Este 5 de diciembre llegó a salas comerciales españolas 'El joven Ahmed', undécimo largometraje de ficción de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, un filme con el que la denuncia social está en el toque de atención al sistema sobre el radicalismo yihadista, en un filme que pone la mirada en un adolescente de barrio que está completamente absorbido por el fanatismo religioso. "Desde hace un tiempo han aparecido esos imanes jóvenes procedentes de otros países que han predicado el odio, la división incluso entre propios musulmanes", manifiesta uno de los hermanos cineastas.
'El joven Ahmed' muestra cómo el Estado no ha sabido predecir el fanatismo islámico, impulsado por el salafismo y el wahabismo, como la construcción de mezquitas y minaretes, así como la llegada de imanes procedentes de países como Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos.
"Creo que el Estado ha fallado, los países europeos, como también países como Túnez o Marruecos, no han medido la potencia del fanatismo islámico, que predican los Hermanos Musulmanes o los wahabistas. Trágicamente, han hecho falta atentados terroristas para que se viese que toda una juventud nacida en Europa y con cultura musulmana podía radicalizarse", explica en Luc Dardenne en una entrevista para eCartelera durante la promoción del filme en el Instituto Francés de Madrid.
El peligro del fanatismo religioso
Precisamente al salafismo y al wahabismo son lo que atribuye el cineasta como principal problema con el fundamentalismo islámico. "Esos jóvenes se radicalizan con los discursos procedentes de las nuevas mezquitas que han ido apareciendo en los últimos años, con esos imanes, que son también jóvenes, que procedían de otros países, que predicaban un islam que no era de luz, sino fundamentalista", explica.
Los Dardenne exponen que este fanatismo ha tenido su primera víctima entre la propia comunidad musulmana, con aquellos miembros que se han integrado en las sociedades europeas. "Ellos han venido y han predicado la escisión, la división, considerándose auténticos musulmanes frente a otros musulmanes a los que odian porque los consideran demasiado moderados, demasiado occidentalizados, demasiado modernos", denuncia, añadiendo que esos fanáticos "detestan la cultura occidental y a todo aquel que la apoya, la consideran 'perversa'. Su mensaje es de odio e intolerancia".
Pero el director belga advierte que no hay que dejarse llevar por el pánico y los prejuicios. "No hay que ser paranoicos, creo que hay todo un trabajo de educación que queda por hacer en los jóvenes, educarles en la tolerancia y el respeto hacia la gente que piensa diferente. Cualquier religión puede volverse fanática, como los fundamentalistas evangélicos de Estados Unidos. El fascismo, el nazismo, eran ideologías fanáticas, de frases como 'o estás conmigo o contra mí' o 'ellos no son como nosotros', por lo tanto, 'tenemos que destruirlos'. Hay que tener cuidado, tenemos que reaccionar", declara el realizador.
Un protagonista "absorbido" por un mensaje de odio e intolerancia
Dardenne explica que en su país se está reaccionando y que deben exigirse estudios a los imanes como predicadores religiosos. "En Bélgica, el Estado está empezando a averiguar quién es un imán de verdad y quién es un fanático. Los imanes deben ser gente formada, con estudios universitarios y que predicen un islam de tolerancia y respeto y no el salafismo o el wahabismo. Es un trabajo complicado pero hay que hacerlo", declara.
A diferencia de otros largometrajes suyos como 'Rosetta', 'El niño' o 'El silencio de Lorna', 'El joven Ahmed' tiene una mirada más opaca con su protagonista, cuyo destino solo cambia con el posible acercamiento a la muerte. "[Jean Pierre y yo] nos dimos cuenta cuando escribíamos el guion que era imposible cambiar a Ahmed. Normalmente nuestros personajes principales cambian cuando se topan con otro", detalla Luc Dardenne.
"Pero el fanatismo de Ahmed es tan grande y profundo, que todo aquel que le rodeaba era invisible para él. Está tan absorbido, que solo cuando siente a la muerte cerca es capaz de reaccionar, porque ignora toda la ayuda que se le ofrece, ni su psicóloga ni su profesora consiguen cambiarlo", continúa explicando el realizador.
Evitar el nombre de estrellas del cine francés
A diferencia de sus anteriores largometrajes, en los que tuvieron estrellas consolidadas como Cécile de France ('El niño de la bicicleta'), Marion Cotillard ('Dos días, una noche') o Adèle Haenel ('La chica desconocida'), los hermanos Dardenne han vuelto a contar solo con actores no profesionales para 'El joven Ahmed' [solo Olivier Bonnaud había participado en un anterior trabajo de los realizadores, aunque con un papel menor]. Al contrario de lo que podría pensarse, los cineastas descartan que sea un regreso a sus orígenes.
"No lo considero así, tampoco mi hermano. El protagonista era joven, lo que conllevaba a que no podía ser profesional. Lo segundo, si elegíamos a un actor reconocido, el público iba a estar más pendiente de su personaje que de la historia y del papel principal, que era el de Ahmed. Si hubiesen estado Olivier Gourmet, Émilie Dequenne o Jérémie Renier, la gente se hubiese centrado en ellos y nosotros queríamos que nadie deslumbrase a Ahmed y su historia. Por ello, solo contamos con actores no profesionales en esta ocasión", destaca Luc Dardenne.
Falta de diversidad en el cine actual
Sobre la generación actual de jóvenes, Dardenne se muestra optimista, pese a una menor diversidad cultural y un dominio cada vez más fuerte de la industria cinematográfica estadounidense. "Doy clases en la universidad, hemos hecho proyecciones de nuestras películas, inclusive de 'El joven Ahmed'. Mi experiencia como catedrático me ha permitido conocer a la actual generación de jóvenes. Sigo viendo un futuro positivo, pese que hay un descenso en la educación relacionada con la literatura, la música, las artes en general", explica.
"Creo que ahora está habiendo una especie de 'monocultura', la gente solo va a ver películas de superhéroes, de sagas de Hollywood, todo es Marvel. A ver, no tengo nada en contra de ello, por qué no disfrutar de una cinta de este estilo. Pero creo que ahora hay menos diversidad que antes, respecto al cine", detalla el cineasta que, pese a todo, constata que sí hay interés en un tipo de películas diferentes.
La importancia del arte en las nuevas generaciones
"Sí percibo interés en filmes que no son blockbusters, hay asistencia y curiosidad por parte del público joven. Solo falta incentivarlo", aclara, dejando claro que, sobre todo, es un problema de educación y pide mayor implicación de los elementos sociales. "Hay que hacer un enorme trabajo de educación. El presupuesto que se dedica al teatro, a la música, a la literatura, al cine, a la danza en colegios e institutos es insuficiente. El arte no es un suplemento, debe formar parte de la educación", dice.
"El arte te ayuda a vivir, a ser un ciudadano que piensa y razona de forma distinta, te ayuda a conocer diferentes enfoques sobre la vida. Me parece genial que haya directores, pintores, músicos que vayan a las aulas a explicar su trabajo, su oficio, siempre es interesante. No digo que haya solo que hacer esto, que conste. Tengo mucha confianza en la juventud que viene, es una generación consciente del cambio climático, por ejemplo. También creo que, pese a todo, la mayor parte de los jóvenes no son xenófobos", comenta.
Un filme que retrata una realidad incómoda pero necesaria de conocer como sociedad europea, 'El joven Ahmed', dirigida y escrita por Jean-Pierre y Luc Dardenne y producida por Les Filmes du Fleuve, está disponible en salas comerciales españolas desde este 5 de diciembre, de la mano de Wanda Films.
