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CRÍTICA

'Terminator: Destino Oscuro': Un regreso muy prometedor demasiado acomodado por la nostalgia

James Cameron vuelve como productor a esta secuela directa de 'Terminator 2: El juicio final', con el director Tim Miller para reavivar la franquicia con la ¿ayuda? de Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger.

Rafa Jiménez
Por Rafa Jiménez Más 23 de Octubre 2019 | 09:41
Redactor de cine y series, especializado en los estrenos actuales y Marvel. Muchas críticas y entrevistas

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"Ven conmigo si quieres vivir". Esta mítica frase de la saga 'Terminator' es la que ha tenido que decirle James Cameron a su propia creación. El director de 'Terminator 2: El juicio final' regresa como productor a la sexta entrega que olvida por completo los acontecimientos de la tercera, cuarta y quinta; si bien ambas consiguieron buenas recaudaciones mundialmente, en Estados Unidos no rindieron lo suficiente por ser "mierda de estudio" según Arnold Schwarzenegger. Todas ellas planteaban líneas muy interesantes y hacían avanzar la franquicia pero no podían evitar la presión de su título y los lugares comunes en los que tenían que caer sí o sí. Para bien y para mal, 'Terminator: Destino Oscuro' hace exactamente lo mismo y presenta esas mismas dosis de novedad y repetición.

'Terminator: Destino Oscuro'

Esta promesa de un nuevo comienzo avalado por el director de las dos primeras entregas parece cumplirse nada más empezar la película. Tras un guiño nostálgico, la primera escena supone todo un golpe sobre la mesa para justificar este reinicio con una enorme sorpresa que hay que agradecer a 20th Century Fox no haber desvelado en ninguno de los tráileres (como sí hizo Paramount con el giro de 'Terminator Génesis'). Esta impactante escena abre un nuevo camino donde los guionistas presumen de un enorme atrevimiento al plantear la mejor vía para resucitar la saga: el relevo. Esta idea que parece ser la intención central del film se reviste de una buenísima actualización del héroe/heroína y otros interesantes apuntes sociales, tecnológicos o hasta personales.

Desafortunadamente, los escritores David S. Goyer ('Batman v Superman: El amanecer de la Justicia'), Justin Rhodes y Billy Ray ('Overlord') se acuerdan de que están haciendo Terminator, y todos estos interesantísimos aportes nuevos que bien prometían más secuelas o incluso spin-offs se quedan en breves y dulces paradas de un recorrido rutinario. Con esa intención de recuperar el encanto original, la trama base vuelve a convertirse en una historia pequeña de unos pocos personajes como familia improvisada que luchan contra un tenebroso futuro apenas mostrado en pantalla. De esta manera, la sexta entrega bebe mucho (demasiado) de las anteriores. Si los fans esperan más de lo mismo que les encantaba de la saga, 'Terminator: Destino Oscuro' desde luego que lo da; repite (bastante decentemente) los esquemas conocidos pero para nada los eleva. Por ello, es una pena que esas atrevidas promesas de originalidad que podrían justificar el motivo de este reboot se ahoguen por ofrecer un buen y normal camino alternativo al de 'Terminator 3: La rebelión de las máquinas' demasiado rutinariamente desarrollado.

'Terminator: Destino oscuro'

Un reparto acertadísimo no del todo bien equilibrado

En los icónicos regresos de la saga también chirrían estas luces y sombras. Tristemente, en este segundo grupo tenemos que incluir tanto la actuación como el desarrollo de Linda Hamilton. El mero hecho de verla en pantalla grande con un fusil diciendo "volveré" ya merece la pena toda la entrada, pero también se nota su tiempo alejada de Hollywood y el desgaste que sufre su personaje convertido ahora en la típica secundaria molona sin más. Esta ya no es su historia (ni la de Schwarzenegger, con quien apenas comparte tiempo en pantalla), como bien dejan claro desde el principio, y su aparición en modo homenaje pierde su efecto conforme más está presente. Tanto ella como Arnold Schwarzenegger abrazan la autoparodia en sus interpretaciones, pero los pocos minutos en pantalla de este último le salvan de caer en el ridículo o el cansancio. Con él, los guionistas han sido más honestos dándole las dosis justas (y muy intensas) de dramatismo e iconicidad para justificar su (breve) aparición y satisfacer a la par a todos los fans. De hecho, él protagoniza una de las mejores escenas del film, y ni siquiera es de acción.

El gran reto de este reinicio era saber equilibrar la nostalgia de este tándem Sarah Connor-Terminator con el interés por los relevos; en el resultado general, se echa en falta más peso hacia estos últimos, y la mayor damnificada es Natalia Reyes. Aunque la actriz colombiana sea "el futuro de la franquicia" según Hamilton, su Dani Ramos queda en estas dos horas y nueve minutos de metraje como un mero bulto a transportar sin suficiente profundidad o interés ni una evolución clara hasta su brusco cambio por el final. El lado positivo de ello es el camino plenamente despejado que se queda para que Mackenzie Davis y Gabriel Luna brillen. El actor de Ghost Rider en 'Agentes de SHIELD' sabe capturar ese macabro sentido del humor y la impotencia tan necesaria ante un cyborg malvado. Eso sí, la película le pertenece a la actriz de Grace, el personaje más complejo, sorprendente y también entretenido de esta película, y de los mejores de toda la franquicia. Aunque una vez más este avance pueda parecer un refrito al recordar demasiado al Marcus Wright de Sam Worthington en 'Terminator Salvation', Davis está tan entregada en cada escena de acción y en cada conversación liviana o trascendental que acaba siendo el mayor (y enorme) acierto de 'Terminator: Destino Oscuro'. Funciona tan bien en todas las caras que le regala la peli (guerrera con trauma, amiga y ¿madre? de Dani, supersoldado...) que una vez más es una lástima que la rutina la deje a medio explorar.

'Terminator: Destino oscuro'

Impactante pero no trascendente

El toque original Cameron sí que se agradece mucho en la acción, mucho más física y basada en las intensas peleas cuerpo a cuerpo o el constante gasto de cartuchos que tanto impresionó en las dos primeras entregas de la saga. Salvo algunos (impresionantes) momentos de efectos digitales como la sorprendente piel líquida desdoblada del Terminator, Tim Miller ha hecho bien renunciar a los alardes constantes de CGI. Aun así, el director de 'Deadpool' sí que ha sabido puntuar algunos momentos de infarto y riesgo a cámara lenta que parecen sugerir un buen 3D. Además, en la primera y última escena de batalla, Miller está realmente desatado y equilibra a la perfección las tácticas que ya conocíamos con ese nivel de brutalidad e impacto que se espera tras ver 'Deadpool 2'.

Pero una vez más, esos aportes son casos aislados en una demasiado correcta rutina. Durante todo el desarrollo del film, las escenas de acción están muy bien planificadas pero no se aprecia el sello más trascendental de Cameron o Miller y podrían formar parte de cualquier otra película grande de este 2019. El mismo nombre 'Terminator' que les sirve para crear momentos nostálgicos debería haberles forzado más a ir un paso más allá como lo hizo 'Terminator 2', más aún al atreverse a denominarse como secuela directa. En general, 'Terminator: Destino Oscuro' cumple como espectáculo de acción, ejercicio de nostalgia y la promesa de nuevos e impactantes caminos que no se consuman por una rutina demasiado correcta y poco atrevida. Sorprende a ratos, pero le falta reforzar su identidad propia, su propósito, ya no solo como secuela de la saga, sino como película en sí que tristemente no se mantiene por sí sola y que, salvo algunos puntos sueltos, fácilmente olvidarás al poco de haber salido de la sala.

Nota: 6

Lo mejor: Mackenzie Davis. El planteamiento y el final, tanto en guion como en acción

Lo peor: El lastre de la nostalgia y su rutinario desarrollo

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