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CRÍTICA

'Maléfica: Maestra del mal': Una secuela más épica a la que le sigue faltando maldad

La película es mucho más ambiciosa que la primera entrega y Michelle Pfeiffer está estupenda como la villana, pero la mala de la película era otra. En cines el 18 de octubre.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 15 de Octubre 2019 | 15:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Disney dio totalmente en el clavo hace algo más de cinco años cuando consiguió que Angelina Jolie aceptara el papel de Maléfica, la villana de 'La bella durmiente', para contar la historia desde su punto de vista. No tanto con esa historia en sí, que deconstruía a la hechicera hasta convertirla en un hada que mala, mala, no era, a pesar de llamarse Maléfica. La moraleja era mostrarnos que nadie era enteramente malo o bueno, y que hay otros tipos de amor más allá del romántico. Aunque fue un éxito en taquilla, la crítica no quedó muy convencida con esta vuelta de tuerca, y el público tuvo reacciones de lo más variopintos. Igualmente, el estudio vuelve a aliarse con Jolie (de nuevo como protagonista y productora) para expandir un poco (bastante) más el universo de las ciénagas en 'Maléfica: Maestra del Mal'.

Maléfica: Maestra del mal

Esta secuela da también un salto temporal para mostrarnos a una Aurora (Elle Fanning) más madura, menos inocente, que se ha tomado muy en serio su papel de reina de las criaturas a pesar de ser una humana. Su relación con el príncipe Felipe (Harris Dickinson en sustitución de Brenton Thwaites) sigue viento en popa, hasta el punto de que empiezan los planes de boda. Pero las familias de ambos todavía no se conocen. El rey de Ulstead (Robert Lindsay), padre de Felipe, organiza una cena para conocer a Maléfica, que sigue ejerciendo de madre adoptiva de Aurora, porque ve una oportunidad estupenda de convertir el enlace en una tregua entre humanos y criaturas. Su esposa, la reina Ingrith (Michelle Pfeiffer) tiene otros planes. Y Maléfica, que tal y como se contó la historia de la muerte del rey Stefan sigue siendo la mala de la película, promete hacer el esfuerzo de, al menos, no montar ninguna escena. Por supuesto, esas buenas intenciones se tuercen muy rápido.

Quizás no es una secuela que estuviéramos esperando con los brazos abiertos. Pero en Disney han destinado bastante presupuesto para que esta expansión de la historia, que ahora sí vuela completamente libre del cuento original, no se quede corta en lo que se refiere a diseño de producción. Robert Stromberg no vuelve en la dirección, pero han sentado en la silla a Joachim Rønning, que co-dirigió hace un par de años la última entrega de 'Piratas del Caribe' junto a Espen Sandberg. Su mayor experiencia en la dirección hace que 'Maestra del mal' luzca un poco más coherente que la primera, y que cuente con ese punto de ambición que también tenía 'La venganza de Salazar' en el aspecto visual y técnico. Los efectos digitales están más pulidos que hace cinco años (y también se nota que esos cinco años son una eternidad en innovación técnica), logrando diseños más naturales por ejemplo para las tres hadas, que vuelven a estar interpretadas por Imelda Staunton, Juno Temple y Lesley Manville. Igualmente, sigue notándose alguna que otra vez el ordenador en alguna de esas criaturas o ciertos escenarios, como en un erizo que demuestra que lo de Sonic es una mala idea esté quien esté detrás (juega con un aro dorado y todo). Al menos lo que es el diseño de producción real y, sobre todo, el vestuario, son todo lo bucólicos que tienen que ser para construir el cuento de hadas. Particularmente los atuendos de la reina Ingrith están pensados al detalle, y algunos de los looks de Maléfica son también una delicia, aunque sigan patinando como ya pasaba en la primera con los pantalones.

Maléfica: Maestra del mal

Pero en lo que sorprende esta entrega es en la presentación de las demás hadas oscuras (encabezadas por Chiwetel Ejiofor y Ed Skrein), criaturas como Maléfica. Aunque su aparición es bastante típica ("¡Oh! ¡No era la única!"), todo lo relacionado con ellos es un ampliación interesante de la mitología de este cuento, y es quizás el añadido más cautivador para la historia, el descubrir dónde estaban y por qué aparecen ahora. El departamento de diseño lo ha dado todo con estos nuevos personajes, tomando como inspiración a Maléfica, y nos ofrece un vestuario y maquillaje increíbles y una subtrama que daría para su propio spin-off. Ojalá aparecieran antes porque a la película le cuesta un poco arrancar y es con cosas como esta cuando se pone un poco interesante. Ellos ayudan enormemente a que el cuento se vaya transformando en una épica de fantasía mucho más cercana a 'Las crónicas de Narnia' que a un relato de princesas, y es esa transformación la que logra que, aunque se siga haciendo larga y de ritmo irregular, la secuela sea muchísimo más entretenida que la primera. El tramo final es, de hecho, de un calibre bastante sorprendente y demuestra que Rønning tiene potencial coreografiando grandes escenas con bastantes personajes en los que pasan muchas cosas a la vez. Una pena que luego el guion haga trampas y tome atajos para llegar a los sitios que quiere.

Esta secuela destaca gracias a las hadas oscuras, y a la reina Ingrith. Porque toda... mala convertida en heroína necesita su némesis. Y qué bien le sienta a Michelle Pfeiffer el lado oscuro. La actriz ha venido a 'Maléfica: Maestra del mal' a disfrutar y nos da una reina pérfida y manipuladora que es un gustazo verla. Y más todavía cuando se enfrenta a Maléfica. Si esta película hubiera sido dos horas de enfrentamiento de miradas y palabras entre Jolie y Pfeiffer se habría llevado una ovación. Por desgracia tenemos pocos momentos de confrontación, pero son los mejores de la película. Ingrith resulta una villana muy relevante, una mujer intolerante y temerosa de lo que no conoce, que solo sabe reinar a a base del miedo y destruyendo puentes en vez de intentar entender a los que no conoce. Y aunque el origen de sus motivaciones sea algo vago, Pfeiffer defiende y disfruta cada escena que tiene. Por su parte, Aurora y Felipe tienen un papel mucho más principal en esta entrega como los posibles artífices del gran acuerdo entre especies. Felipe se muestra como un príncipe que prefiere el diálogo a las armas, y Aurora profundiza más en esa peculiar relación con su madrastra y en su propio papel como humana defensora de las criaturas a las que los demás tienen miedo. Les falta bastante chicha, pero al menos han intentado buscarles otro rol a los dos más allá de ser los enamorados.

¿Maestra de qué?

Pero hablemos de Maléfica. Reitero que Angelina Jolie es el casting perfecto, no solo en lo físico sino también en lo interpretativo. A pesar de que a la primera entrega le faltaban muchas cosas, Jolie supo darle su toque propio a la hechicera, nos dio escenas que se nos han quedado grabadas ("Well, well...") y, admitámoslo, nadie luce los cuernos como ella. En esta película también tenemos escenas como la cena con los consuegros en las que la actriz vuelve a lucirse con este papel, pero se la acaba echando de menos porque no aparece tanto como debería en una película titulada 'Maléfica: Maestra del mal'. La cinta busca sus excusas para hablarnos de ella sin estar en pantalla y aunque siga profundizando en quién es como personaje, la sensación es de que Jolie aparece poco. Y aunque esté estupenda, sigue resultando realmente frustrante ver cómo la 'Maestra del mal' es la más buena de toda la película. Es sobreprotectora con Aurora, sigue dolida con los humanos, y mantiene esa mala leche al hablar que ya vimos en la primera (la química con Diaval, el cuervo al que encarna Sam Riley, sigue siendo maravillosa, todo hay que decirlo). Pero eso no la hace mala. Así que los fans de la villana de 'La bella durmiente' que maldijo a una niña simplemente por no haber sido invitada al bautizo se van a seguir encontrando con una criatura incomprendida con algo de amargura, pero sin una gota de maldad. Realmente, termina la película y la mayor pregunta que nos queda es por qué se titula 'Maestra del mal'.

Maléfica: Maestra del mal

A pesar de este gran problema, que ya viene arrastrando de la primera entrega, 'Maléfica: Maestra del mal' se ve beneficiada al haber dejado el clásico original atrás (aunque no se haya olvidado de él del todo) y poder buscar su propia razón de ser, en este caso como una guerra entre especies en vez de como cuento para niños. Y aunque sigue teniendo sus personajes y sus chistes pensados para hacer reír a los más pequeños dentro de este aire de "oscuridad" que impregna la película, es probable que se haga más entretenida que la anterior para los mayores. Y sigo valorando la intención de revitalizar el género de la fantasía medieval y las historias de princesas, aunque ojalá no fuera deconstruyendo a una de las mejores villanas de Disney hasta este punto.

Nota: 6

Lo mejor: El haber virado hacia una guerra épica de fantasía en vez de seguir con un cuento de hadas. Michelle Pfeiffer.

Lo peor: Angelina Jolie parece desaprovechada. Por qué se llama 'Maestra del mal'.