La saga 'Star Wars', de peor a mejor

Bienvenidos a la película más aburrida de 'Star Wars': Anakin Skywalker y Padmé Amidala, esta es vuestra cinta. Poca acción había en 'Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones', porque el foco del largometraje estaba puesto en las idas y venidas de estos dos tortolitos. Una película romántica en toda regla y con Jar Jar Binks dando por saco de nuevo.

Entramos en el terreno más peligroso de las precuelas de la franquicia, con 'Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma' sentando cátedra y contradicciones de lo ya dicho en la trilogía original. Aunque lo peor es el tono superficial e infantil del guión del filme y, para ahondar más en la herida, el personaje más odiado por todos: Jar Jar Binks.

Se salva Liam Neeson a cargo de la interpretación de Qui-Gon Jinn y Ewan McGregor. Y, si me apuras, el llamativo Darth Maul.

El primer spin-off de la franquicia apunta manera pero no consigue despegar del todo. Quizás un problema sea que los personajes presentados en 'Rogue One: Una historia de Star Wars', lógicamente, no los hemos visto en ningún momento envueltos en los planes de la Alianza Rebelde, pero algo no termina de funcionar en la película y mira que Felicity Jones le echa ganas...

Hay mucha, muchísima acción pero poco transfondo, lo que realmente hace que los personajes estén unidos por los planos de la Estrella de la Muerte y convenzan.

La última entrega de la trilogía original se podría haber ahorrado el momento tan grotesco de ver a Leia con un bikini dorado como la esclava de Jabba, pero aun así, nos gusta. A pesar de poner un broche final a la historia de Darth Vader, es interesante ver cómo Luke confía en que aún hay Luz en su padre y confirmamos algo que ya se podía intuir: ¡Leia y Luke eran hermanos, hay otro Skywalker, como dice Yoda en su lecho de muerte!

Ese es el gran momento que provocó la insufrible historia de amor entre Padmé Amidala (Natalie Portman) y Anakin Skywalker. El ritmo del largometraje languidece a momentos con los ewoks y la Batalla de Endor, pero también nos regaló lo "impensable": la caída del Imperio.

El episodio más reciente de la saga y que, sin embargo, a pesar de llegar el último se merece un puesto digno. La película supone un buen reinicio de la franquicia, gracias, sobre todo, al personaje de Rey, encarnado por Daisy Ridley, quien tiene una conversación pendiente con la Fuerza de cara a 'Star Wars: Los últimos Jedi'.

¿Es un copia y pega de lo ya visto en la trilogía original? Sí, pero funciona. Peca de poca originalidad en cuanto al arma objetivo de la Resistencia y también al Líder Supremo Snoke, pero con momentos como la muerte Han Solo a manos de su propio hijo, la rivalidad extraña entre Kylo Ren (Adam Driver) y Rey y el misterio que hay entre ellos gana mucho.

El tercer y último episodio de la trilogía de precuelas es el único que se salva, principalmente porque se centra bastante en la transformación de Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en el villano por excelencia de 'Star Wars', Darth Vader. El Lado Oscuro de la Fuerza consigue acabar con casi todos los Jedi así como con los padawans que estaban formándose y ficha a la joven promesa de la galaxia para su propio beneficio.

Aunque durante el enfrentamiento entre Anakin y Obi-Wan Kenobi quizás acaben demasiado achicharrados, la escena del resurgir de Skywalker ya mimetizado con el traje de Darth Vader es fantástica. Y, además, hay que destacar el gran duelo entre el maestro Yoda y el canciller Palpatine, donde el apacible y sabio Yoda pasa a la acción como nunca antes lo habíamos visto.

"Ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza". Con estas palabras de la princesa Leia, la desaparecida Carrie Fisher, puestas a buen recaudo en la unidad R2-D2 comenzó todo. Un viaje de intriga, de tiras y aflojas entre Leia y Darth Vader, así como con Han Solo, el cazarrecompensa interpretado por Harrison Ford.

Por el ser el primer episodio que aterrizó en los cines, por tener en un personaje femenino a la líder de la Rebelión y la que se encarga de sumar a Solo en la causa, por la nostalgia y por formar un escuadrón galáctico que daría mucho que hablar. Por todo ello, 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza', por esa magia especial que desprende la trilogía original, se merece el segundo puesto en esta lista.

La segunda entrega de la trilogía original es la película, a nuestro juicio, más completa de toda lo que llevamos de saga. En ella conocimos al personaje del maestro Yoda cuando Luke Skywalker (Mark Hamill) va en busca del último Jedi vivo al planeta de Dagobah para completar su formación; mientras, la Alianza Rebelde intentan escapar del Imperio.

Si por algo recordaremos este largometraje como el más especial de la saga es por ese maravilloso "yo soy tu padre" que se ha convertido en el gran emblema de 'Star Wars', así como por el destino "sellado" de Han Solo. Además, el filme afianza la rivalidad entre el reverso tenebroso de la Fuerza y la Luz y pone en una peliaguda tesitura a Luke, tentado por momentos a seguir los pasos de su padre.