Kelly Marie Tran rompe su silencio sobre el acoso que sufrió en Instagram: "Empecé a creerme sus palabras"

La televisión le debe mucho a Shonda Rhimes. Y nosotros también. La creadora de 'Anatomía de Grey', 'Scandal' y 'Cómo defender a un asesino' es una de las mujeres más poderosas e influyentes de la industria audiovisual, una fabricante de pelotazos catódicos que ha situado a la mujer y al afroamericano en primera línea de la televisión. Su primer gran éxito, 'Anatomía de Grey', está protagonizado por una mujer blanca (Ellen Pompeo), pero en su reparto abundan las personas de color. Lo mismo ocurre tras las cámaras, donde Rhimes da oportunidades a mujeres realizadoras (incluyendo a Chandra Wilson, que interpreta a Miranda en la serie).

Con sus siguientes ficciones para ABC, las que conforman junto a 'Grey' la noche bautizada como #TGIF ("Thank God It's Thursday"/"Gracias a Dios es jueves"), Rhimes ha ido un paso más allá, colocando como protagonistas a dos actrices negras, Kerry Washington y la aclamada Viola Davis. Por otro lado, Rhimes también lleva a cabo una continua labor de visualización del colectivo LGBT, incluyendo personajes queer en su series, tanto en papeles protagonistas (Arizona Robbins, Connor Walsh, etc.) como episódicos (los pacientes del hospital Grey Sloan Memorial).

A través de sus monólogos de comedia, este humorista norteamericano de ascendencia india ha denunciado la discriminación y los prejuicios a los que las minorías raciales se enfrentan día a día en Estados Unidos, utilizando como ejemplo su propia experiencia en la industria audiovisual. Harto de ver a su comunidad encasillada en el cine y la televisión como el alivio cómico con acento gracioso, Ansari creó su propia serie para Netflix, 'Master of None'. En ella, además de presentar a un hombre de origen indio como protagonista, e incluir a un asiático y una lesbiana afroamericana como secundarios, Ansari lucha por romper los estereotipos asociados a la raza o la condición sexual, y reflexiona sobre la vida de los inmigrantes de segunda generación en Nueva York y los sacrificios que sus padres realizaron por ellos.

Romper el techo de cristal en Hollywood es una tarea muy difícil, casi imposible. Pero Ava DuVernay lo ha conseguido gracias a su trabajo como directora, guionista y productora. En 2012, DuVernay ganó el premio a la mejor directora en Sundance con 'Middle of Nowhere'. Poco después se convirtió en la primera directora de cine afroamericana nominada al Oscar a mejor película por 'Selma'. Y su hito más reciente es haberse convertido en la primera mujer negra en dirigir una superproducción de más de 100 millones de dólares de presupuesto, 'A Wrinkle in Time', de Disney. DuVernay ha abierto la puerta a otras directoras, como Niki Caro, que se ocupa del remake en acción real de 'Mulan'. Pero además de sus propios logros profesionales en un país donde las mujeres solo representan el 3,4% de todos los directores de cine, DuVernay está realizando una importante labor de representación con sus películas, documentales y series, dando voz a las mujeres y a la comunidad negra.

Para vender 'Orange Is the New Black' a Netflix, Jenji Kohan ('Weeds') utilizó a Piper Chapman como gancho. El exitoso drama carcelario está protagonizado por una mujer blanca que se ajusta el infalible arquetipo del pez fuera del agua, pero en realidad Piper solo era el pretexto para contar historias sobre un grupo enormemente diverso de personajes femeninos de diferente raza, edad, físico y condición sexual. La intención de Kohan, sin embargo, no es crear un nicho para minorías, sino normalizar esa diversidad. En sus propias palabras: "Me entristece que la serie se considere poco convencional cuando estas mujeres son, en muchos sentidos, convencionales. Representan una sección muy diversa del género humano. Lo que no es convencional es un solo prototipo de persona, que es lo que llevamos viendo en televisión mucho tiempo".

Ryan Murphy es uno de los productores televisivos de mayor éxito de los últimos años. Entre sus muchas creaciones se encuentran las series antológicas 'American Horror Story', 'American Crime Story' y 'Feud', además del (efímero) fenómeno musical 'Glee'. Las series de Murphy suelen ofrecer una plataforma muy valiosa para actrices de más de 60, habitualmente relegadas a papeles secundarios de madre o abuela (Jessica Lange, Kathy Bates o Susan Sarandon), actores afroamericanos e intérpretes abiertamente LGBT. Con sus proyectos, Murphy lleva a cabo una importante labor de visibilización y celebración de la diferencia, así como un constante alegato feminista, además de contribuir a la lucha por los derechos del colectivo LGBT ('The New Normal', 'The Normal Heart'). Sus trabajos te pueden gustar más o menos, pero su mérito a este respecto no se puede negar.

Channing Dungey es la primera presidenta afroamericana de ABC Entertainment Group, la compañía televisiva propiedad de Disney. En la "Era Dunguey", la cadena ABC ha consolidado una parrilla de programación más diversa que nunca. Además de las mencionadas series de Shonda Rhimes, la cadena del alfabeto se ha especializado en sitcoms familiares, con las que está realizando una estimable contribución en cuanto a representación y visibilización. 'Modern Family' es el buque insignia de la ABC familiar, pero en la cadena también hay hueco para una familia afroamericana ('Black-ish'), una de inmigrantes chinos ('Recién llegados'), una católica con un hijo gay, en la que él es el principal foco de la historia ('The Real O'Neals'), y una con un hijo con parálisis cerebral que va en silla de ruedas ('Speechless'. En el fondo, todas acaban siendo variantes de la familia nuclear familiar, pero no por ello vamos a restar mérito al compromiso de Dungey y ABC con la concienciación sobre todos estos colectivos raramente representados en la ficción y con series que llegan a una audiencia muy amplia.

Puede resultar extraño encontrarse a J.J. Abrams en esta lista, sobre todo teniendo en cuenta que hace unos años estuvo en el centro de una polémica que lo acusaba de sexista por el trato de al personaje de Alice Eve en 'Star Trek: En la oscuridad'. Sin embargo, el creador de 'Perdidos' se ha redimido con creces gracias a 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza'. Con él en la silla de director, la saga galáctica ingresaba en la nueva era situando como protagonistas a una mujer, un negro y un latino, un importante punto de inflexión no solo para la franquicia, sino también para el cine en general.

Todos sabemos lo mucho que está costando que los grandes estudios apuesten por blockbusters que no estén protagonizados por hombres blancos, por eso debemos felicitar a Disney y Lucasfilm por dar este paso con una de las propiedades más queridas de la historia del cine. Más que en productos marginales, es en cosas tan masivas y populares como 'Star Wars' donde necesitamos ver más diversidad para que se produzca el verdadero cambio. Es el primer paso hacia una mayor diversidad racial, más mujeres protagonistas y la inclusión de personajes LGBT en el cine para toda la familia. Esperemos que no quede en excepción y todo esto se haga realidad.

La escena humorística en Estados Unidos está cada vez más llena de mujeres comediantes que derriban la creencia sexista de que ellas no pueden ser tan graciosas como ellos. Ahí están Tina Fey, Amy Schumer, Mindy Kaling, Tig Notaro o Sarah Silverman para refutarla. También Amy Poehler, una de las más destacadas, actriz, escritora y productora comprometida con la causa feminista tanto delante como detrás de las cámaras. Además de encarnar a un icono feminista como Leslie Knope en la serie 'Parks and Recreation', Poehler ha producido la comedia femenina 'Broad City', es una ávida activista a favor de los derechos de las mujeres, y ha creado la organización Smart Girls, dedicada a ayudar a las jóvenes a "cultivar su yo auténtico".

Hay que dejar clara una cosa. El sexismo también afecta a los hombres, y el feminismo no es solo cosa de mujeres. Bien lo sabe Paul Feig, que tuvo que sufrir acoso escolar por no adherirse a la imagen normativa del hombre heterosexual (hay que aclarar que Feig no es gay). Tras su pasado traumático, Feig se ha reafirmado en su estilo, que él define como "geek feminizado", y se ha especializado en la comedia protagonizada por mujeres.

Con sus éxitos 'La boda de mi mejor amiga' y 'Cuerpos especiales', el director ayudó a demostrar que, efectivamente, las mujeres pueden ser graciosas (es más, dejó claro que tal debate es estúpido), convirtiéndose en un importante aliado de la causa feminista y ofreciendo una plataforma de excepción para que actrices como Kristen Wiig, Rose Byrne, Melissa McCarthy o Sandra Bullock dieran rienda suelta a su vis cómica, lo que allanó el camino para otras comedias gamberras protagonizadas por mujeres, como 'Malas madres' (ellas también tienen derecho a desfasar).

Por otro lado, Feig forma parte de la campaña ReFrame, dedicada a luchar desde dentro contra la desigualdad salarial en el mundo del espectáculo. Formada por un grupo de más de 50 personas influyentes la industria, en ella también participan la ejecutiva Nina Jacobson, la productora Cathy Schulman y la actriz Maria Bello.

Sin embargo, el director se enfrentó a una ola de odio sin precedentes debido al reboot femenino de 'Cazafantasmas', por el que sus actrices tuvieron que aguantar todo tipo de insultos sexistas (en especial Leslie Jones, víctima de acoso por Internet solo por el hecho de ser una mujer negra y haber hecho la película). Esperemos qe la misoginia e intolerancia que despertó la película en muchos no le haya desalentado y siga haciendo cine con repartos femeninos. Por lo pronto nos alegramos de que el odio a Las Cazafantasmas no haya afectado al reboot femenino de 'Ocean's Eleven (Hagan juego)', 'Ocean's Eight', dirigido por Gary Ross.

Después de su paso por la serie de culto 'Community', Donald Glover ha experimentado una trayectoria ascendente que lo ha llevado a fichar por Lucasfilm para interpretar al joven Lando Calrissian en 'Han Solo: A Star Wars Story'. Por otro lado, Glover está conquistando el mainstream utilizando su arte para celebrar el legado y la cultura de la comunidad negra y denunciar las injusticias a las que es sometida en su país. Además de recibir el elogio de la crítica por su álbum 'Awaken, My Love!', el polifacético actor es el creador de la serie 'Atlanta', elogiada y multipremiada comedia protagonizada por un elenco íntegramente afroamericano, con la que Glover aporta su perspectiva personal sobre su generación, al igual que hacen otras series centradas en personajes de color, como 'Insecure' o 'Master of None'.

Las cineastas Lana y Lilly Wachowski irrumpieron en Netflix con 'Sense8', una de las series más diversas y abiertamente queer del panorama televisivo actual. En ella, las Wachowski, ambas mujeres transgénero, reunieron a un variopinto elenco de actores para interpretar a los ocho protagonistas de la serie, un grupo de personas de diversos géneros, culturas, razas y coindiciones sexuales unidos por un vínculo sensorial a pesar de estar esparcidos geográficamente por el mundo. Además de contribuir con 'Sense8' a la causa LGBT y dibujar un mundo en el que las etiquetas desaparecen y se difuminan las fronteras en todos los sentidos, las Wachowski también se han propuesto poner su granito de arena para aumentar la diversidad en la Meca del Cine. En 2016, ambas fueron incluidas entre los miembros de la Academia de Cine que entregan los premios Oscar (junto al realizador abiertamente gay Xavier Dolan, otro propulsor de la visibilización del colectivo LGBT en el cine), en una remesa de nuevas incorporaciones compuesta por un 46% de mujeres y un 41% de personas de color.