å

CRÍTICA

'Wonder Woman 1984' es todo lo que deseas en una película de superhéroes

Wonder Woman se pone ochentera en la nueva película de la superheroína de Gal Gadot, que por fin llega a los cines a pesar del COVID.

Por Luisa Nicolás 16 de Diciembre 2020 | 08:00

Comparte:

Ver comentarios (1)

Lo de Patty Jenkins con 'Wonder Woman' es un auténtico hito: si la primera entrega fue ambiciosa, conmovedora, divertida y revitalizadora dentro de un producto machacado hasta la saciedad, con la secuela se ha superado con creces. En un género dominado por personajes masculinos, Diana Prince fue el oasis en el desierto, una heroína desinteresada que luchaba por la paz, el amor, la igualdad y lo más importante, la verdad. Ya que la campaña de promoción ha hecho lo imposible por mantener oculto el argumento de la película, esta crítica procurará no desvelar nada de la trama y permitir así a la audiencia descubrirla junto a sus personajes.

Tras un 2020 fatídico en todos los sentidos y también muy duro para el sector audiovisual, el estreno de 'Wonder Woman 1984' es uno de los más esperados del año, un acontecimiento que retraso tras retraso parecía que no iba a llegar nunca y, al menos en España, tendremos la suerte de disfrutar como se merece, en la gran pantalla, acompañándonos de otras personas que rían a la vez, que lloren con nosotros o se sorprendan en las mismas escenas. Porque el cine ha demostrado ser un espacio seguro y este año más que nunca necesitábamos una película tan amable, tan generosa y romántica como esta, que no abandona su omnipresente humanidad y habla mucho más de la experiencia que acabamos de vivir como sociedad de lo que Jenkins y su equipo podrían haber adivinado cuando se embarcaron en el proyecto.

'Wonder Woman 1984'

Hemos viajado hasta 1984, la década más idealizada de nuestra historia reciente, estamos en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética y una solitaria Amazonas se esconde entre los mortales como antropóloga del Museo Smithsonian, una Diana que aún sueña con su antiguo amor, Steve Trevor, el piloto Americano que murió en la Primera Guerra Mundial. Sobre el argumento en sí solo podemos añadir, sin caer en el spoiler y empezar a arruinar sorpresas, que Steve está de vuelta y, sorprendentemente, su regreso no solo tiene sentido a un nivel argumental, sino que funciona orgánicamente en la idiosincrasia de la película. Sobre Chris Pine recae la responsabilidad de ser el alivio cómico, el pez fuera del agua, sin caer en la exageración o el esperpento, rasgos reservados para el personaje de Pedro Pascal.

El prólogo nos lleva de vuelta a la infancia de Diana en Temiscira, de nuevo con Connie Nielsen como la Reina Hipólita y Robin Wright como la poderosa Antiope, guerrera y mentora de la futura Wonder Woman, que, todavía muy pequeña, participa en una competición de habilidades físicas, una carrera de obstáculos que además de ser el despliegue de las escenas de acción más espectaculares y adrenalíticas de la película, sirve de lección de vida: ser fieles a la verdad es más importante que nuestros deseos más profundos. Todo, por cierto, regado con la épica banda sonora de Hans Zimmer.

Saltando de nuevo a los 80, Diana se ha convertido en toda una superheroína encubierta, una vigilante en la sombra dispuesta a salvar a la ciudad de accidentes, ladrones y catástrofes sin nadie que se lo agradezca y nadie con quien compartirlo. En estos 3 años, Gal Gadot ya no es una actriz desconocida, pero nos sigue sorprendiendo esa sutil capacidad para transformar el poder de una heroína y a la mujer más elegante de todo Washington, en la tristeza de una persona solitaria, tan entregada a los demás que no ha quedado nada para ella, mezcla perfecta de fuerza y sacrificio.

'Wonder Woman 1984'

La escena del centro comercial, segunda set piece aparentemente aislada del resto de la trama, sirve a su directora y su equipo de producción para definir la estética retro y colorista de una película que no olvida el sentido del humor y el tono de comedia que ya estableció su predecesora. Si Diana era la chica nueva en un 1918 gobernado por hombres y guerras en trincheras, para Steve los 80 son todo descubrimiento, y como Marty McFly en 2015 se deja seducir por sus zapatillas, riñoneras, el queso en spray y el resto de milagros del futuro mientras retoman una relación que lleva 70 años en espera. El segundo primer beso, volar sobre los fuegos artificiales del 4 de julio, su admiración mutua o la altruista lección de su desenlace demuestran que el cine de superhéroes también puede tener corazón, pasión y ser sorprendentemente conmovedor sin renunciar a las secuencias de acción con un sentido puramente estético y de diversión, con Gadot balanceándose con su lazo entre rayos y edificios, haciendo saltar camiones por los aires y enfrentándose cuerpo a cuerpo con Cheetah. Épica en su máxima expresión.

Lo que Jenkins hace en 'Wonder Woman 1984' dificilmente se puede comparar con el resto de producciones del Universo extendido, que se decantan por un estilo más serio y terrenal, oscuro e intenso, más masculino en definitiva. Al igual que en la historia de origen de Wonder Woman, esta secuela favorece el crecimiento y desarrollo de sus personajes entre hazañas sobrehumanas y escenas de acción. 'Wonder Woman 1984' es todo corazón y sin esfuerzo la película más divertida de DC, quizá porque la directora ya no tiene nada que demostrar tras triunfar entre crítica y público en 2017. Jenkins es experta en tejer emociones y cede una humanidad similar a todos los personajes.

'Wonder Woman 1984'

Los villanos son Maxwell Lord (Pascal), un comerciante de petróleo atormentado por la sombra de su pasado y la carga patriarcal de tener éxito y poder al precio que sea; y Barbara Minerva (Kristen Wiig), la chica empollona con problemas de socialización que necesita un cambio urgente de imagen, ese que te empodera automáticamente solo con quitarte las gafas y soltarte la melena. Los dos compiten por la atención del público y Pascal, desmesurado y caricaturesco, como si tuviese que compensar todo lo que no puede hacer en 'The Mandalorian', dice que basó su interpretación en el estilo de Nicolas Cage, pero no de un modo irónico. Tanto los actores como la cámara, el guion y la producción emulan el cine de los 80 con una estructura clásica y un enfoque de la vieja escuela, que es precisamente lo más innovador dentro del maduro cine contemporáneo de superhéroes. Las actuaciones exageradas, las peleas grandilocuentes y el descubrimiento de algunos de los nuevos poderes de Diana recuerdan al 'Superman' de Christopher Reeve y al estilo clásico de los cómics de la editorial o las serie de la 'La mujer maravilla' de 1975 y el 'Batman' de los 60. El personaje apareció por primera vez en 1941 y tras 80 años acumulando seguidores y seguidoras en todo el mundo, Jenkins agradece su fidelidad sin ceder al fan service, pero sí reconociendo su historia y algunos de sus elementos más icónicos. Pero seguir por aquí arruinaría muchas sorpresas.

La importancia de la representación

Wonder Woman se convirtió en un icono feminista y un ejemplo para las niñas de la época, acostumbradas a verse representada en personajes secundarios o damas en apuros. Por eso, por su búsqueda de la la justicia, el amor, la paz y la igualdad sexual, y con tantas mujeres en la dirección, guion y producción, la película tiene un mensaje abiertamente feminista que presenta sin pudor la misoginia y el machismo que todavía hoy sufrimos a diario. Pero siempre hay esperanza, y si Maxwell Lord se siente presionado por esa idea de la masculinidad tan tóxica, Trevor ni siquiera se plantea subestimar a Diana, no se siente amenazado por su poder y le cede el espacio que merece.

'Wonder Woman 1984'

Estados Unidos lleva unos años de convulsión gubernamental que ha culminado con el cambio de sillón en la Casa Blanca que (todavía) está por llegar, y aunque 'Wonder Woman 1984' no tiene un discurso explícitamente político, desde un POTUS al estilo Reagan, al codicioso Max Lord, todos sus personajes y ambiciones están impregnados de un mensaje de moralidad muy simple: el principal enemigo de la sociedad no será un villano al uso, sino sus deseos de poder y acumulación, un egoísmo promovido por el capitalismo y la hegemonía patriarcal que es el auténtico villano invisible de la película. 'Wonder Woman 1984' no se centra en el eterno duelo entre el bien y el mal clásico de los superhéroes, apela a nuestra capacidad para salvar el mundo como simples mortales, porque la esperanza no está en que vengan a rescatarnos semidioses con poderes, está en poner el amor por encima de todo.

Jenkins es una cineasta de gran talento con una pasión por su trabajo y sus personajes que atraviesa la pantalla. Con 'Wonder Woman', Warner le dio una oportunidad única al convertirla en la primera mujer al frente de una gran superproducción, una responsabilidad que, a diferencia de lo que ocurre con muchos de sus colegas directores, habría sido un suicido profesional de haber fracasado. Pero triunfó, triunfó entonces y lo ha hecho ahora, que desgraciadamente y como las Amazonas de Temiscira todavía tiene que demostrar que las mujeres somos tan válidas y poderosas como cualquier hombre y que también podemos dominar el cine de acción y aventuras sin renunciar a hacerlo con una sensibilidad diferente, orientada también a un público masivo. Sin embargo, su trabajo todavía no ha abierto el camino a otras directoras y Jenkins será la primera mujer en tener su propia película de 'Star Wars'... El mundo extraño en el que vivimos está muy necesitado de una superhéroina real, pero tendremos que conformarnos con una película que al menos durante sus dos horas y media de metraje nos distraerá de nuestras preocupaciones y la crisis del COVID se quedará fuera de la sala, un regalo de Navidad adelantado

Nota: 9

Lo mejor: Es todo corazón.

Lo peor: Son 151 minutos...