tan estereotipados y manidos. ¿Es José Sacristán el 'tío' de España? ¿Alejandra Onieva es la nueva Paula Echevarría? ¿Por qué Jon Kortajarena, así, en general, más allá del indudable reclamo físico que supone?

'Alta mar' gustará a los amantes de la vertiente más culebronesca de Bambú y a todos aquellos que disfruten de un diseño de producción sobresaliente.

Nota (dos primeros capítulos): 5

Lo mejor: La factura técnica es impecable.

Lo peor: Todo nos suena a visto o conocido. El reparto necesita biodramina porque está muy desubicado.

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