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METAFICCIÓN EN BLANCO Y NEGRO

Festival de Berlín 2018, Día 2: Hong Sangsoo, Kim Min-hee y 'Grass', la nueva dimensión de su relación creativa

Tras el éxito de 'En la playa sola de noche', Hong Sang soo y Kim Min-hee regresan a la Berlinale con una hermosa reflexión sobre la existencia y la creación artística.

Por Antonio Miguel Arenas Gamarra 18 de Febrero 2018 | 14:02

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Aunque según algunos las cámaras de vigilancia de un supermercado contengan más cine que las películas de Hong Sangsoo, una sentencia tras la que no se encuentra reflexión alguna, solo a la altura de aquel diálogo sobre Rohmer en 'La noche se mueve' (Arthur Penn), que definía una de sus películas como "ver secar la pintura", aunque aquello era ficción y no nuestra televisión pública, sobran los motivos para prestar especial atención a cada nuevo proyecto del prolífico cineasta coreano, cuya presencia comienza a ser felizmente habitual en nuestra cartelera. Pero si además comparamos su última película con despropósitos del calibre de 'Eva' (Benoît Jacquot), a concurso en Sección Oficial, es cuando en mayor medida debemos apreciar la intransferible mirada del director de 'Ahora sí, antes no', que con 'Grass' deja la sensación de que su cine entra en un nuevo estado, quien sabe si un punto de no retorno.

Grass de Hong Sangsoo

Resultaba cuanto menos extraño que tras lograr el Oso de Plata a la mejor actriz por 'En la playa sola de noche', la nueva colaboración de Kim Min-hee junto a Hong Sangsoo fuera relegada de Sección Oficial a Forum, competición paralela más vanguardista de la Berlinale. Y aunque nunca compartiremos que los grandes cineastas sean discriminados por cuestiones meramente comerciales (no olvidemos que Berlín antes que festival es un mercado), se puede llegar a entender la decisión de trasladar lejos de la alfombra roja sus 65 minutos más rupturistas hasta la fecha. Rodada en tan solo cuatro días, lo que demuestra la depuración que ha alcanzado su estilo, 'Grass' sitúa la acción en una cafetería de la que el propio Hong es cliente habitual. Una cafetería entendida como escenario teatral, como territorio creativo, a la que acuden personalidades del mundo del teatro y en la que mantienen dolorosos encuentros marcados por el amor no correspondido o la muerte de un ser querido. A su lado, hábilmente puntuada fuera de campo, una observadora o demiurga, la propia Kim Min-Hee, teclea en su portátil cada conversación, expresando su inquietud por la humanidad y el devenir de los seres que la pueblan a través de la voz en off.

Como es habitual en su obra, este dispositivo próximo a la metaficción se nos presenta con absoluta sencillez, sin incidir en su características metalinguísticas, entendiendo el cine como una proyección donde realidad y ficción se funden para situarnos en otro plano distinto del espacio. El blanco y negro realza esa dimensión fantasmagórica, ajena a nuestro mundo, que encontraremos muy presente a lo largo del metraje, cuya mecánica nos invita a participar de esa doble función de observador o demiurgo de la protagonista gracias a sus repeticiones. En ese sentido, el uso de la música cumple una función apasionante y rara vez usada, que transparenta su condición de puesta en escena de la realidad. Como podemos escuchar en uno de los diálogos, el dueño de la cafetería es un amante de la música clásica, que suena de forma diegética a un volumen tan elevado que en ocasiones impide escuchar los diálogos con nitidez. Confesiones que ascienden en intensidad y emoción al mismo tiempo que la música alcanza tintes épicos, subrayando su utilización dramática, y que concluyen cuando la música acaba, como si sus notas trataran de propulsar los sentimientos y las palabras.

Grass de Hong Sangsoo

Decíamos que en 'Grass' late algo que nos invita a pensar que abre una nueva etapa o sirve de paréntesis en el cine de Hong Sangsoo. Pero ese algo no se encuentra en sus decisiones de puesta en escena, siguen siendo una constante los diálogos entre dos o varias personas filmados de forma frontal, con una sola cámara y en largos planos secuencia, incidiendo mediante el zoom o con suaves panorámicas en cada una de ellas. La principal diferencia con su filmografía previa no estriba en fondo ni en forma, sino en cierta pesadumbre, en un aliento trágico que sobrevuela las imágenes y las conversaciones, en la negación de una narrativa, en asomarse al vacío. A ese respecto, nos extraña una conversación filmada en una composición más agresiva de lo habitual, un plano por encima del hombro que produce un violento escorzo sobre la figura de un hombre, cuya sombra se proyecta tenuemente sobre la pared y a la que la cámara se desplaza de forma inquietante. Del mismo modo, la desconcertante actitud del personaje de Kim Min-hee y su doble función no deja de abrir incógnitas en una película repleta de hermosas reflexiones y de tantos misterios como nuestra existencia, si acaso hierba germinando en una maceta.

Isabelle Huppert: The Movie

Después de ver una película tan minimalista y sugerente en sus decisiones de puesta en escena, en la que cada plano y movimiento de cámara están delimitados dentro un plano temporal y responden a una decisión concreta, cruzarnos con un thriller rodado a granel como el dirigido por Benoît Jacquot no es la mejor de las ideas. Menos aún cuando se trata de una adaptación de la novela 'Eva' de James Hadley Chase, que Joseph Losey llevara al cine en 1962. Aunque la adaptación de Benoît Jacquot y Gilles Taurand se antoja más fiel al texto original, lo que en aquella película era signo de la modernidad de su época, en esta ocasión es síntoma de la mediocridad a la que conduce el cine cuando se entiende como mercancía. Rodada durante la campaña promocional de 'Elle' a los Oscar, no se vislumbra una intención detrás más allá de aprovechar el tirón de Isabelle Huppert como femme fatale mediante las herramientas del thriller de sobremesa. Fácil, efectivo y para toda la familia, porque pese a lo turbador del argumento, no se encuentra ningún desnudo ni componente sexual alguno.

Isabelle Huppert en Eva

Irónicamente, al igual que 'Grass', 'Eva' en principio parece abordar el proceso creativo de un joven escritor (Gaspard Ulliel), en este caso un farsante que hace pasar como suya una inédita obra teatral de un reputado escritor. Tras alcanzar el éxito vital y profesional, comenzará a escribir su nueva obra a partir de su obsesión por una prostituta de lujo. Pero este punto de partida no deja de ser una excusa para el lucimiento de una Isabelle Huppert que solventa su interpretación al estar acostumbrada a moverse en los difusos límites morales de sus personajes, sin añadir en esta ocasión un registro sólido o insólito a su trayectoria. Por su parte, Gaspard Ulliel se encuentra superado por su duelo interpretativo y cae en el ridículo más llamativo al confundir exhibicionismo con tormento interior.

Pese a que el montaje final fue recortado por los productores, lo que en la película de Losey transmitía lujuria y altas dosis de libertad mediante el uso de una banda sonora jazzística, coqueteando con el existencialismo gracias a la ambientación en Venecia y a la puesta en escena con reminiscencias de Antonioni, que permitía aflorar la metáfora a la que juega el título, la de un hombre que se derrumba ante la mujer (inolvidable Jeanne Moreau), en esta ocasión resulta vacuo en su mortecina deconstrucción del género. En ese sentido, que tras la producción se encuentre Eurocorp puede ponernos en preaviso, 'Eva' cae en todos los clichés de los pseudothrillers de lujo. La decisión supuestamente estilística de su director por insistir en un montaje abrupto, repleto de superfluos movimientos de cámara, solo aumenta la sensación de que la propuesta no tiene rumbo alguno más que conducir al precipicio de su protagonista. Y hacernos caer a nosotros con él.

Películas que no sabías que eran remakes

'Big'

'Big'

Año 1987, Italia. Estreno: 'Cuando fui mayor', dirigida por Franco Amurri. Una historia protagonizada por un niño de nueve años, Marco, enamorado hasta las trancas de su maestra de primaria. Cuando sus padres, obsesionados con el trabajo, se olvidan de su cumpleaños, el pequeño pide un deseo que se hace automáticamente realidad: convertirse en adulto. ¿Os suena? Un año más tarde, Hollywood decidió mantener el punto de partida de aquella y transformarla en 'Big', entretenimiento con marca década 80 que, aún hoy, se mantiene como una de las películas familiares básicas. Gracias a ella, Tom Hanks se convirtió en una superestrella, reventó las taquillas de medio mundo y consiguió su primera nominación al Oscar. Si comparamos las dos películas, no hay duda alguna, gana el remake. Por goleada.

Big en eCartelera

'Doce monos'

'Doce monos'

Partiendo de un corto de 1962, 'El muelle', pequeña obra maestra dirigida por el francés Chris Marker, de media hora de duración, Terry Gilliam dio forma con 'Doce monos' a su película más 'convencional'. Y que se multipliquen las comillas hasta el infinito. Una propuesta de ciencia ficción que exploraba los recovecos que proponía su original hasta convertirse en una aventura repleta de giros imposibles, con dos actores en pleno estado de forma, Bruce Willis y, especialmente, Brad Pitt, y una intriga mantenida con talento y puño firme. Pese a caer en pequeños excesos, algo que es un clásico a lo largo de la trayectoria de Gilliam, los muebles quedaron más que salvados y, lo que en el muelle de Marker era poco más que un punto de partida, terminó convertido en joya de culto.

Doce monos en eCartelera

'Mentiras arriesgadas'

'Mentiras arriesgadas'

Tres años después de que Francia estrenara 'Dos espías en mi cama', una comedia de acción algo tontorrona y sin demasiado interés, James Cameron decidió dinamitar expectativas con su remake. El director de 'Titanic' cogió las virtudes básicas de la original, resumidas básicamente en su punto de partida, y construyó un monumento al entretenimiento en el que Jamie Lee Curtis merendaba escenas con su sola presencia, algo que le permitió ganar con justicia el Globo de Oro a Mejor Actriz de Musical o Comedia, mientras Arnold Schwarzenegger sumaba un nuevo taquillazo a su cuenta. Uno de esos ejemplos en los que las palabras blockbuster y clásico, casan sin problema. En comparación con la cinta francesa, tenemos más risas, acción y espectáculo. Y un título mucho mejor.

Mentiras arriesgadas en eCartelera

'Cisne negro'

'Cisne negro'

Veamos, la historia nos dice que 'Cisne negro' no es un remake, que nace de la mente de Darren Aronofsky y que cualquier parecido, múltiple, con 'Perfect Blue', obra maestra de ese genio absoluto llamado Shatoshi Kon, es fruto de nuestra imaginación. Pero los hechos, señalan lo contrario. El director de 'Noé', como todos, se enamoró de la película Kon, comprando sus derechos de inmediato para, en principio, integrar detalles en sus películas, aunque finalmente solo lo utilizó para una secuencia de 'Réquiem por un sueño'. Y, se supone, ahí termina la relación entre ambos universos.

La cuestión es que, si uno compara ambas películas, se dará cuenta de que, si no es una revisión encubierta, estamos cerca del plagio. Cambiamos a una cantante de un grupo pop de moda por una bailarina enferma por el perfeccionismo y la ambición y tenemos planteamientos calcados. Algo similar ocurre con 'Paprika', de nuevo una joya de Kon, y la mismísima 'Origen' de Christopher Nolan. Y es que los remakes no siempre son admitidos y depende del espectador valorar los niveles de mérito y de deudas que adquiere cada película. En el caso que nos ocupa, parece claro: Aronofsky ama el cine de Kon y le rinde un tributo absoluto a través de un remake, en toda regla. Digan lo que digan.

Cisne negro en eCartelera

'Por un puñado de dólares'

'Por un puñado de dólares'

'Yojimbo', clásico de Akira Kurosawa que no ha perdido ni un ápice de su poder hipnótico a lo largo de las décadas desde su estreno en 1961, enamoró por completo a Sergio Leone, quien se decidió a realizar un remake ambientando la acción en el género western. Sin embargo, los responsables de la cinta oriental no dieron su brazo a torcer y no les cedieron los derechos de la película. ¿Paró eso el ímpetu y la voluntad de Leone? En absoluto. Así nació 'Por un puñado de dólares', primera entrega de la memorable trilogía completada por 'La muerte tenía un precio' y 'El bueno, el feo y el malo'. El spaghetti western daba sus primeros, y contundentes pasos, a través de un remake que ocasionó una demanda que, evidentemente, Leone y los suyos perdieron. Un peaje que no pesa lo más mínimo comprobando el poderoso legado que ambas películas han dejado en la historia del cine.

Por un puñado de dólares en eCartelera

'Infiltrados'

'Infiltrados'

Sigue siendo tan incomprensible como indignante que los ÚNICOS Oscar a Mejor Director y Mejor Película que hayan caído entre las manos de Martin Scorsese sea el de 'Infiltrados'. Ojo, no porque estemos ante una mala película, ni muchísimo menos, hablamos de un thriller con todas las virtudes y señas de identidad de su genial responsable, pero, maldita sea, hablamos del director de, entre otras, 'Toro salvaje', 'Uno de los nuestros', 'Casino' o 'Taxi Driver'. No nos salen los cálculos.

En cualquier caso, bienvenidos aquellos premios que recompensen la labor de un cineasta absolutamente imprescindible, incluso cuando solamente se trate de un (gran) remake. La original, 'Juego sucio', ya era un potentísimo artefacto de acción y tensión realizada con importantes dosis de talento, suponiendo un más que asequible punto de partida para que Scorsese se sintiera como en casa. Y vaya si lo hizo. Respetando profundamente su referente, Marty se lo pasó bomba con este juego de policías, criminales, gatos, topos y ratas. Todos contentos. Incluida, al fin, la Academia de Hollywood.

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'Los padres de ella'

'Los padres de ella'

'Meet the Parents', película dirigida por Greg Glienna en 1992 fue un absoluto desastre de crítica y público. La primera, la maltrató sin piedad, y los espectadores... bueno, hicieron como que nunca existió. Sin embargo, en una de esas decisiones que nos hace mantener la esperanza en alguna de las mentes de la industria de Hollywood, vio en ella un punto de partida interesante para plantear un remake que consiguió todo lo que la cinta original no. 'Los padres de ella' nos confirmaba la vis cómica de Robert De Niro, demostrada ya en la estupenda 'Una terapia peligrosa' y desaprovechada en infinidad de películas posteriores, explotaba al máximo su química con Ben Stiller y daba pie a una inesperada trilogía que mantuvo el nivel con su segunda entrega pero que naufragó con 'Ahora los padres son ellos'. En cualquier caso, una demostración de que el éxito en el remake está donde menos te esperas. Hasta en los fracasos más sonados.

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'¿Conoces a Joe Black?'

'¿Conoces a Joe Black?'

Todo comenzó con una obra de teatro de Alberto Casella adaptada al cine en 1934 de la mano de Mitchell Leisen con el título de 'La muerte de vacaciones'. Una cinta de poco más de ochenta minutos con cierto encanto que, seis décadas más tarde, se convirtió en un dramón de tres horas de duración llamado '¿Conoces a Joe Black?'. Un absoluto desastre en taquilla, con un presupuesto de 90 millones de dólares y una recaudación en Norteamérica de poco más de 40, totalmente justificado. Una propuesta diseñada a mayor gloria de un Brad Pitt carente de personalidad y carisma, sobre el que reposa todo el peso de una película más que fallida, interminable, aburrida y repleta de momentos de un romanticismo edulcorado e insoportable. Al final, la mejor decisión es regresar a la curiosa cinta de los años treinta, la cual demuestra que, casi siempre, menos es más.

¿Conoces a Joe Black? en eCartelera

'El hombre que sabía demasiado'

'El hombre que sabía demasiado'

1934 y 1956. 22 años de diferencia para contar la misma historia, sin cambio alguno, pero cambiando Inglaterra por Estados Unidos y a Leslie Banks y Peter Lorre por James Stewart y Doris Day. Estas fueron las decisiones que Alfred Hitchcock tomó a la hora de rehacer su propia película, 'El hombre que sabía demasiado', con más medios, más superestrellas y mismo talento para plasmar la tensión, el misterio y la intriga. Con todo, si hay que elegir, la original británica tiene un encanto especial que se pierde, en cierto modo, tras su revisión norteamericana. En cualquier caso, un curioso ejemplo de directores valientes que toman sus propias películas como si de una revancha juguetona se tratase.

Michael Haneke repitió la jugada con sus 'Funny Games' y el propio Hitchcock no pudo evitar que Gus Van Sant plagiara plano a plano su obra maestra, 'Psicosis'. Nadie está salvo. Pero, oye, puestos a que puedan destrozar tu trabajo, mejor que seas tú mismo.

El hombre que sabía demasiado en eCartelera

'Ben-Hur'

'Ben-Hur'

Una vez confirmada la catástrofe absoluta de su reciente remake, conviene destacar que 'Ben Hur', sí, aquel clásico del séptimo arte protagonizado por Charlton Heston era, a su vez, una revisión de una película muda de, nada más y nada menos, que 1925. Una superproducción realizada por Fred Niblo que, al mismo tiempo, era un remake de una primera versión rodada en 1907 y que tenía una duración de 20 minutos. Una broma comparada con los 143 minutos de la película de Fred Niblo y con los 211 de la obra maestra de William Wyler. Vale, la nueva versión dura 'solamente' dos horas, aunque parezcan mucho más. En cualquier caso, cuatro visiones completamente distintas sobre una historia cuyo poder ha quedado más que demostrado a lo largo de las sucesivas décadas. Desde luego, si tenemos que quedarnos con alguna de ellas, la gran triunfadora de los Oscar de 1960 es la opción correcta. 11 estatuillas doradas que recalcaron su estatus de clásico absoluto. Ojalá nos hubiéramos quedado con ese recuerdo.

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