De 'Gretel y Hansel' a 'Vivarium': 10 estupendas películas para ver este verano en Filmin

Tras las magníficas 'Krisha' y 'Llega de noche', dos de las cintas de terror más estimulantes e interesantes de los últimos años, Trey Edward Shults cambiaba por completo de tercio con 'Un momento en el tiempo (Waves)' propuesta que abrazaba sin dudarlo el melodrama juvenil más intenso y desolador. Un terreno siempre peligroso en el que las minas del subrayado y lo lacrimógeno se multiplican con una facilidad aplastante y del que, afortunadamente, el cineasta sale airoso gracias a una historia y, sobre todo, unos personajes cuya fuerza es capaz de traspasar la pantalla. Con dos interpretaciones de altura a la cabeza, firmadas por Kelvin Harrison Jr. y Taylor Russell, 'Un momento en el tiempo (Waves)' supone una experiencia visual y emocional de una fuerza incuestionable cuyo eco se mantiene mucho después de su desenlace.

Escrita y dirigida con sorprendente soltura e inspiración por el debutante Jeffrey A. Brown, 'The Beach House' parte de una premisa bastante clásica, dos jóvenes llegan a una casa en mitad de la nada dispuestos a dar rienda suelta a su romance hasta que empiezan a ocurrir una serie de extraños sucesos, para terminar redondeando una pirueta terrorífica repleta de escenas que hielan la sangre. Ayuda, desde luego, una puesta en escena tan sobria como elegante, paisaje idóneo para, desde la misma esencia de la calma, alcanzar puntos de tensión asfixiante. Un logro al que conviene sumar la interpretación protagonista de una Liana Liberato deslumbrante, eje central de una película que parece destinada al culto más entusiasta por parte de los aficionados del género.

Nunca es mal momento para descubrir (o regresar) a 'The Farewell', una de las películas más aclamadas y celebradas de un 2019 que, visto lo visto, mejora en nuestro recuerdo día tras día. Escrita y dirigida por Lulu Wang, cineasta a la que conviene seguir la pista desde el entusiasmo, y protagonizada por la mejor versión imaginable de Awkwafina, nos encontramos ante una de esas propuestas que hacen que lo (muy) difícil parezca extremadamente sencillo, conmoviendo sin artificios, despertando sonrisas sin apenas esfuerzo y consiguiendo una fluidez narrativa interna ejemplar de inicio a fin. Si a todo esto le sumamos el hallazgo de una Shuzhen Zhao que se instala en nuestro corazón para siempre, lágrimas fuera, no queda otra que seguir aplaudiendo con fuerza a 'The Farewell'.

Estrenada el pasado mes de febrero, en plena calma previa a la tormenta de nuestras vidas, 'Hasta que la boda nos separe' continúa siendo, hasta la fecha, una de las películas españolas más destacadas de este 2020. Y es que, como ya es costumbre cuando hablamos del prolífico Dani de la Orden, estamos ante una cinta que cumple de manera holgada con la consecución de todos y cada uno de sus objetivos, especialmente aquellos centrados en entretener sin opción al bostezo. Para lograr esta meta, el cineasta cuenta con la inestimable ayuda de un reparto entregado a la causa y en el que destaca, para variar, esa fuerza de la naturaleza llamada Belén Cuesta, puro talento. En definitiva, un divertimento más que recomendable.

Tras reventar expectativas con su particular visión del western ('Bone Tomahawk') y del cine carcelario ('Brawl in Cell Block 99'), S. Craig Zahler confirma su estatus de candidato a nuevo clásico contemporáneo con 'Dragged Across Concrete', contundente reformulación del thriller policíaco.

Protagonizada por unos inmensos Mel Gibson y Vince Vaughn, contenidos como nunca antes, esta buddy movie atípica, parsimoniosa y robusta consigue hipnotizar mediante la pausa, la cuenta atrás, la explosión inesperada y el impulso imposible de anticipar. Repleta de escenas antológicas, con la protagonizada por Jennifer Carpenter y el clímax final a la cabeza, 'Dragged Across Concrete' vuelve a dejar claro que seguir las huellas de Zahler va a ser uno de los ejercicios cinematográficos más estimulantes de los próximos años. Cruzamos dedos para que la racha continúe.

De espectacular forma e irregular fondo, 'Ema' se sitúa con bastante claridad como obra menor dentro de la maravillosa filmografía de Pablo Larraín. ¿Malas noticias? En absoluto, simplemente ocurre que hablamos de un cineasta que ha firmado títulos tan brillantes como 'Neruda', 'Jackie' o una 'El Club' que sigue siendo su particular cima. Un conjunto de cintas que justificaban con creces las expectativas con las que nos acercábamos a esta historia de supervivencia, rabia, mentiras, sexo, pérdida, dolor y mucho baile que funciona mucho mejor cuando quiere ser reggaeton y no tango, cuando se mueve, suda y se retuerce sobre sí misma. Eso sí, en el apartado de lo indiscutible resuena con enorme fuerza el nombre de Mariana Di Girolamo, inmensa de la primera a la última mirada.

Pocos paseos, muchos diálogos y los personajes justos. Con 'Invisibles', Gracia Querejeta ha tenido que recurrir a lo mínimo para alcanzar la que es, sin lugar a dudas, su mejor película desde 'Siete mesas de billar francés'. Liderada por un tridente de auténtico oro formado por Emma Suárez, Nathalie Poza y una sensacional Adriana Ozores que se termina coronando como MVP del conjunto, la propuesta hace de su sencillez la más contundente de sus virtudes, consiguiendo que brille cada línea del espléndido guion con las mismas dosis de naturalidad que de fortaleza, de emoción y de encanto.

Esquivando el golpe de efecto gratuito o la revelación que ponga cada trama patas arriba, Gracia Querejeta no fuerza nunca la máquina, permitiendo que sus protagonistas se nos vayan descubriendo sin prisas pero sin pausa, captando nuestro interés con el poder irrebatible de la palabra y la mirada. En definitiva, una pequeña gran película.

No era nada fácil mantener el altísimo listón dejado por la sobresaliente 'La oveja Shaun: La película', algo muy parecido a una obra maestra, pero los genios de Aardman Animations nos tienen acostumbrados a no fallar y continuaron cumpliendo con la alegre tradición gracias a esta maravilla titulada 'La oveja Shaun. La película: Granjaguedón'. Cine familiar de cinco estrellas, carta de amor llena de encanto al género de la ciencia ficción, comedia de gags antológicos y sucesión constante de ideas geniales en la puesta en escena, nos encontramos ante un ejemplo total de secuela perfecta. Resumiendo, una de las mejores películas de animación de los últimos años. Y con diferencia.

La 'Gretel y Hansel' de Oz Perkins comparte los mismos aciertos y fallos que las anteriores propuestas del director: 'La enviada del mal' y 'Soy la bonita criatura que vive en esta casa', dos cintas de terror ancladas en una atmósfera tan poética como asfixiante, apostando por un ritmo pausado y la búsqueda incesante de lo perturbador desde lo estrictamente visual. Esta decisión artística plenamente respetable supone, al mismo tiempo, una herida considerable a la misma historia que se está contando, la cual queda aplastada por una forma que se presenta como auténtica protagonista del conjunto.

Por suerte, esta nueva adaptación del célebre cuento de los hermanos Grimm nos trae a la versión más inspirada de Perkins, capaz de equilibrar un poco más lo preciosista y lo sangriento, la maravilla y lo terrorífico, el despertar luminoso y la pesadilla más oscura. Por eso, aunque el resultado final sea más irregular de lo que nos hubiera gustado, 'Gretel y Hansel' ofrece un número más que suficiente de escenas para el recuerdo, compensando sus fallos con imágenes que logran erizar la piel con aparente facilidad.

'Vivarium' podría haber formado parte de algunas de las primeras y excelsas temporadas de 'Black Mirror', resultando además uno de sus capítulos más logrados. Y es que, desde su punto de partida hasta su impactante desenlace, la cinta dirigida por Lorcan Finnegan contiene todas las señas de identidad que convirtieron a la serie de Charlie Brooker en uno de los grandes acontecimientos televisivos de la última década.

Ciencia ficción con toques de auténtico terror y un sentido del humor que despierta la risa absurda y nerviosa, 'Vivarium' es una de esas propuestas de las que conviene saber lo mínimo antes de dejarse llevar por su historia, auténtico laberinto repleto de sorpresas, metáforas y golpes de efecto que noquean e invitan a la reflexión. Una pesadilla en forma de película coronada por las magníficas interpretaciones de Jesse Eisenberg y, sobre todo, Imogen Poots, la auténtica reina de la función.