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CRÍTICA

'Comandante Arian': Las milicianas que luchan por la libertad

Crítica del documental 'Comandante Arian, una historia de mujeres, guerra y libertad', dirigido por Alba Sotorra. Filme que muestra la realidad de las soldados de las Unidades Femeninas de Protección.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Noviembre 2018 | 10:25
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La guerra en Siria es, tristemente, una de las peores tragedias que se está viviendo en la actualidad. Son muchas las realidades que existen alrededor de un conflicto que sigue librándose y que se ha cobrado la vida de miles de personas y ha obligado a más de cinco millones a huir del país. La directora Alba Sotorra ha querido no solo narrar una realidad, sino darle voz e imagen para que sea el mundo el que la conozca. 'Comandante Arian, una historia de mujeres, guerra y libertad', como su nombre indica, trae a la palestra la vida de las soldados que pertenecen a las Unidades Femeninas de Protección (YPJ), mujeres que lucha por la libertad, la democracia y una sociedad igualitaria contra el ISIS.

Comandante Arian

El documental pretende acercar la vida y el día a día de la YPJ, las Unidades Femeninas de Protección, organización militar establecida en 2012 como una brigada de mujeres kurdas que decidieron tomar las armas después de que el ISIS invadiese el norte de Siria, la zona del Kurdistán. Consideradas vitales para la lucha contra el Daesh, las soldados miembros de la YPJ tienen muy claro lo que defiende: la libertad, la democracia y la igualdad entre hombres y mujeres, combatiendo no solo el yihadismo, sino también el machismo imperante de la zona.

Mujeres que defienden con su vida la libertad, la democracia y la igualdad

Primero, toca aplaudir de la valiente entereza y decisión de la directora Alba Sotorra de vivir dos meses con las soldados. Cierto es que el documental tiene un interés periodístico y sociológico y gracias a la buena técnica de la directora, que logra que las imágenes sea auténtico cine, angustioso al mostrar realmente cómo es la guerra. Aquí no hay efectos especiales, son tiros auténticos y las milicianas están heridas realmente y mueren. La directora toma de referencia a la comandante de la unidad, Arian Afrín, una mujer que tiene claro por lo que lucha y lo inculca a sus compañeras: libertad, democracia, igualdad.

Comandante Arian

En ese recorrido las jornadas de las soldados, se puede ver a una unidad que hace honor a su nombre, a soldados que comparten comida, cama y techo con sus superiores, que dan su vida por defender un ideal común, que son capaces de sacrificarse por la libertad. La YPJ da un ejemplo pleno de fraternidad, no solo femenina, ya que se muestran cómo se tratan de igual a igual los soldados que dan su vida para liberar el país de la barbarie del ISIS. "Si te atacan y te violan, te tienes que defender", dice la comandante, herida en combate y que narra en retrospectiva cómo defiende la libertad con sus compañeras.

Un justo reconocimiento a estas heroínas

A través de declaraciones y de imágenes reales, 'Comandante Arian' es un poderoso trabajo documental. No solo para reivindicar a aquellos héroes que defiendan con uñas y dientes la libertad, sino para concienciar y darle el reconocimiento a esas personas que se sacrifican para combatir al Daesh, que se juegan la vida todos los días para liberar a la gente del terror. No solo se muestra la guerra, también las consecuencias que ha dejado en las zonas recuperadas, como la ciudad de Kobane, a la que se muestra en ruinas pero libre.

Comandante Arian

Sobrecogedora y de visionado casi obligado. 'Comandante Arian' no solo ayuda a comprender la situación y a ver la lucha diaria contra el terror, también es un justo reconocimiento a la labor sobrehumana de estas mujeres valientes, soldados que defienden la libertad y la democracia. Magnífico y valiente relato de Alba Sotorra.

Nota: 8

Lo mejor: Conocer los testimonios de estas mujeres que luchan por la libertad y la democracia.

Lo peor: Saber que no es ficción, la guerra mata y deja dolor y desolación.

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