'Eliminado' fue sin duda uno de los grandes éxitos de Blumhouse en 2015, después de costar tan sólo un millón de dólares. Además, fue la confirmación de que un nuevo género de terror que comenzaba a dar sus primeros pasos gracias también a 'Open Windows' de Nacho Vigalondo podía triunfar especialmente entre los más jóvenes: el slasher 2.0 o cyberslasher, un subgénero que narra a través de la webcam o la pantalla de un dispositivo electrónico. En 'Eliminado: Dark Web' se mantiene esta propuesta en lo formal, y aunque ya no resulte del todo original y novedoso, el resultado sigue funcionando.
La premisa del largometraje de Stephen Susco, quien realiza su primer trabajo como director tras colaborar en los guiones de 'El grito' y 'El grito 2', es similar a la de su antecesora: un grupo de amigos se reúne para charlar por Skype y a partir de ahí comienzan a sucederse todo tipo de situaciones paranormales. En esta ocasión, es el joven Matias quien las desencadena tras hacerse con el portátil de un hacker que amenaza con asesinar a su novia si no se lo devuelve. Comenzará entonces un perverso juego en el que sólo hay una regla para seguir con vida: no despegarse del ordenador.
A pesar de que el argumento puede resultar manido para los aficionados al género, la principal baza de 'Eliminado: Dark Web' es que se aleja sustancialmente del film que le precede. No se trata de una continuación al uso, porque ni su historia ni sus protagonistas son los mismos, por lo que no es requisito imprescindible haber visto antes 'Eliminado'. Pero, por encima de todo, la diferencia radica en el tipo de terror, mucho más humano y que se acerca más a la realidad.
Es precisamente esta apuesta por apelar a los sentimientos más primitivos como la vulnerabilidad que sufren los personajes al estar toda su vida a merced de Internet lo que hace de 'Eliminado: Dark Web' una película mucho más realista, que se aproxima más al thriller de suspense en vez de acudir al terror paranormal. De hecho, no deja de ser curioso que su protagonista, Colin Woodell, haya aparecido este mismo año en otros dos thrillers con tecnología de por medio, 'Perturbada' y 'Searching'.
La actuación de Woodell, por el contrario, no está a la altura del resto del reparto, que en general conforma un grupo de adolescentes actuales y bastante realistas. La sobreactuación del protagonista, rozando la línea del histrionismo, es uno de los defectos que el espectador tendrá que asumir junto a otros como la exageración de los poderes que ejercen los hackers sobre los protagonistas y un guion que termina haciéndose previsible por mostrar demasiado pronto sus cartas.
Terror para unos, crítica social para otros
Por su condición de thriller de suspense, 'Eliminado: Dark Web' no tiene todos los sustos que cabría esperar, pero sí un desarrollo de la tensión que mantendrá a más de uno al filo de la butaca, preocupado por los sucesos que van aconteciendo e impaciente por el desenlace final. También se percibe una moraleja final sobre los peligros que corremos en Internet, que si bien no llega al nivel lúdico de moralina que desprendía la mencionada 'Searching', satisfará a aquel que además de pasar miedo busque algún tipo de reflexión final.
En conclusión, Blumhouse acierta a la hora de cambiar los elementos dentro del marco del cyberslasher que construyen el terror de la película, otorgándoles mayor verosimilitud con respecto a su antecesora y que no dejarán indiferente a nadie. La fórmula puede parecer la misma, pero el resultado es bastante más efectivo. Y es que, en la era digital que vivimos, donde las brujas y los fantasmas dan cada vez menos miedo, no existe nada que produzca más terror que el hecho de sentirse vulnerable en Internet, sabiendo que podrías estar siendo vigilado y ser víctima de cualquiera con un ordenador y malas intenciones. Para los más paranoicos y para los que no lo son tanto, nada mejor que acabar el año apagando el ordenador y disfrutando de un buen rato de miedo con 'Eliminado: Dark Web'.
Nota:6
Lo mejor: Una continuación debe aportar algo diferente y ésta lo hace con creces, a través de un terror más humano y con su forma de narrar a través de la pantalla.
Lo peor: Hay que hacer demasiadas concesiones respecto al poder de la comunidad de hackers, ya que su forma de interferir en la historia no acaba de parecer del todo real.
