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CRÍTICA

'Godzilla: Rey de los monstruos': Los kaijus brillan en una película que no está a la altura

Godzilla regresa a la pantalla con esta malograda nueva película, que promete mucho, pero cumple muy poco.

Por Héctor Martín Navarro 21 de Junio 2019 | 10:22

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Godzilla cumple 65 años y el kaiju más famoso del cine celebra sus más de 6 décadas de vida con el estreno de 'Godzilla: Rey de los monstruos'. Por desgracia, la película en cuestión no está a la altura del momento, porque esta nueva entrega del "Monsterverse" de Warner Bros. y Legendary (con el permiso de Toho) promete mucho, pero cumple muy poco.

Esta vez, el director, Michael Dougherty, que da el salto a los blockbusters después de su andadura por el terror con auténticas joyas de presupuesto más austero como 'Truco o trato'; es el encargado de reunir a Godzilla, Ghidorah, Mothra y Rodan en la pantalla con esta película que consigue lo impensable: aunar a algunos de los kaijus más famosos de la franquicia y seguir siendo aburrida.

Crítica Godzilla

Más kaijus que nunca

Pero no todo es negativo, la inclusión de nuevos "titanes", seudónimo de kaiju utilizado por los personajes en la película, parece querer suplir la demanda de los fans de la saga, que señalaron una decepcionante ausencia de monstruos en la 'Godzilla' de Gareth Edwards. Los y las aficionadas a este género pueden respirar tranquilas, Godzilla sigue despertando la misma admiración medio siglo después, dejando una sensación de impacto, majestuosidad y simpatía en la audiencia, algo muy difícil para un monstruo gigante que no habla. Dougherty hace un esfuerzo consciente por mostrar a los titanes en todo su esplendor, mediante una fotográfica llena de colores primarios que tiñe la pantalla durante las espectaculares batallas.

La variedad de criaturas y los poderes que empuñan rompe con la monotonía de las escenas de acción, que se ven limitadas por la falta de movimiento de estos descomunales seres. Lo que fácilmente se podía haber convertido en un repetitivo "zarpazo, mordisco, zarpazo", es aderezado por el amplio repertorio de habilidades de los kaijus, cada uno armado con su particular "poder". Este aspecto es, sin lugar a dudas, lo mejor que la película tiene que ofrecer.

Sin embargo, esta se toma a sí misma demasiado en serio. El exacerbado estoicismo de los personajes, el dramático tono de las subtramas y el diálogo arruinan la fiesta de los kaiju, lo que no significa que el libreto no intente colar un par de gags o chistes, que no funcionan de ninguna manera y despiertan más incomodidad que risa. Una cosa es querer tratar con respeto a estas majestuosas criaturas o no vanalizar con las destructivas consecuencias de su existencia, pero, al fin y al cabo, otros títulos del cine de kaijus, especialmente 'Pacific Rim', han demostrado que la diversión debería ser el foco central de este tipo de películas, porque ver a monstruos gigantes peleando debería ser más entretenido. Por desgracia, el factor humano de 'Godzilla: Rey de los monstruos' echa por tierra cualquier oportunidad de disfrutar de una experiencia cinemática divertida.

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Un reparto desaprovechado

El guion no está a la altura del reparto ni sus interpretaciones. Ni Vera Farmiga, ni Kyle Chandler, ni la superestrella Millie Bobby Brown (el principal atractivo de la película, más allá del propio Godzilla), consiguen salvar una trama carente de sentido, personalidad u originalidad. La subtrama familiar de estos tres protagonistas aporta un cierto peso dramático a la historia, pero de poco sirve cuando el resto de guion y personajes no ofrecen nada más.

Grandes actores y actrices como Sally Hawkins o Charles Dance son completamente desperciados. Mientras que otros miembros del reparto como el japonés Ken Watanabe (que repite en la secuela después de aparecer en la versión de 2014) o la china Zhang Ziyi parecen estar ahí para darle algún tipo de continuidad al "Monsterverse" mientras actúan como reclamo para el mercado asiático. Watanabe, sin embargo, se merece un aparte. Su interpretación y el vínculo que su personaje desarrolla con la figura de Godzilla son la mejor parte del aspecto humano de la película.

Todo el reparto hace un gran esfuerzo por darle dramatismo y peso a sus personajes, pero el guion no está por la labor, lleno de incongruencias y contradicciones. En ocasiones la radioactividad daña a Godzilla, y en otras puede curar sus heridas, todo depende de lo que el guion demande. La trama, movida por un McGuffin de libro, es plana y poco atractiva. Aunque el peor aspecto del libreto es su manejo de la exposición, los personajes humanos entran y salen de las escenas para explicarle a la audiencia algún aspecto importante para la trama, casi como si su único cometido fuera contarnos lo que está pasando o cuales son sus objetivos y motivaciones, que por cierto, carecen de lógica (especialmente en el caso de los antagonistas humanos). Las motivaciones de los personajes y las decisiones que estos toman no tienen ningún sentido y dejan a la audiencia, que no consigue empatizar con los protagonistas, completamente fría.

Crítica Godzilla

En resumen, 'Godzilla: Rey de los monstruos' es una experiencia divida en dos aspectos que se mezclan como el agua y el aceite. Por desgracia, el entretenimiento que ofrecen los kaiju no pesa más que la trama y los personajes humanos (que frenan la cinta y le quitan cualquier valor positivo). El resultado es otro traspiés dentro de un universo cinematográfico que sigue siendo atractivo por la promesa de ver el choque de dos iconos fílmicos en 'Godzilla vs. Kong', la película que podría salvar o condenar a esta franquicia por completo.

Nota: 5

Lo mejor: Ver a tantos kaijus (o "Titanes") juntos y la presencia de Godzilla en pantalla.

Lo peor: Que se tome a sí misma tan en serio, sus personajes humanos, la trama sin sentido y llena de contradicciones y el uso de la exposición.