El cine de catástrofes ha visto en la pandemia del covid-19 un filón para poder seguir aniquilando a la población mundial y destrozando las civilizaciones tal y como las conocemos. Un ejemplo claro y reciente es 'No mires arriba', la sátira sobre el fin del mundo que no dejó indiferente a nadie. Quizá por eso, Noah Baumbach ha visto conveniente dirigir, de la mano de Netflix, 'Ruido de fondo', adaptación de la novela de Don DeLillo (que en España se tradujo como 'Ruido blanco'), escritor conocido por el surrealismo que imprime a sus obras. Otro famoso caso de adaptación fue 'Cosmópolis', de David Cronenberg y protagonizada por Robert Pattinson. Sin embargo, 'Ruido de fondo' tan solo se sirve de parodiar el cine de catástrofes para hablar (o intentarlo) de algo mayor: los tejemanejes emocionales de una familia intelectual, el miedo a la muerte de su protagonista y los desastres del matrimonio. Que lo consiga...es otro tema.
Netflix acoge esta producción tan arriesgada basándose en unos cuantos nombres aparentemente fiables. Y es que Baumbach es de sobra conocido por todos. El director estadounidense se presentó al mundo con películas como 'Una historia de Brooklyn', 'Margot y la boda' o 'Mientras seamos jóvenes', donde abordaba la metafísica de la pareja en sí y las desavenencias que va surgiendo en todo noviazgo. Para 'Frances Ha', que le situó verdaderamente en el mapa de la industria hollywoodiense, contó con la directora Greta Gerwig ('Lady Bird', 'Mujercitas'), su actual pareja; desde entonces, volvieron a colaborar en 'Mistress America' así como en el guion de la próxima 'Barbie', una de las películas más esperadas del 2023. Pero, sin duda, su consagración vino con otro original de Netlix, 'Historia de un matrimonio', por el que ganó tres globos de oros y estuvo nominado al Oscar a mejor guion.
Para esta historia ha vuelto a contar tanto con Gerwig como con su actor fetiche. Adam Driver interpreta a Jack, un profesor de universidad padre de familia, que está casado con Babbette (Gerwig), una mujer con problemas para recordar las cosas. Este idílico matrimonio moderno cuenta con varios hijos provenientes de anteriores matrimonios, y se han juntado todos en una especie de 'Los Serrano' pero viviendo en un bucólico y apacible chalé. Todo va como la seda hasta que ocurre la catástrofe: una nube gigantesca al más puro estilo 'NOP' inunda la ciudad y provoca una evacuación generalizada. A partir de entonces, la familia deberá mantenerse unida y, lo más importante, el matrimonio entre Babbette y Jack se verá puesto a prueba mientras el profesor, el mayor experto norteamericano de la figura de Adolf Hitler, debe enfrentarse a su miedo a la muerte.
La cosa comienza bien. Jack, a pesar de ser un catedrático en "hitlerología", no sabe hablar alemán, lo cual le provoca gran vergüenza debido a que no para de dar conferencias sobre el dictador nazi. Asimismo, su compañero y amigo Siskind (Don Cheadle), otro experto en un icono del siglo XX como es Elvis Presley, quiere hacer lo propio él mismo, por lo que le pide ayuda. Bajo el axioma de su amigo, "La familia es la cuna de la desinformación universal", Jack trata de desenmarañar los nudos dialécticos que atan a su familia. Mientras tanto, su mujer Babbette parece que comienza a medicarse por un problema que el público aún desconoce, y sus hijos, interpretados por Raffey Cassidy, Sam Nivola y May Nivola, no paran de formular preguntas a sus padres, curiosear aquí y allá y especular compulsivamente sobre todo lo que le rodea. A partir de esta premisa, Baumbach comienza a jugar.
Familia (y trama) disfuncional
Desarrolla la trama basándose en un libro cuyas subtramas abruman, pero no por cantidad, sino por intensidad. El libreto de 'Ruido de fondo' se antoja enrevesado y denso. Sus farragosos diálogos se comen los unos a los otros, se pisotean; todo se torna hacia un cacareo insoportable donde el espectador no sabe a qué prestar atención para poder enterarse bien de lo que acontece. Especialmente los niños, pues sus motivaciones y cuestiones son poco menos que cansinas, haciendo de su cháchara vacua un (precisamente) ruido de fondo que no para de molestar. La disfuncionalidad de la familia queda algo disimulada por la condición intelectual de sus miembros. Viven en un barrio residencial, leen libros y siempre tienen una respuesta ingeniosa con la que contestar. Se mezcla esa anti-musicalidad que desprenden las frases de los niños (a veces, parece que recitan artículos de la Wikipedia como loros entrenados) con los problemas extramatrimoniales que cosecharán los personajes de Gerwig y Driver. Es como si 'Historia de un matrimonio' y 'Captain Fantastic' tuviesen un hijo pero este fuese torpe, apresurado, hiperactivo y condescendiente.
Cuando una extrañísima nube de polvo tóxico obliga a todo el barrio a evacuar, 'Ruido de fondo' satiriza el cine de catástrofes sacando todo el jugo cómico posible, y, por momentos, lo consigue, gracias en gran parte al buen hacer de Adam Driver. Sin embargo, la trama avanzará sin tener demasiado en cuenta este evento, más allá de provocar en el personaje de Jack un horrible miedo a la muerte. Este hecho solo acentúa el batiburrillo histérico que supone el fusionar distintos géneros. 'Ruido de fondo' quiere ser una sátira de la idealiza familia americana, quiere ser una parodia del cine de catástrofes para retratar a la sociedad como un sinsentido desordenado, quiere ser (tirando hacia el tercer acto) un thriller de raza con tintes de cine negro. Lo que resulta es una amalgama de ideas e intenciones que, más que una fluida experiencia narrativa, se asienta en el imaginario colectivo como una avalancha de datos extrasensoriales que echa por tierra cualquier arraigo positivo.
Y, a pesar de todo, tiene cosas buenas. Baumbach sigue cuidado hasta el más mínimo detalle de su puesta en escena y Driver sigue recordando a la industria que es un grandísimo actor de comedia (por muy bien que se desenvuelva también en el resto de los géneros). Pero 'Ruido de fondo' es una película fallida a la que le cuesta encontrar un tono adecuado y pretende hacer de eso una virtud. Siempre basculando entre la comedia y el drama, Baumbach trata de domar y representar el caótico estatus quo de la sociedad y sus miserias. Pero, al menos en esta película, parece que son la sociedad y sus miserias las que se terminan imponiendo.
Nota: 5
Lo mejor: Adam Driver y la puesta en escena de Baumbach.
Lo peor: El callejón sin salida que representa un guion espeso y farragoso.
