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CRÍTICA

'Noche de paz' inaugura la Navidad (y de qué manera) con el estelar Santa Claus de David Harbour

David Harbour es un violento y desganado Santa Claus en 'Noche de Paz', la nueva (y divertida) apuesta navideña en clave de thriller sangriento.

Carlos González Manzano
Por Carlos González Manzano Más 2 de Diciembre 2022 | 09:10
Periodista crepuscular que vive en las viñetas de Tintín, los mundos de Tolkien y las películas de Ghibli

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'Noche de paz' inaugura la Navidad (y de qué manera) con el estelar Santa Claus de David Harbour

Con el inicio de diciembre, no solo da comienzo oficialmente la Navidad y toda la campaña de marketing por parte de los grandes conglomerados, sino que también es el pistoletazo de salida a todas esas películas típicas de la época, ya sean revisionados obligados desde el sofá o nuevos estrenos que aterrizan en la cartelera todos los inviernos. Son incontables los clásicos: las románticas 'Love Actually' o 'The Holiday (Vacaciones)' (aunque hayan envejecido de aquella manera), las comedias como 'Solo en casa' o el thriller por excelencia 'Jungla de cristal', sin contar las joyas animadas como 'Pesadilla antes de Navidad' o las reivindicables 'Polar Express' y 'Cuento de Navidad' (ambas de Robert Zemeckis). De la misma manera, Santa Claus ha sido el protagonista en muchas historias navideñas, ya sea el verdadero, como en 'Klaus' o pobres desdichados disfrazados de él, como Mel Gibson en 'Matar a Santa'. Sin embargo, pocas historias (por no decir ninguna) cuentan con el Papá Noel oficial en una historia de sangre y violencia. 'Noche de paz', con David Harbour como un Santa Claus ebrio, desengañado y vengativo, ha venido a cambiar el paradigma del cine navideño.

'Noche de paz'

La idea era juntar una acción desmesurada con un tono socarrón y semiparódico de comedia negra que le diese una vuelta de tuerca a la historieta navideña mil veces vista. Para ello, Universal Pictures ha contado con un gran equipo. A los mandos de la dirección se encuentra Tommy Wirkola, conocido por sus desparrames gore al adaptar a los hermanos Grimm con 'Hansel y Gretel: Cazadores de brujas' o las locuras de fantasía como 'Zombis nazis' o 'Siete hermanas'. Las manos ya eran las adecuadas, pero a eso hay que sumarle a David Leitch ('Atómica') como productor, una opción infalible si consideramos el tipo de películas que ha hecho. En cuanto a nuestro adorable Santa, no es la primera vez que Harbour hace de hombre gordinflón vestido de rojo con problemas de conducta y bebida: aún produce pesadillas su 'Hellboy' de serie B o su Guardián Rojo/Capitán Rusia de 'Viuda Negra', que muy probablemente volverá a territorio Marvel con los 'Thunderbolts'.

Este es, como decimos, un Papa Noel acabado. Ya no cree en la Navidad, se ha dado a la bebida y se muestra indignado ante la ingente cantidad de videojuegos que los niños piden como regalo. Proclama a los cuatro vientos que esta será su última Navidad mientras micciona y vomita desde su trineo volador (tirado por unos renos que también defecan). No obstante, esta Nochebuena se verá alterada por un acontecimiento que le hará replanteárselo todo. Una familia de estúpidos y avariciosos ricachones (retratados muy al estilo de Rian Johnson en 'Puñales por la espalda' y encarnados por Beverly D'Angelo, Cam Gigandet, Eddie Patterson, Alex Hassell y Leah Brady) se reúnen en esta noche de paz. De pacífica, claro, no tiene nada, porque un grupo de mercenarios les asaltarán y harán prisioneros con el objetivo de pedir un jugoso rescate. Pero este Santa Claus tampoco tiene nada de santo, y está decidido a dar camorra de la buena y salvar la Navidad.

No queda carbón... solo tortazos

La máxima de 'Noche de paz' era distorsionar la figura de Santa a más no poder. Y lo consigue. Ya no es el anciano bonachón y adorable que se come las galletas y se bebe la leche que dejas al lado del árbol antes de dormir. Tirará los regalos de mala gana mientras por dentro desea fervientemente volver a su hogar junto a la Señora Claus, hasta que, de manera inesperada, acaba en casa de la niña Trudy y decide hacer frente a los malhechores que tratan de arruinar su navidad. Toda esta situación que se ha ido gestando desde el primer acto desembocará en una violencia muy específica, muy tarantiniana en su sanguinolencia (Leith, como Guy Ritchie, se erige como heredero formal de Quentin Tarantino, aunque más en intención que en resultado) y muy divertida de ver teniendo en cuenta que no es otro sino el mismísimo Santa Claus el que está repartiendo tortazos a diestro y siniestro.

'Noche de paz'

La acción desenfrenada que acontece en 'Noche de paz' no es moco de pavo. Hay desmembramientos, cortes de cabeza, disparos, explosiones y laceraciones (por favor, no lleven a los niños a ver esto), con la intención de resaltar esa dicotomía, ese surrealismo que supone ver al aparentemente amigable Papa Noel ajusticiando a maleantes y manchando de sangre su prominente barba blanca mientras de fondo suena un adorable villancico. Para acentuar esto, Harbour logra tocar la vena sentimental, encarnando a un Santa cansado y deprimido, que se ve obligado a pelear, dando como resultado una simpatía muy fácilmente reconocible en el público. A destacar también el hilarante villano interpretado por John Leguizamo, con una incredulidad por lo que sucede ante sus ojos del todo divertida, que logra una contraposición enriquecedora el resultado final.

No es sorprendente la encarnizada deriva que toma la película de Wirkola sabiendo que detrás está la productora 87North, responsable de auténticos thrillers adrenalínicos como 'Bullet Train', 'John Wick' o 'Nadie'. Son apuestas por la acción pura y dura que tratan de dar un soplo de aire fresco a este género totalmente eclipsado y conquistado por la industria superheróica. En su nicho, 'Noche de Paz' resulta un éxito sin pretensiones ni moralejas (más allá de ensalzar a la familia, un cansino mensaje indisolublemente americano), que entretiene, divierte y propone un nuevo espacio de juego donde la festividad navideña y la batalla más salvaje se funden en un subgénero muy prometedor.

'Noche de paz'

Redefiniendo la Navidad

Para construir este ambiente tan delicioso y contradictorio, el equipo de 'Noche de paz' se ha servido de toda la imaginería del afamado barbudo (papel de regalo que tapa heridas, árboles adornados que arden, bolas de nieve que derriban mercenarios) para darle la vuelta y subvertir expectativas. Algo parecido a lo que hizo 'Shrek' con los cuentos clásicos de Disney. El tono va fluctuando entre la realidad y la fantasía, creando situaciones de auténtica comedia que no ahogan el espacio de la reflexión: los adultos nos hemos hecho mayores para esto y ya no tenemos fe en la Navidad (ni en nada). Al fin y al cabo, estamos más pendientes del dinero y de conseguir los regalos más voluminosos y caros, sin reparar en lo mágico del asunto. La parte de la magia está bien cubierta, pues Papá Noel cuenta con todo lo necesario: un papiro mágico que te dice quién ha sido bueno y quién no, un saco donde metes la mano hacia otra dimensión (estilo 'Rick y Morty') y sacas un paquete, o unos polvos mágicos que te permiten subir y bajar por chimeneas ajenas para completar la tarea.

Al más puro estilo 'Deadpool', Santa Claus cortará a sus enemigos y bromeará con ellos al mismo tiempo que se replantea su propia existencia en un divertidísimo nihilismo mutado en alcoholismo. Puede que 'Noche de paz' abra caminos nuevos hacia una Navidad diferente, desternillante, que repase los tópicos del género y los retuerza en todos los sentidos. Ojalá así sea, pero solo el tiempo lo dirá. De momento, queda inaugurada la época navideña. Y de qué manera.

Nota: 7

Lo mejor: David Harbour como Santa Claus, las coreografías y la contradicción de la premisa.

Lo peor: La habitual moraleja familiar, está muy manida. Le sobra un pelín de metraje.