10 motivos que convierten a 'Atrápame si puedes' en una de las mejores películas de Steven Spielberg

Fuera miedos con el cartelito de 'Basado en hechos reales'. Todo lo que ocurre en 'Atrápame si puedes' es fascinante, divertido e interesante de inicio a fin. Por supuesto, está claro que el guion de Jeff Nathanson basado en el libro firmado por el propio Frank W. Abagnale junto a Stan Redding cuenta con momentos dramatizados para alcanzar con especial destreza el corazón del público, pero estamos ante una historia que se sostiene por sí misma sin necesidad de adornos. Imposible que fuera de otro modo con semejante personaje protagonista, una de esas figuras que demuestran que la realidad muchas veces supera a la ficción.

¿Qué decir que no se haya dicho nada? Hablamos del mejor en lo suyo. Resumiendo: no hay plano malo en 'Atrápame si puedes'. La dirección de Steven Spielberg, ya desde el fabuloso prólogo, es una auténtico lección de cine en constante estado de ebullición. Su cámara vuela, se desliza, escucha, acompaña, acaricia, grita y deslumbra con una aparente sencillez que no deja opción a otra salida que a la de la ovación cerrada. Maestro.

Recordatorio: Leonardo DiCaprio, además de 'Atrápame si puedes', participó en el mismo año en 'Gangs of New York', obra maestra, curiosamente también infravalorada, de otro gigante como Martin Scorsese, director con el que repetiría un año más tarde en 'El aviador'. Es decir, el actor estaba en uno de los momentos más dulces de su trayectoria, demostrando por enésima vez su talento mayúsculo más allá de los fenómenos fans. En el caso que nos ocupa, su interpretación en la cinta de Spielberg es un auténtico recital de carisma, registros, personalidad y presencia que hace que te enamores de su personaje desde el minuto uno y no quieras dejar de acompañarle en ningún momento. Otro trabajo impresionante en el deslumbrante catálogo de DiCaprio.

La importancia de ser elegante. Son muchos los compositores de grandes bandas sonoras los que, sin embargo, han cometido sus errores más evidentes a la hora de sustituir la grandilocuencia por la sutileza. Los cambios son evidentes, son dos universos completamente diferentes que no tienen porque entenderse y que requieren de distintos tratamientos. Williams, al igual que el cine de Spielberg, se ha ido adaptando a las necesidades de cada historia que se estaba contando demostrando una versatilidad envidiable.

En el caso de 'Atrápame si puedes', hablamos de una banda sonora que desprende un aire de clásico total a través de unos temas que no desencajarían en cualquier película del Hollywood más dorado. Apoyado en una sensual selección de instrumentos de viento, auténticos protagonistas, Williams da forma a una obra capaz de sobrevivir más allá de la pantalla, manteniendo su capacidad para cautivar sin la ayuda de ninguna escena. La elegancia como arma fundamental. Caviar.

Tom Hanks es un actor que, sencillamente, no sabe estar mal. No importa el papel, el género o incluso el nivel de la propia película, en algunos casos muy inferior a su talento: si Tom aparece, ni una duda, merecerá la pena. Y en el caso de 'Atrápame si puedes', desde luego, lo hace. Puede que, en otras manos, su personaje resultara más antipático o aburrido que otra cosa, pero el actor logra aportarle una humanidad, un encantador patetismo y una bondad que traspasan por completo la pantalla, consiguiendo así ganarse el corazón del público de manera tan progresiva como asombrosa. Una interpretación a su inmensa altura.

De manera bastante incomprensible, 'Atrápame si puedes' solamente estuvo nominada a dos Oscar, pero, al menos, una de ellas fue para Christopher Walken en la categoría de Mejor actor secundario. Un reconocimiento más que justo para un actor y una interpretación que engrandecían todavía más la cinta. Y es que, en todos y cada uno de los momentos en los que el legendario intérprete aparecía en pantalla, especialmente en aquellos en lo que que compartía escena con Leonardo DiCaprio en la que es una de las mejores relaciones entre padre e hijo que podemos encontrar en la filmografía de Spielberg, 'Atrápame si puedes' adquiría un nivel emocional realmente implacable.

Puede que solamente con la excelsa partitura de John Williams hubiera sido suficiente para conquistarnos, pero es que, encima, los títulos de crédito iniciales de 'Atrápame si puedes' eran una genialidad visual de primerísima categoría. Firmada por los diseñadores Kuntzel y Deygas, estamos ante un auténtico festival de estilo y elegancia que anticipa la práctica totalidad de la historia que cuenta la película de una manera deliciosa. Uno de los mejores títulos de crédito iniciales de la filmografía de Spielberg en particular y de la historia del cine en general.

Dos personajes maravillosos en su complejidad. Dos actores en permanente estado de inspiración. Cada conversación, ya sea a distancia o de manera presencial, que comparten Leonardo DiCaprio y Tom Hanks en 'Atrápame si puedes' es cine en estado puro y emocionante.

Aunque no es el único oficio con el que se atreve el personaje de Leonardo DiCaprio, ni muchísimo menos, está claro que el tramo de 'Atrápame si puedes' en las que se 'dedica' al mundo de la aviación contiene muchos de los momentos más memorables de la cinta. Durante estos instantes, los cuales pueden ser tanto trepidantes como profundamente emotivos, todo el mundo parece estar disfrutando al máximo, sobre todo un Spielberg que aprovecha cada rincón de un sitio tan aburrido y anodino como un aeropuerto para lograr escenas magistrales, con el penúltimo encuentro entre Hanks y DiCaprio a la cabeza.

Además de excitante en su condición de thriller y emocionante en su perfil melodramático, 'Atrápame si puedes' tiene mucho de comedia clásica, terreno al que Spielberg se ha acercado mucho más de lo que puede parecer. Y es que, a lo largo y ancho de su inmensa trayectoria, el cineasta ha incluido humor en numerosísimas ocasiones, siendo la cinta que nos ocupa uno de los ejemplos más inspirados y memorables. En este sentido, mención especial para una maravillosa Amy Adams capaz de despertar la carcajada a base de encanto y ternura.