Hablemos de representación: Las imágenes de las minorías en 'Skam España' y 'Élite'

"¡2018 es el año de las series adolescentes!" quizás no es la mejor forma (ni la más profesional) de comenzar un artículo de opinión, pero sí con la que más cómodo me siento a la hora de expresar mi alegría ante una realidad que ha quedado demostrada, por lo menos en España: el último trimestre del año ha sido la época elegida por Movistar+ y Netflix para estrenar 'Skam España' y 'Élite', dos ficciones que, aunque muy distintas, coinciden en la presentación del día a día de unos chavales de instituto. Unos con más dinero que otros, todo sea dicho.

La versión española de la serie noruega 'Skam' llegaba a la pequeña pantalla de la mano de Movistar+ el pasado 16 de septiembre con una campaña de marketing que buscaba llamar la atención de los millennials. Centrada en internet para mostrarnos la vida de unos adolescentes madrileños a "tiempo real", y la creación de perfiles en redes sociales de sus personajes a través de los que proporcionar a la audiencia contenido adicional no emitido en televisión, 'Skam España' generaba miles de comentarios en Twitter incluso antes de su emisión, consiguiendo además una renovación para una segunda temporada.

Asimismo, 'Élite' llegaba a la plataforma en streaming este 5 de octubre, consiguiendo en cuestión de dos días convertirse en la serie más maratoneada en la primera semana del mes, atrapando entre los pasillos de Las Encinas a personas de todo el mundo, suponiendo para la ficción un éxito no solo local sino internacional.

Que estas series se mantengan en nuestra memoria a lo largo del tiempo todavía está por ver, pero si algo es seguro es que han dado pasos hacia delante en un esfuerzo por mejorar la representación de las minorías. Dicen los críticos y los teóricos del medio que la televisión tiene que servir para pensar y para pensarnos, para reflexionar sobre cómo se nos ha representado hasta ahora y ver cómo podemos mejorar en el futuro. La televisión es además un medio productor de imágenes en las que distintas comunidades buscan su identificación, y un lugar en el que poder aprender sobre otras personas.

Series como 'Física o química' y 'El internado' llegaron a nuestros hogares entre los años 2007 y 2011 aproximadamente, y diez años después podemos decir que las representaciones dentro del género teen han cambiado: yo ya no soy el mismo preadolescente que esperaba hasta las doce para ver como terminaban las vidas de los alumnos del instituto Zurbarán; como nosotros, las series han evolucionado, y todos queremos pensar que para mejor.

Una de las novedades que se han introducido dentro del género (que no dentro de la ficción televisiva en general) ha sido la representación de la religión musulmana en los jóvenes. Amira de 'Skam España', y Nadia (Mina El Hammani) y Omar (Omar Ayuso) de 'Élite' hacen frente a la realidad de ser musulmanes en colegios laicos, se enfrentan a los comentarios racistas de sus compañeros de reparto, y en el caso de ellas, se esfuerzan por explicar que la decisión de llevar un hiyab no es una imposición familiar, sino un signo de identidad cultural y religiosa con el que se identifican y que abrazan.

De esta manera, somos testigos de cómo hacen vida de adolescentes normales al mismo tiempo que toman decisiones relacionadas con su identidad: Amara y Nadia asisten a fiestas y botellones, pero no beben, y en el caso de la primera la vemos utilizar una aplicación móvil que le recuerda los momentos de oración y la ubicación de la Meca. Por nuestra parte, como espectadores, aprendemos a la vez que observamos.

El caso de Omar, el hermano de Nadia, es igualmente interesante: perteneciente a una familia con unos valores tradicionales arraigados, vende droga con el objetivo de ahorrar dinero y poder irse de casa. Un adolescente homosexual que no duda en ningún momento de su sexualidad, pero la oculta a su familia por miedo al rechazo de sus padres. Frente a Omar, los últimos referentes españoles que tenemos son Fer (Javier Calvo) y David (Adrián Rodríguez) de 'Física o química', y las tramas que desarrollan son sustancialmente distintas.

Mientras que Fer en un principio tenía dificultades para reconocerse como gay para más tarde conquistar a un amigo hetero que resultaba ser menos hetero de lo que nos esperábamos, Omar y Ander (Arón Piper) se saltan todo el rollito "me lío contigo borracho pero soy hetero pero no" de David para ir a lo importante: ofrecer al público una relación cuyas dificultades para establecerse son provocadas por agentes externos y no internos. Las tramas evolucionan y el conflicto ya no reside en la orientación sexual de los personajes.

Mujeres protagonistas

Más allá de una diversidad racial 'Skam España' destaca por ofrecer un reparto protagonista mayoritariamente femenino. Algo que también lleva ofreciendo a los espectadores desde su estreno una ficción que, aunque se aleja del género teen, también ha estrenado su tercera temporada este 2018.

En sus nuevos episodios 'Vis a vis' continúa representando a un grupo de reclusas muy diverso: la Triada Tao, Alba Flores como Saray, Itziar Castro como Goya, Najwa Nimri como Zulema o Abril Zamora como Luna son algunos ejemplos de representación de mujeres LGTB, con cuerpos no normativos y/o orígenes étnicos muy distintos.

En 'Élite' las mujeres protagonistas siguen estando en desventaja frente a sus contrapartidas masculinas y, sin embargo, Nadia no es el único personaje que nos permite hablar de un reparto diverso. La actriz y cantante mexicana Danna Paola se pone en la piel de Lucrecia, una adolescente acostumbrada a manipular a su conveniencia para que las cosas se hagan como ella quiere, y que es el vivo ejemplo de algo que ocurre con todos personajes de la serie: se mueven en una escala de grises, entre lo bueno y lo malo, lo cuestionable y lo correcto; lo que les hace interesantes a la vez que profundos y llenos de matices.

¿A dónde quiero llegar con todo esto?

La televisión contribuye a que en nuestras cabezas se construyan ideas sobre comunidades de las que no formamos parte o que no conocemos, creando discursos que, en el caso del genero teen, calan en los adolescentes y les permiten tener una idea sobre el mundo en que viven (junto a muchos otros factores). En este sentido, que las ficciones actuales apuesten por la representación de realidades que no se habían visto reflejadas en la pequeña pantalla y que evolucionen en la representación de otras ya conocidas es signo de progreso, a pesar de que todavía quede mucho camino que recorrer. Por otro lado, evidencian otra realidad: que hay una audiencia que quiere consumir estas imágenes. Sigamos construyendo, sigamos avanzando y sigamos escuchando al público.