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CRÍTICA

'La maldición de Bly Manor' no es tan perfecta ni terrorífica como 'Hill House', pero vuelve a rompernos el corazón

La serie de Mike Flanagan para Netflix vuelve a utilizar los fantasmas como excusa para contarnos un dramón. Aunque esta vez hay menos fantasmas y más dramón. Disponible el 9 de octubre.

Por Javier Pérez Martín 5 de Octubre 2020 | 10:52

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'La maldición de Hill House' fue una de las grandes sorpresas televisivas de 2018. ¿Quién iba a esperar que Mike Flanagan, director de modestas películas de terror como 'Oculus: El espejo del mal', 'Hush' y 'El juego de Gerald', firmaría una de las mejores series dramáticas del año? Netflix la estrenó a mediados de octubre sin grandes fanfarrias y pronto se generó un pequeño fenómeno entre el público por su mezcla de drama familiar deprimente e historia de casa encantada. Era 'A dos metros bajo tierra' con fantasmas.

'La maldición de Bly Manor'

Tal fue el éxito que Netflix encargó una nueva temporada, por lo que Flanagan y su compañero productor, Trevor Macy, propusieron un regreso en forma de antología: 'La maldición de Bly Manor' repite ciertos recursos temáticos y estilísticos pero cuenta una nueva historia basándose en 'Otra vuelta de tuerca' de Henry James.

Victoria Pedretti, la hermana pequeña muerta de los Crain en la primera temporada, vuelve como protagonista para interpretar a Dani Clayton, una estadounidense que acepta el trabajo de cuidar a dos niños huérfanos en una mansión en medio del campo en Reino Unido. Trasladando el relato de James a los años 80, Flanagan y su equipo toman algunos ingredientes como los dos pequeños, Miles (Benjamin Evan Ainsworth) y Flora (Amelie Bea Smith), el tío ausente que contrata a la niñera, interpretado por Henry Thomas (ya muy lejos de ser el niño de 'E.T., el extraterrestre' y cambiando de papel con respecto al sufrido padre de la primera temporada), y la gran amenaza (en principio) que es Peter Quint, el empleado del tío que corrompió la inocencia de la casa y ahora vuelve como fantasma para poseer al niño. Lo interpreta Oliver Jackson-Cohen, que cambia el papel de hermano yonqui por el de villano, aunque, como en la primera temporada, nadie es simplemente malo en esta serie.

'La maldición de Bly Manor'

Además de 'Otra vuelta de tuerca', Flanagan y su equipo adaptan otros textos de Henry James y añaden más elementos. La ama de llaves de Bly Manor, Hannah Grose (T'Nia Miller), ya no es solo una secundaria que le da la réplica a la niñera sino que tiene su propia historia (suyo es uno de los episodios más emocionantes de la temporada). También ocurre lo mismo con el tío, Henry Wingrave, cuyas razones para estar tan apartado de los niños son exploradas, y además hay dos personajes principales dentro de la casa, el cocinero Owen (Rahul Kohli) y la jardinera Jamie (Amelia Eve), que no existían en el relato original.

Mike Flanagan escribió y dirigió todos los episodios de 'La maldición de Hill House' pero ahora es un hombre mucho más ocupado (el año pasado estrenó 'Doctor Sueño' en cines y está preparando otra serie para Netflix, 'Midnight Mass'), por lo que ha cedido mucho espacio a otros directores (como Ciarán Foy, el de 'Sinister 2' y 'Eli') y guionistas, aunque lo cierto es que no se nota a simple vista: 'La maldición de Bly Manor' es un producto continuista con respecto a la primera temporada, tanto en conceptos como en estilo. El propósito sigue siendo el mismo: usar fantasmas como excusa para explorar el drama de unos personajes.

'La maldición de Bly Manor'

Un romance gótico con fantasmas

Hay cosas que se echan de menos, eso sí, porque 'Hill House' era tan redonda y ataba tan bien todos los cabos que era difícil repetir la hazaña. Para empezar, no tenemos a una familia protagonista tan viva y fascinante, una de las grandes proezas de la primera temporada. Aunque es cierto que estos personajes te acaban enamorando, hay que darle tiempo a la serie para que te cuente sus historias. De hecho 'Bly Manor' exige algo de paciencia: hay menos terror, menos sustos y mucho más drama, que en la parte central de la temporada puede llegar a ser un poco redundante, aburrido y lo que es peor, algo cursi en su abuso del monólogo sobreexplicativo. Por suerte los Newton Brothers vuelven a firmar una delicia de banda sonora que eleva cualquier línea de guion.

Hay que agradecer, por otra parte, que el equipo de Flanagan no haya intentado repetir los mismos trucos solo porque salieron bien la primera vez, sino que buscan nuevas formas de sorprender al espectador. No hay un gran episodio contado en forma de plano secuencia, por ejemplo, pero sí uno que propone otro tipo de juego narrativo (aunque, casualmente, se parece a uno de los mejores episodios de 2019, uno de 'Watchmen'), y en vez de introducir fantasmas "escondidos" en los planos, hay un puñado de espectros que pueblan Bly Manor cuya presencia se acabará explicando en la historia.

'La maldición de Bly Manor'

'La maldición de Bly Manor' es más imperfecta y menos terrorífica que 'Hill House', pero no es mucho menos disfrutable y desde luego no menos absorbente. Y lo cierto es que acaba recompensando con un episodio, no diré cuál, del que se hablará mucho, un arrebatador relato gótico que pone la guinda del pastel.

Igual que en el relato de Henry James, hay aquí un narrador que cuenta la historia y un grupo de espectadores. Al final de todo, uno de esos oyentes le dice: "Nos has mentido, esto no es una historia de fantasmas sino una historia de amor". "¿No es lo mismo?", responde el narrador. Puede ser; desde luego, para cuando llega ese momento, Flanagan y sus fantamas han vuelto a conseguir rompernos el corazón.

'La maldición de Bly Manor' llega a Netflix el 9 de octubre.

Nota: 8

Lo mejor: Vuelve a tener muy claro qué temas quiere contar, y todo, tanto los fantasmas como los personajes, están al servicio de eso

Lo peor: Que no consiga estar del todo a la altura de 'La maldición de Hill House', pero eso era muy difícil