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CRÍTICA

'Operación Kandahar' abandera el realismo en Arabia Saudí por un thriller con más conflictos que puñetazos

Un ex espía ha creado esta historia sobre una huida contrarreloj del terrorismo a partir de sus vivencias en Afganistán con el reencuentro de Gerard Butler y Ric Roman Waugh tras 'Objetivo: Washington D.C.' y 'Greenland'.

  • Se trata de la primera película occidental y de mayor presupuesto rodada íntegramente en el Reino de Arabia Saudí.
  • Gerard Butler ('300') produce también este thriller con más dosis de realismo y ritmo que de acción.
  • El protagonista y el director regresarán muy pronto en la secuela 'Greenland: Migration'.
Rafa Jiménez
Por Rafa Jiménez Más 16 de Junio 2023 | 09:10
Redactor de cine y series, especializado en los estrenos actuales y Marvel. Muchas críticas y entrevistas

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'Operación Kandahar' abandera el realismo en Arabia Saudí por un thriller con más conflictos que puñetazos

Por tercera vez, el tándem formado por Gerard Butler y Ric Roman Waugh nos recuerda que prefieren una acción lenta a una tonta. El protagonista de '300' y el especialista de luchas reconvertido a director ya frenaron un poco la espectacularidad por el drama humano en 'Objetivo: Washington D.C.' y 'Greenland: El Último Refugio'. A partir del viernes 16 de junio, vuelven a hacerlo en 'Operación Kandahar', la primera superproducción internacional rodada íntegramente en el Reino de Arabia Saudí.

Gerard Butler y Navid Negabhan en 'Operacion Kandahar'

Contra los clichés, realismo

Para añadirle aún más realismo al film, el guion lo firma un auténtico exespía de la Agencia de Inteligencia de la Defensa. Al igual que el personaje de Butler, Mitchell LaFortune también sirvió en Afganistán. La diferencia es que él no tuvo 30 horas para huir del país por estar en busca y captura tras filtrarse la implicación de la CIA en su sabotaje a un reactor nuclear iraní. Más allá del interés de estar basada en hechos reales, la historia consigue enganchar con esta premisa frenética y entretener durante su desarrollo con más conflictos que puñetazos. Se nota que este es tan solo el segundo guion de LaFortune en que hay más aspectos apuntados que profundizados, pero en el contexto grande es donde se luce.

El único estereotipo que hay que perdonarle a la película es el del clásico intervencionismo americano como salvadores y su consiguiente falta de grises con sus estrategias. Por lo demás, el contexto dibuja un retrato más plural y respetuoso con ambas partes que muchas obras de su misma línea comercial. Incluso los diálogos huyen de esos arquetipos que suelen expulsar a muchos espectadores. Son muy simples, pero gracias a ello son lo suficientemente respetuosos y creíbles como para poder enganchar a cualquier tipo de espectador, sin importar su edad o procedencia.

Gerard Butler y Navid Negabhan en 'Operacion Kandahar'

De sus misiones también ha sacado LaFortune un amplio reparto masculino bien manejado donde destaca el afgano antibelicista de Navid Negahban, basado en el traductor real que salvó al guionista en 2011 y 2013. El sultán de la última 'Aladdín' se gana el corazón de los espectadores como el fiel compañero del héroe, un Mike Banning de 'Objetivo: La Casa Blanca' más vulnerable. Gerard Butler mantiene su porte intensa y con corazón de sus últimos thrillers. El actor de la tan reciente 'El piloto' produce también 'Operacion Kandahar' y se nota que se la toma lo suficientemente en serio como para no caer en la autoparodia a lo Nicolas Cage pero sin pasarse tampoco de seriedad patriótica. Para ello, ha sido un gran acierto compartir su misión con el traductor y con el chulísimo pero desaprovechado mercenario de Travis Fimmel (Ragnar en 'Vikingos').

No es una película de acción

Este detonante del guión con las 30 horas para huir de Afganistán le regalan al director una frenética carrera contrarreloj similar a la de 'John Wick: Capítulo 3 - Parabellum' con varios grupos de asesinos persiguiendo al protagonista. Sin embargo, como ya hizo en sus dos anteriores films con Butler, Ric Roman Waugh rechaza las peleas físicas por la estrategia y la huida. Por ello, 'Operación Kandahar' no es una película de acción sino un thriller de espías y estrategia; con buen ritmo, eso sí. Se echan mucho de menos las peleas de las que sabemos que el Leónidas del cine es capaz, pero se compensan con algunas persecuciones y explosiones tan bien rodadas como necesarias para la trama.

El apartado visual también se luce en lo meramente contemplativo. Es de agradecer que hayan evitado todo lo posible el CGI y las explanadas vacías genéricas de los blockbusters. Aún los macro desiertos consiguen tener identidad propia y un sentido, aprovechando que esta es la primera película que se rueda en esas tierras de Arabia Saudí desde 'Lawrence de Arabia' en 1962. La capital que da título al film se ha recreado muy impresionantemente en Al-Ula con una perspectiva tan atractiva que puede hasta rozar el peligro de blanquear esta cultura represiva como un spot de turismo; aún así, es muy interesante conocer estas calles y sus gentes más a pie de tierra que a través de los conflictos de las noticias. Todo ello lo endereza el director de fotografía español MacGregor ('Vivarium') con una intensa luz naranja y buen juego con el sol y la arena.

Se puede recomendar tranquilamente 'Operación Kandahar' sin miedo al bochorno pero avisando sobre su falta de espectacularidad. Al ver a Gerard Butler como protagonista, es comprensible la frustración de no encontrar las risas, las luchas o la intensidad de sus grandes proyectos. Pero también es un logro que, con la amplia cantidad de estrenos seguidos que protagoniza, consiga mantener no solo el entretenimiento sino, sobre todo, el interés. Pronto lo seguirá intentando con el debut en la dirección de Jamie Foxx y las secuelas de 'Juego de ladrones: El atraco perfecto' y su anterior película con el director y el guionista de 'Operación Kandahar'. 'Greenland: Migration' podría funcionar si amplifica la fórmula honesta de este thriller de espías y huidas que está en cines desde el viernes 16 de junio.

6
Lo mejor: El emocionante tercer acto, el realismo de los conflictos y los paisajes.
Lo peor: La falta de acción.