å

SUPERPRINGADOS

'El Vecino': La primera serie realista de Netflix en España va sobre un superhéroe cutre

Quim Gutiérrez y Clara Lago protagonizan esta comedia costumbrista de 10 episodios que se estrenó en Nochevieja.

Por Javier Pérez Martín 12 de Febrero 2020 | 17:47

Comparte:

¡Comenta!

¿Qué pasaría si llegara un guardián de la galaxia moribundo a la Tierra y le pasara sus poderes a un pringado egoísta con muy poco talento y mucha necesidad de validación externa? La respuesta está en 'El Vecino', una comedia protagonizada por Quim Gutiérrez y Clara Lago de 10 episodios que Netflix estrenó en Nochevieja.

'El Vecino'

Con el ritmo que llevamos ahora mismo, Nochevieja suena como a un recuerdo de otra vida. Ha pasado poco más de un mes, ¿a quién le importa esa serie ya? Quienes la vieron, se la tragarían de una sentada durante aquel primer fin de semana del año, resacosos y en pijama (y lo llamarían binge-watching para que sonara más cool). Otros la hemos visto poco a poco, y muchos no habrán picado en ella entre la inabarcable oferta del gigante del streaming. Para ellos va este texto: os estáis perdiendo la primera serie mínimamente realista que ha producido Netflix en España. "¿Qué dices, loco? ¿Cómo va a ser realista si va de un tío con superpoderes?". Dejadme que me explique.

Por más entretenidas que sean las demás series españolas de Netflix (y entretenidas son sobre todas las cosas porque ese es su principal objetivo, entretener, dejando de lado otras cualidades por el camino), no se las puede llamar realistas. Ni a los culebrones de época con vestidazos y gente guapísima ('Las chicas del cable', 'Alta mar', 'Hache'), ni a esa fantasía pornográfica adolescente que es 'Élite', ni tampoco a 'Criminal', ese experimento internacional sobre interrogatorios conducidos en un no-lugar. Tampoco las series heredadas destacan por su retrato de la sociedad española, aunque sean de lo mejor de la producción original de la plataforma: 'La casa de papel' es una película tarantiniana puesta de (más) cocaína (aunque qué hay más español que eso) y 'Paquita Salas' es una carta de amor homosexual al mundo del espectáculo.

Nunca antes de ver 'El Vecino' me había visto lo más mínimo reflejado en una serie española de Netflix. Porque es una comedia costumbrista que disfruta chapoteando en lo cutre y que bebe de la mejor televisión española, la de siempre (no puede ser casualidad que Jorge Sanz interprete a un extraterrestre, esta gente ha visto 'El inquilino').

'El Vecino'

Más que la historia de un superhéroe, esta es una sit-com coral. Va de un grupo de jóvenes que viven en un barrio madrileño, en pisos viejos llenos de muebles feos. Estos jóvenes están en el paro, haciendo oposiciones o tienen la "suerte" de mantener algún trabajo precario, ya sea la barra de un bar, la tienda del chino de la esquina o como repartidor de Glovo. La novia del protagonista es una periodista que trabaja en una web joven y a la que le exigen que tenga más seguidores en Instagram para crear una marca y así atraer público en forma de clics a sus artículos. Interpretada con muchísima gracia y naturalidad por Clara Lago, esta Lola está mucho más cerca de mí que de Lois Lane.

Basados en los cómics de Santiago García, los guiones de Miguel Esteban y Raúl Navarro no siempre funcionan pero están llenos de buenas intenciones. ¿Hay otra serie ahora mismo, ya sea de una plataforma o de una televisión en abierto, que trate el drama de las casas de apuestas? Eso es casi, casi, cine social. Y se esfuerzan mucho en empoderar a sus personajes femeninos, quizá gracias a la presencia de la showrunner (junto a Carlos de Pando) Sara Antuña. Sobre todo hay que celebrar que en ningún momento 'El Vecino' llegue al punto de la caricatura: a pesar de estar viendo la historia de un hombre que aprende a lidiar con sus superpoderes, los personajes y las tramas son básicamente los de una comedia romántica al estilo español.

Con directores como Nacho Vigalondo y Víctor García León y un reparto por lo general resultón (destaca Adrián Pino como ese provinciano andaluz, que quizá vive el viaje más complejo de todos durante la temporada), lo que realmente destaca en 'El Vecino' es un departamento que suele quedar relegado a un papel secundario: la dirección de arte. Pero claro, el trabajo de Javier Alvariño aquí es primordial para construir esa realidad tan costumbrista, tan del Madrid de verdad, el de tienes 30 años y no cobras ni 1.200 euros. Alvariño lleva unos años haciendo trabajos maravillosos que han elevado películas como 'Verónica' o 'Fe de Etarras'.

'El Vecino'

Quizá lo menos realista de todo 'El Vecino' es que vuelva a repetir esa mentira que el cine español lleva 15 años contándonos: que Quim Gutiérrez es creíble como un pringado. Pero él lo intenta, y lo cierto es que ese Javier desesperado por demostrarle algo al mundo se acerca por momentos a la oscuridad y la incomodidad de los personajes de Javier Gutiérrez en 'Vergüenza' y Javier Cámara en 'Vota Juan'. Solo que está mucho más bueno.

Alerta temazo

Otro apartado de 'El Vecino' que da mucho gustico es el de la música. ¿Por qué en las series españolas nunca suenan canciones del mundo real? Pues aquí se oye 'Un año más' de Mecano y 'En el muelle de San Blas' de Maná. Pero además es una delicia indie en la que suenan temazos de Joe Crepúsculo, Hidrogenesse, Putochinomaricón, Zahara, Betacam, Mucho, Delaporte... Hasta llegar a niveles meta como que suene una canción de Ruido Paraíso mientras aparece en pantalla el cantante, Aníbal Gómez, que interpreta al jefe del protagonista. Esta serie es una colleja constante a ese paleto que dice siempre que en España no se hace buena música.

Series