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MONSTRUOS DE LOS 90

Los nuevos monstruos (clásicos) de los 90 y su reimaginación del terror gótico

De 'Drácula de Bram Stoker' a 'Sleepy Hollow', un repaso a la recuperación del terror gótico de los años noventa.

Por Javier Parra González 19 de Noviembre 2019 | 12:40

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Estrenada en 1999, 'Sleepy Hollow' se convertía en una de las sorpresas del cine de terror de aquel año, dejando a un lado la tendencia que parecía establecerse ese año sobre las nuevas formas de entender el género y recuperando ese aroma al gótico que tanto furor había causado décadas atrás.

Mientras que títulos como 'El sexto sentido', 'El proyecto de la bruja de Blair' o la recién estrenada oleada de películas provenientes de Japón (un año antes, llegaba 'The Ring: El círculo' y ese mismo Takashi Miike sorprendía con la brutal 'Audition') sentaban cátedra para marcar un antes y un después en el terror, la propuesta de Tim Burton es claramente entendible como uno de los últimos coletazos de aquella recuperación de los monstruos clásicos vivida en el Hollywood de los noventa.

Sleepy Hollow

Modas cíclicas

Entre los años veinte y cincuenta, la Universal había convertido a los villanos de la literatura gótico en los grandes arquetipos del cine de terror, explotando al máximo las figuras de Drácula, la momia, la criatura de Frankenstein, hombres lobos e invisibles y demás antagonistas. Estas, habían vivido una segunda era dorada gracias a la Hammer, la cual reimaginaría aquellas antiguas películas años después, hasta que acabó de hacerlo por propio agotamiento.

Desde principios de los noventa, será cuando se viva aquella nueva recuperación de la tradición gótica, la cual englobó toda una serie de títulos a lo largo de toda una década, y la cual ha vuelto a tener cierta reivindicación durante los últimos años, llegando incluso a nuevas reinterpretaciones de los mismos monstruos ya en el nuevo milenio, donde hemos vuelto a tener encarnaciones nuevas de ellos con 'El fantasma de la ópera' de Joel Schumacher, el 'Drácula: La leyenda jamás contada' protagonizado por Luke Evans, o con Sofia Boutella como la nueva 'La momia', demostrando que las figuras más representativas del terror, nunca pasarán de moda.

Los nuevos monstruos (clásicos) de los 90

Drácula

Drácula

Película: 'Drácula de Bram Stoker'.

Año: 1992.

Dirección: Francis Ford Coppola.

El Príncipe de las Tinieblas se había convertido en uno de los máximos estandartes del cine de terror clásico, siendo sus principales representantes Bela Lugosi por parte de la Universal y Christopher Lee durante el ciclo de la Hammer. De la mano de Coppola, llegaría una adaptación que intentaba ser más fiel a la novela de Stoker, donde Gary Oldman se metió en la piel del legendario vampiro y cuyo resultado final conquistó a la Academia de Hollywood con tres Oscars que corroboraron su exquisita estética.

El hombre lobo

El hombre lobo

Película: 'Lobo'.

Año: 1994.

Dirección: Mike Nichols.

'El hombre lobo' había sido una de las pocas películas de la Universal que no se había inspirado en una novela, tomando aspectos del folclore y del mito de la licantropía para crear al personaje de Larry Talbot, interpretado Lon Chaney, Jr. Convertido en uno de los monstruos por antonomasia, en 1994 llegó su actualización convirtiendo a Jack Nicholson en Will Randall, un ejecutivo que durante una noche de luna llena es atacado por un lobo. A partir de aquí, empezará a sufrir una serie de cambios en su cuerpo que le empiezan a convertir en una bestia.

La criatura de Frankenstein

La criatura de Frankenstein

Película: 'Frankenstein de Mary Shelley'.

Año: 1994.

Dirección: Kenneth Branagh.

Siguiendo la estela de 'Drácula de Bram Stoker', Branagh realizó su versión de la obra de Mary Shelley, encarnando él mismo al doctor que jugaba a ser Dios y con Robert De Niro tomando el testigo de Boris Karloff y Christopher Lee. El título también hacía su propio homenaje a 'La novia de Frankenstein', convirtiendo a Helena Bonham Carter en la sucesora de Elsa Lanchester.

Dr. Jekyll & Mr. Hyde

Dr. Jekyll & Mr. Hyde

Película: 'El secreto de Mary Reilly'.

Año: 1996.

Dirección: Stephen Frears.

Pese a no ser muy bien recibida por la crítica, hay que agradecer a 'El secreto de Mary Reilly' su intención a la hora de dar una vuelta de tuerca a la obra de Robert Louis Stevenson. En ella, Julia Roberts era Reilly, la sirvienta del doctor Jekyll, interpretado por John Malkovich, y quien por culpa de sus experimentos de desdoblamiento de personalidad inmiscuirá a la joven cada vez más en su vida, haciendo que esta se sienta fascinada por el carácter del enigmático Mr. Hyde.

El Fantasma de la Ópera

El Fantasma de la Ópera

Película: 'El Fantasma de la Ópera'.

Año: 1998.

Dirección: Dario Argento.

De la mano del maestro del giallo, llegaba una de las versiones de la obra de Gaston Leroux más interesantes, la cual había sido adaptada por última vez en los ochenta con Robert Englund como villano. En esta ocasión, el personaje de la cantante Christine Daaé recaía sobre Asia Argento, cambiando además la mitología del Fantasma, pasando de ser un desfigurado que ocultaba su rostro tras una máscara, a un hombre que se había criado por las ratas en las cloacas, a quien interpretó Julian Sands.

La momia

La momia

Película: 'The mummy (La momia)'.

Año: 1999.

Dirección: Stephen Sommers.

'La momia' de 1932 nos había presentado a Boris Karloff como Imhotep, la milenaria momia que era resucitada por unos arqueólogos y que sembraría el terror con su maldición. Tomando aquella idea y mezclándola con el cine de aventuras en la línea de 'Indiana Jones', Brendan Fraser era Rick O'Connell, quien se enfrentará a la resurrección de Imhotep, un sacerdote condenado y que hará recaer sobre el mundo toda su ira, y a quien en su forma humana interpretó Arnold Vosloo. Su éxito fue tal, que propició dos secuelas, 'The Mummy Returns (El regreso de la momia)' y 'La Momia: la tumba del Emperador Dragón'.

El jinete sin cabeza

El jinete sin cabeza

Película: 'Sleepy Hollow'.

Año: 1999.

Dirección: Tim Burton.

Pese a no tener una representación en la etapa de los monstruos clásicos, el jinete sin cabeza que aterrorizaba el pueblo de Sleepy Hollow tiene un claro origen que se remonta al gótico estadounidense. Basada en 'La leyenda de Sleepy Hollow' de Washington Irving publicada en 1820, esta ya había tenido una adaptación muda en clave de comedia en 1922. Sin embargo, la más famosa había sido la versión de Disney animada de 1949, 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo'. Para esta ocasión, Christopher Walken se metía en la piel del monstruoso ser que pondría en jaque a Ichabod Crane (Johnny Depp), el investigador venido desde Nueva York para resolver el misterio de las muertes por decapitación en el lugar.

La casa encantada

La casa encantada

Película: 'The Haunting (La guarida)'.

Año: 1999.

Dirección: Jan de Bont.

Pese a no tratarse de un monstruo en sí mismo, el concepto de casa encantada ya había sido parte del cine de terror desde sus orígenes en la Universal, con 'El caserón de las sombras' como uno de los principales referentes. A finales de los noventa, De Bont se encargaba de llevar a cabo una nueva adaptación de 'La maldición de Hill House' de Shirley Jackson, la cual ya se había adaptado magistralmente por Robert Wise con el nombre de 'La mansión encantada'. Es por ello que esta descafeinada versión protagonizada por Lili Taylor, Catherine Zeta-Jones, Owen Wilson y Liam Neeson se ajusta a la perfección a esa recuperación del gótico vivida a finales del pasado siglo.

El Hombre Invisible

El Hombre Invisible

Película: 'El hombre sin sombra'.

Año: 2000.

Dirección: Paul Verhoeven.

La revisión más tardía de los arquetipos del terror clásico, llegaba de la mano de uno de los cineastas más polémicos del Hollywood de los noventa. Quizá, esa sea la principal motivo por el que 'El hombre sin sombra' provocó cierto revuelo, ya que Verhoeven convertía al científico creado por H.G. Wells llevado al cine en 1933 con 'El hombre invisible', en un monstruoso psicópata que desataba sus más salvajes instintos al conseguir la fórmula de la invisibilidad. Interpretado por Kevin Bacon, este se convertiría en una suerte de psychokiller que no dejaría escapar sus adquiridos poderes para cometer desde violaciones a brutales asesinatos.